Los efectos del 'papelillo', la nueva droga que acecha a los barrios pobres de Cuba
Este estupefaciente se elabora con cloroformo generando efectos devastadores en el consumidor y es sucesor del 'químico'
En Cuba, el fenómeno de las drogas ha tomado un rumbo alarmante con la aparición de nuevas sustancias. Proliferan especialmente aquellas que amenazan con expandir el consumo entre los jóvenes y sectores vulnerables.
En particular, se ha identificado una nueva droga conocida como "el papelillo", que estaría siguiendo la tendencia marcada por su predecesora, "el químico". Este papelillo, cuyo precio ronda entre 0.8 y 0.9 euros en el mercado negro cubano, se ha convertido en una alternativa barata y peligrosa para quienes buscan evadirse de la realidad. Pero con graves consecuencias para su salud.
La composición de esta droga, según informes, incluye cloroformo. Una sustancia que ya de por sí es peligrosa con aplicaciones médicas, y altamente tóxica cuando se consume de manera inadecuada.
Los usuarios de esta droga relatan que el papel es colocado en un cigarro. Al quemarse libera vapores que, al ser inhalados, provocan efectos devastadores. Los primeros síntomas incluyen palpitaciones en los dedos de los pies, seguidos de un estado de inconsciencia que puede durar hasta media hora.
Una vez que los efectos empiezan a disminuir, las personas necesitan ser llevadas a la cama. La gran mayoría pasan varias horas incapaces de mantenerse de pie o coordinar sus movimientos.
Esta droga parece ser parte de una nueva ola de sustancias que están proliferando en la isla. Similar a lo que se ha observado con el "químico". Este último se caracteriza por su bajo costo y fácil accesibilidad, lo que ha generado su popularidad entre los sectores más jóvenes y marginados.
"El químico", que se vende por unos 6 dólares, es una mezcla de cannabis con otras sustancias sintéticas como formol y anestesia para animales. La combinación provoca efectos rápidos y severos, incluyendo rigidez muscular, convulsiones, y una sensación de pérdida total de control.
Los consumidores suelen experimentar lo que describen como un "golpe de energía" o calambres en todo el cuerpo.
La situación en Cuba es preocupante, a pesar de que el país no tiene fama de productor de drogas. Sin embargo, su ubicación estratégica lo convierte en un punto clave para el tráfico de sustancias ilícitas.
Además, las políticas de control del narcotráfico, aunque estrictas en teoría, parecen estar fallando en la práctica. Los testimonios de ciudadanos denuncian la presencia visible de estas sustancias en las calles, muchas veces ante la inacción de las autoridades.
Las operaciones policiales en los últimos años han resultado en la detención de cientos de personas por tráfico de drogas. Pero la proliferación de estas nuevas sustancias sigue en aumento.
El impacto del ‘papelillo’ en los sectores más empobrecidos de Cuba
El uso de estas drogas ha disparado alarmas en el sistema de salud cubano. Según informes médicos, los hospitales están recibiendo un número creciente de pacientes intoxicados por el consumo de estas sustancias. Y lo que es peor, los casos se han vuelto más difíciles de tratar debido a la falta de información sobre los componentes exactos de las drogas consumidas.
Esto genera complicaciones para los médicos, quienes deben enfrentarse a síntomas graves sin saber con certeza qué han consumido los pacientes.
A nivel social, la expansión del consumo de estas drogas está afectando cada vez más a jóvenes y adolescentes, algunos con tan solo 13 o 14 años. Además, se ha observado un incremento en el consumo entre las mujeres.
Lamentablemente, muchas de ellas están embarazadas, lo que agrava aún más las posibles consecuencias a largo plazo en la salud pública.
El gobierno cubano ha intentado frenar esta crisis a través de campañas de concientización y operativos policiales. Pero la falta de recursos y la compleja red de distribución de estas sustancias impiden un control eficaz. Mientras tanto, los ciudadanos continúan denunciando la proliferación de estas drogas.
Muchos de ellos lo hacen con videos circulando en redes sociales que muestran a jóvenes en estados de total descontrol. Aparentemente bajo los efectos de drogas como "el químico" y ahora "el papelillo".
Estos videos han generado una creciente preocupación, pues muestran cómo estas sustancias pueden reducir a una persona a un estado casi "zombi", donde pierde toda capacidad de movimiento o coherencia.
La situación es compleja y alarmante, ya que estas drogas no solo tienen un impacto directo en la salud de los consumidores. También exacerban otros problemas sociales como la violencia y el crimen. Esto se evidenció en el trágico asesinato de una niña en La Habana, cuyo agresor estaba presuntamente bajo los efectos de "el químico".
Este caso conmocionó a la población y llevó a una serie de redadas policiales en el barrio de Luyanó. Sin embargo, los efectos de estas drogas siguen causando estragos en la sociedad cubana.
La llegada de "el papelillo" como sucesor de "el químico" agrava aún más la problemática de las drogas en Cuba. Este fenómeno plantea un desafío urgente para las autoridades cubanas. Que deberán redoblar sus esfuerzos para prevenir la expansión de estas sustancias y proteger a la población. Especialmente a los jóvenes, que son los más vulnerables a caer en este ciclo de consumo.
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