Plutonio en Palomares: España solicita a EEUU que se lleve las tierras contaminadas
El accidente nuclear que tuvo lugar en Palomares (Almería) en el año 1966 sigue teniendo consecuencias en la actualidad
El Gobierno español ha reactivado el expediente de desinfección de Palomares, dañado tras producirse uno de los mayores accidentes atómicos desde Hiroshima y Nagassaki: el de las bombas de Palomares, hace 57 años.
Tras examinar dicho expediente detalladamente, “el Ministerio de Asuntos Exteriores ha presentado a Estados Unidos la petición oficial para que se proceda a la retirada de las tierras”.
La petición fue presentada hace varios meses ante la Secretaria de Estado, que la ha trasladado al Departamento de Energía de la Administración del presidente Joe Biden. Con la respuesta de Washington por determinar, según afirman las mismas fuentes, la propuesta inicial “ha sido positiva”.
A pocos meses para que acabe la legislatura, el Gobierno se muestra optimista ante la posibilidad de llegar a “un acuerdo en plazo” ya que las relaciones bilaterales se encuentran en el mejor momento desde los últimos años.
Más de medio siglo después, el estigma nuclear permanece en las Cuevas de Almanzora, un municipio de Almería al que pertenecen Palomares y Villaricos. Se trata de 50.000 metros cúbicos de tierras contaminadas con medio kilo de plutonio. Ahora, el Estado intenta expropiar estas tierras, que siguen divididas en 44 parcelas.
El acuerdo político (sin vinculación jurídica) al que se llegó en 2015 establecía que mientras España se encargaría de la limpieza de la catástrofe, Estados Unidos se quedaría con las tierras radiactivas. Un convenio que no se ha llegado a ejecutar nunca perjudicando medioambientalmente a Palomares.
Han pasado 57 años desde que Palomares se convirtió en el lugar que alberga kilos de los materiales radioactivos Plutonio PU-239 y Uranio-235, y todavía hay 40 hectáreas contaminadas. Esto es así debido a que los juicios para resolver el conflicto continúan vigentes, alargando el momento en el que Estados Unidos finalmente se comprometa a retirar las sustancias contaminadas que permanecen enterradas en el suelo de la localidad almeriense.
Qué sucedió aquel fatídico 17 de enero de 1966
En Palomares convive gente con el mayor campo de radioactividad artificial del mundo. En plena Guerra Fría, Franco cedió el espacio aéreo a aviones militares estadounidenses y, como consecuencia, el 17 de enero de 1966 se produjo el desastre: dos aviones colisionaron, dos de ellos con cuatro bombas termonucleares. Tres cayeron en tierra y una en el mar, provocando que los elementos radioactivos de dos de ellas se diseminaran por el municipio. Estados Unidos se comprometió a hacerse cargo de cualquier consecuencia del desastre, según informan los papeles desclasificados que fueron publicados en el portal Datadista, aunque la realidad no fue tan ideal como se plasmó sobre el papel.
Pese a que Ecologistas en Acción sigue luchando por conseguir limpiar el terreno contaminado (unos 50.000 metros cuadrados de tierra), los peligros de las sustancias no parecen ser suficientes comparados con la relación de España y Estados Unidos.
Según informaba la directora general del Gabinete del secretario de Asuntos Exteriores a la Audiencia Nacional en 2018, facilitar información sobre el Plan de Revisión de Palomares: “puede razonablemente dañar o poner en riesgo los intereses políticos, sociales, económicos y comerciales de España, y particularmente las relaciones diplomáticas con EEUU”.
La contaminación nuclear en la zona
Las tropas estadounidenses llevaron a cabo una limpieza y retiraron unas 1.400 toneladas de tierra y vegetación contaminadas, pero aún quedaba decidir qué hacer con los residentes que habían estado potencialmente expuestos al polvo de plutonio cancerígeno.
Durante años, los Estados Unidos y España financiaron chequeos de salud anuales para los lugareños. Un estudio, publicado por el Gobierno de Francisco Franco, encontró que las tasas de cáncer de Palomares no eran diferentes a las de otra ciudad española de tamaño similar.
Sin embargo, muchos años después, en 2006, el Centro Español de Investigación Energética (CIEMAT) anunció el descubrimiento de caracoles radiactivos en la región. Otros exámenes arrojaron escombros contaminados y niveles de plutonio más altos de lo esperado en el suelo, y ciertas partes de la zona de Palomares permanecieron cercadas y cerradas a la construcción hasta el día de hoy.
En octubre de 2015, después de varios meses de negociaciones, el gobierno americano firmó una declaración de intenciones para ayudar a España a terminar el proceso de limpieza nuclear en la localidad almeriense de Palomares. Algo que, a día de hoy, en 2023, parece que empieza a tener resultado, aunque seguimos a la espera de la respuesta de Washington.
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