Qué hay detrás de Carlos López Otín, el científico 'apestado' ahora Grande de España

El pasado 19 de junio de 2025, el biólogo molecular Carlos López Otín (Huesca, 1958) fue nombrado Marqués de Castillo de Lerés. El Rey Felipe VI le otorgó el título en reconocimiento a su contribución a la investigación biomédica y su influencia académica. Tras este título, se esconde una relación de 'amistad' con la Casa Real. Concretamente, López Otín fue el "mentor" de la reina Letizia hace varios años. 

Sin embargo, López Otín -investigador de la universidad de Oviedo- ha sido objeto de controversias y críticas. Y es que diversos trabajos divulgativo suyos fueron cuestionado por presunta manipulación de imágenes. De hecho, la revista Naturele retiró en 2019 el prestigioso premio Mentor in Science, que le había concedido dos años antes. 

Esta distinción, de carácter vitalicio y no hereditario, a petición del propio científico, lo sitúa junto a otras figuras de relevancia nacional como Rafa Nadal o Luz Casal. Más allá del honor simbólico, el título representa un respaldo institucional. Reconoce una trayectoria marcada por descubrimientos científicos destacados y una de las polémicas más sonadas en la ciencia española reciente.

Pero, ¿Quién es realmente Carlos López Otín? ¿Qué papel ha jugado su vida personal en su carrera científica? ¿Qué vínculo le une a la Reina Letizia, con quien comparte origen asturiano y una estrecha relación desde hace años?.

Un referente en biología molecular con raíces en Huesca

Carlos López Otín nació en Sabiñánigo (Huesca) en 1958. A los 17 años ya estaba vinculado a la investigación en el  Hospital Ramón y Cajal  de Madrid. Se doctoró en Bioquímica por la Universidad Complutense en 1984.

Luego amplió su formación en centros punteros como la Universidad de Lund (Suecia) y la de Nueva York (EE.UU.). Desde 1987, desarrolla su carrera en la Universidad de Oviedo, donde ha liderado durante casi cuatro décadas un grupo de investigación en biología molecular.

Ha identificado más de 60 nuevos genes humanos. Además, dirigió la secuenciación del genoma de la leucemia linfática crónica dentro del Consorcio Internacional del Genoma del Cáncer. También participó en la secuenciación del genoma del chimpancé. Además, su laboratorio fue pionero en ofrecer una “consulta genómica social”, con asesoramiento directo a pacientes.

Entre sus logros más destacados está el descubrimiento de la proteína colagenasa-3, implicada en procesos tumorales y enfermedades inflamatorias. Su enfoque científico se centra en el envejecimiento y el cáncer. Considera el cáncer un  fenómeno biológico egoísta e inevitable con la edad. Sin embargo, cree que entenderlo científicamente es clave para mejorar la vida.

Ha recibido múltiples premios destacados. Ha recibido varios reconocimientos importantes. Entre ellos destacan el Premio Nacional de Investigación Santiago Ramón y Cajal (2008), el Premio Rey Jaime I  (2004) y la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio  (2021). En su ciudad natal tiene una calle con su nombre, y es Hijo Predilecto de Sabiñánigo y Adoptivo de Oviedo y Salinas.

La mancha de la controversia: Artículos retirados y acoso científico

La reputación de López Otín se vio gravemente afectada a partir de 2017, cuando diversos artículos suyos comenzaron a ser cuestionados por presunta manipulación de imágenes. Las críticas llegaron desde plataformas anónimas en internet. Estas señalaron alteraciones en figuras de control de estudios publicados entre 2000 y 2007.

Como consecuencia, se retractaron nueve artículos (uno en Nature Cell Biology y ocho en  Journal of Biological Chemistry). Además, la revista Nature le retiró en 2019 el prestigioso premio Mentor in Science, que le había concedido dos años antes.

Aunque las presuntas manipulaciones no afectaban directamente a los resultados principales, según han argumentado tanto Otín como colegas como Margarita Salas  o la Real Academia de Ciencias, el daño reputacional fue notable.

Durante ese tiempo, López Otín sufrió una depresión severa, contempló el suicidio, y se retiró temporalmente a París. A esta situación se sumó un suceso nunca esclarecido del todo: la muerte de casi 6.000 ratones de laboratorio por una infección vírica. Esto paralizó su investigación durante años. Algunas voces llegaron a hablar de sabotaje, aunque nunca se probó.

El respaldo de la Reina Letizia: una relación intelectual y personal

Uno de los apoyos más sólidos durante los momentos difíciles vino desde la Casa Real, especialmente de la Reina Letizia, quien mantiene con Otín una relación intelectual profunda. Ella lo considera su “mentor”, y él se refiere a ella como una “alumna”, reflejo de un vínculo académico y humano construido a lo largo de años de interés mutuo por la ciencia y la salud.

La relación entre  Carlos López Otín y la Reina Letizia se inició en 2019, cuando la Reina asistió a la presentación de su libro La vida en cuatro letras. Letizia ha acudido a varias de sus conferencias, como el Tour del Cáncer en Lleida en 2022, y ha adquirido personalmente sus libros.

Otín explicó que la Reina pidió no aparecer en los agradecimientos de sus obras. Quiso evitar perjudicar su imagen pública durante la tormenta mediática. Esto refleja su admiración y discreción estratégica.

El reciente nombramiento nobiliario puede verse como una reparación simbólica por parte de la monarquía. A pesar de la polémica, la figura de Otín sigue siendo esencial en el ecosistema científico español

Carlos López Otín  es un científico cuya vida profesional combina excelencia, escándalo, resiliencia y reconocimiento. La ciencia está bajo constante escrutinio público y en redes sociales. Su historia abre un debate sobre la integridad científica, el impacto de los errores formales y el poder de la opinión pública, que puede ser constructivo o destructivo.

Su nombramiento como  Marqués de Castillo de Lerés no borra los años difíciles, pero sí pone en valor décadas de investigación que han contribuido a mejorar la vida de muchos. Para algunos sigue siendo un “apestado”; para otros, un referente rehabilitado. En cualquier caso, su figura ya forma parte del complejo y fascinante mosaico de la ciencia española contemporánea.