Los militares en la Reserva piden a Interior que les otorgue el carnet TIP de Vigilant
La Asociación de Militares y Reservistas de Especial Disponibilidad han emitido una notificación a los ministerios.
Después de la celebración del día de la Hispanidad de la semana pasada, al Ministerio de Defensa, presidido por Margarita Robles, le surgen los problemas. La Asociación de Militares y Reservistas de Especial Disponibilidad le han solicitado que se les facilite la titulación de vigilante privado para poder realizar la labor de control en las garitas de los tres ejércitos. Un servicio que lleva años externalizado y desempeñado por empresas dedicadas a la vigilancia privada.
También la organización hacen la petición al Ministerio del Interior, presidido por Grande-Marlaska. “Todo miembro de las Fuerzas Armadas en activo, reservista de especial disponibilidad o que haya cesado su servicio por causas ajenas a cualquier impedimento para ser vigilante privado, se le acredite la titulación necesaria para desempeñar labores de vigilante privado”, dicen desde AMRED45+.
Hace diez días que la asociación les comunicó esta petición y hasta la fecha no han recibido respuesta alguna. Según nos informan fuentes de la agrupación militar si no reciben en un tiempo una respuesta irán a hablar con otros grupos parlamentarios de la Cámara Baja a ver si consiguen que se debata el tema en la Comisión de Defensa.
Los militares reclaman poder obtener el carnet TIP de Vigilante, basándose en la Ley 8/2006, de 24 de abril, de de Tropa y Marinería. La cual contempla que hay que facilitar a los integrantes del Ejército cursos y formación. Asimismo, aseguran que la formación que reciben de las Fuerzas Armadas es más completo que en la disciplina de vigilancia. Por lo tanto los militares tienen una formación mayor que los guardias de seguridad.
Por ejemplo, un militar adquiere durante su servicio experiencia en el ámbito del uso de armas de fuego, tanto de medio alcance como de corto alcance, o incluso llegan a alcanzar más experiencia en cuanto al trato con personal civil, ya que se comunican directamente con ellos en los controles de acceso de las unidades.
“Jamás entenderemos como no se nos otorga esta titulación si son las mismas guardias que hacemos en los cuarteles. Es incomprensible que cuando llegamos a los 45 años de edad se nos expulse si podríamos realizar este trabajo”, afirma un miembro de esta asociación AMRED45+. Y añaden que “nadie se puede explicar como una persona con 20 años al servicio de España, tenga que pagarse por su cuenta un curso para poder ejercer de vigilante. Cuando el Ministerio lo debería de dar”.
Es un problema que llevan lastrando el cuerpo de defensa desde varios años. Por el Ministerio de Defensa han pasado ya varios manos por esas carteras y ninguno le ha resuelto el problema, según explica esta asociación.
“Es inconcebible la nefasta colaboración que existe ente ministerios por mucho que diga la ministra, Margarita Robles. Y encima molesta oírla decir públicamente que están haciendo convenios con la empresa privada”, afirma molesto un miembro de Militares y Reservistas de Especial Disponibilidad.
Un servicio lleno de precariedad
En la web de la asociación se pude apreciar como los militares llevan un gran tiempo luchando por mejorar sus condiciones laborales. Este gremio se encuentran reivindicando cuestiones como un salario que sea equivalente a lo establecido al salario mínimo interprofesional o que su vida laboral en el ejército no acabe a los 45 años.
De esta forma lo exponen en la red: “Los Reservistas de Especial Disponibilidad (RED) somos expulsados del ejército a los 45 años, solo nueve años antes de poder pasar a la reserva voluntaria y trece años antes de la reserva obligatoria. Eso supone que de estar a solo nueve años de poder dejar de trabajar, pasamos a estar a 22 años de jubilarnos”, dicen desde AMRED45+.
“Los RED hemos quemado nuestra juventud al servicio del estado, nos hemos comido, como el resto de militares, la parte más intensa del desgaste físico y psíquico que tiene la profesión militar. Pero nosotros podremos dejar de trabajar a los 67 años. Esto es como si a un trabajador le dijeran a los 57 años: mira, te vamos a despedir de tu trabajo y no solo te vamos a echar, el que te despidamos ahora va a suponer que no podrás jubilarte hasta los 79 años. Esto consideramos que es una injusticia mayúscula”, afirman desde la misma asociación.
Otra de los derechos laborales que quieren conseguir es el tema de la conciliación familiar. “Ha habido mujeres que han sido sancionada por no acudir a un desfile porque tenían que cuidar de sus hijos. Eso no es lógico en pleno siglo XXI”, declaran desde la asociación.
La Justicia Militar, el gran problema
Según explica a ElCierreDigital.com esta asociación uno de los graves problemas con los que tiene que lidiar la tropa temporal es la justicia militar.
“No puede ser que las Fuerzas Armadas vayan con un retroceso de medio siglo y nos situemos por detrás de Alemania. No puede ser que se esté sosteniendo una figura anacrónica, que lo único que hace es potenciar el discurso del miedo de los jefes y por el futuro tan incierto tengas que callarte todo”, añaden desde AMRED45+.
La ley del silencio
También otro de los factores que influye al cuerpo de defensa es el miedo. Hay pocos que se atreven a dar un paso adelante y manifestar públicamente como son sus condiciones laborales.
“Hay mucho miedo. El que dice algo lo expulsan. Hay algunos compañeros que por exponer este tipo de problemas se les ha echado del Ejército por eso muchos no hablan”, revelan AMRED45+.
Un ejemplo de ello es el caso del ex teniente Luis Segura. Quién se hizo conocido tras denunciar en los medios de comunicación varios casos de presuntas irregularidades cometidas en el seno de las Fuerzas Armadas. Por estas palabras y por hacerlas con el traje de militar, fue sancionado y expulsado del Ejército.
En enero de 2019 el Tribunal Supremo confirmó la pena del ex teniente de dos meses de arresto. Segura tiene en el mercado cuatro libros sobre estos temas: “Un paso al frente”, “Código Rojo”, “En la Guarida de la bestia”, “El ejército de Vox” y “El libro negro del Ejército español”.
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