Los rostros contra la violencia machista: De Gisèle Pelicot al caso que sacudió España

Cada 25 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Una fecha que rinde homenaje a las hermanas Mirabal, activistas políticas asesinadas en 1960 en República Dominicana bajo las órdenes del dictador Rafael Leónidas Trujillo. En este día también se recuerda a otras mujeres como Gisèle Halimi, Ana Orantes o Gisèle Pelicot.

El Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, se celebró en Bogotá en 1981, y consiguió reunir a más de 280 mujeres. Fue entonces cuando se propuso el 25 de noviembre como un día de lucha contra la violencia hacia las mujeres en memoria de estas hermanas. Desde entonces, es un emblema de resistencia contra la violencia de género y la opresión que sufren las mujeres en todo el mundo.

La Asamblea General de las Naciones Unidas reconocía oficialmente esta fecha en 1999. Con el reconocimiento, enfatizaron que la violencia contra la mujer es un problema grave que afecta a millones de mujeres y niñas.

La ONU ha hecho un llamado a gobiernos y organizaciones para que realicen actividades que conciencien a la sociedad sobre este problema. Les pide que promuevan políticas efectivas para su eliminación.

La lucha de Gisèle Halimi

Gisèle Halimi (1927-2020) fue una abogada y activista pionera en la defensa de los derechos de las mujeres. Luchó contra la violencia de género desde varios frentes. Su labor ha sido fundamental para cambiar la percepción social y legal sobre la violencia sexual, marcando un hito en la historia de la justicia para las mujeres.

Su trabajo en el emblemático caso Tonglet-Castellano, en 1978, fue primordial para redefinir la violación como un crimen. De esta forma, las penas pudieron aumentar y consiguió garantizar que las agresiones fuesen juzgadas con la seriedad necesaria.

Halimi, en su labor, también ha impulsado reformas legislativas que han transformado el panorama judicial en Francia y más allá. Su legado sigue inspirando a nuevas generaciones en la búsqueda de la equidad y la dignidad para todas las mujeres.

Gisèle Pelicot aún espera a la justicia por años de agresiones

Precisamente Francia ha sido escenario de uno de los casos más sorprendentes de violencia contra la mujer. Se trata del caso de violencia y agresiones sexuales que vivió Gisèle Pelicot durante años.

Gisèle Pelicot, de 72 años, sufrió durante casi una década abusos sexuales por parte de su marido Dominique. Este la drogaba con ansiolíticos y la ofrecía a otros hombres para que la violaran. Al menos, 50 hombres la han agredido sexualmente mientras su marido grababa los actos.

Hay documentadas 92 agresiones a Gisèle, entre 2011 y 2020. Fue en este último año cuando se descubrieron por la detención a Dominique por grabar a mujeres en público.

Las agresiones han dejado en Gisèle secuelas graves. Entre ellas, graves episodios de estrés postraumático y enfermedades de transmisión sexual. 

Tras conocer la verdad, cambió su apellido, solicitó el divorcio y decidió revelar su identidad para exponer a sus agresores. Hoy sigue en busca de Justicia en un juicio público en el que se enfrenta a quienes destruyeron su vida.

Precisamente en el día de hoy, la Fiscalía francesa ha solicitado la pena máxima de 20 años de prisión para Dominique Pelicot.

La fiscal Laure Chabaud, del Tribunal de Apelación de Aviñón, defendió la solicitud de la máxima pena con determinación. Ha alegado argumentos como que Pelicot es un hombre con una personalidad profundamente perturbada, marcada por el egocentrismo, la perversidad y graves desviaciones sexuales.

Chabaud subrayó que el acusado actuó sin ningún tipo de límite y sin respetar la voluntad de la víctima, anteponiendo sus deseos.

Ana Orantes y el caso que destapó la violencia de género en España

En España también son muchas las mujeres que, por desgracia, se enfrentan a este tipo de violencia a lo largo de su vida. Una violencia, generalmente machista, por la que muchas de ellas acaban pagando con la vida.

Uno de los casos que más ha marcado en nuestro país es el de Ana Orantes.

El 4 de diciembre de 1997, la granadina Ana Orantes asistía al programa  ‘De tarde en tarde’  presentado por Irma Soriano en Canal Sur. Aprovechó el espacio para compartir su desgarrador testimonio sobre los maltratos que había recibido durante cuarenta años  por parte de su marido, José Parejo Avivar.  

Durante la entrevista, relató los abusos físicos y psicológicos a los que se vio sometida durante su matrimonio. Así como los intentos de agresión hacia sus hijas y las humillaciones constantes de su entorno familiar. Su historia, emitida en televisión, conmocionó a la sociedad y puso el foco de atención en la violencia de género, hasta entonces invisible.

Trece días después de su aparición en televisión, Ana fue asesinada por su exmarido, que la roció con gasolina y la prendió fuego. La brutalidad del crimen, cometido el 17 de diciembre de ese mismo año, conmocionó al país.

Ana, de 60 años, murió de manera inmediata a causa de las graves quemaduras. José Parejo fue condenado en 1998 a  17 años de cárcel  y falleció en prisión en 2004.

El caso de Ana Orantes marcó un punto de inflexión en la lucha contra la violencia machista. Su historia reveló la falta de medidas legales y sociales para proteger a las víctimas.

Por entonces, el Gobierno de José María Aznar minimizó el caso, calificándolo de "hecho aislado", lo que generó una creciente presión social. La Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género  se aprobaría en 2004, con el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero.

A día de hoy, Ana Orantes es un símbolo de la lucha contra la violencia de género. Su testimonio dejó una huella imborrable que ayudó a despertar la conciencia social y transformar el marco legal en España.

Necesidad de mejorar los recursos en la lucha contra la violencia de género

Con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer,  Elcierredigital.com se ha puesto en contacto con el Sindicato Unificado de Policía  (SUP) y ACAIP-UGT. Ambos sindicatos señalan la carencia de recursos y protocolos efectivos en la atención a las víctimas de violencia de género en España.

El SUP ha puesto de manifiesto la escasez de medios técnicos y humanos en las Unidades de Atención a la Familia y Mujer (UFAM). Unidades que resultan esenciales para el seguimiento de casos y la protección de las afectadas.

A pesar de contar con 173 distribuidas por el país, la carga de trabajo es excesiva. Según el sindicato, hay un solo agente para cada 100 víctimas, lo que pone en riesgo la efectividad de su labor.

Por su parte, ACAIP-UGT  ha criticado a la administración penitenciaria por no tener registradas las denuncias de agresiones sexuales hacia funcionarias. La organización exige la implementación de medidas efectivas para prevenir y sancionar el acoso por motivos de sexo. Así como la recopilación de datos necesarios para abordar esta situación.

Ambas organizaciones coinciden en la urgente necesidad de invertir en recursos y capacitación para asegurar un entorno seguro y digno para las trabajadoras y las víctimas de violencia de género.