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Hombre de cabello canoso con gafas y saco azul claro sonríe frente a una excavadora trabajando en un terreno con vegetación y árboles al fondo
INVESTIGACIÓN

Lío en Estepona: El Ayuntamiento interviene una de las últimas dunas naturales

La tala de árboles en las Dunas de Matas Verdes comienza sin evaluación ambiental, afectando a especies en fase de cría

El Ayuntamiento de Estepona, ya cuestionado por su política urbanística y sus polémicas judiciales, suma un nuevo escándalo medioambiental. A primera hora del 25 de junio comenzaron las talas en uno de los últimos sistemas dunares vírgenes de la Costa del Sol

Las obras, que están enmarcadas en el proyecto  ‘Senda Litoral - Tramo T14’, se están llevando a cabo en Estepona en plena época de cría de especies protegidas. Y con maquinaria pesada y sin una evaluación ambiental previa conocida. 

La intervención afecta directamente a las Dunas de Matas Verdes. También denominadas Saladillo-Saladuna, un enclave natural de altísimo valor ecológico. La actuación se presenta oficialmente como una “mejora del acceso costero”. Sin embargo, vecinos, técnicos independientes y colectivos ecologistas alertan de que se trata de “una ocupación directa del último ecosistema costero sin urbanizar de Estepona”. 

Las imágenes del desbroce, los árboles talados y el avance de la maquinaria han generado una ola de indignación que ya trasciende el ámbito local. El proyecto contempla la instalación de una pasarela de madera elevada, con escaleras y estructuras complementarias.  Esta recorrerá más de 1.100 metros a lo largo del sistema dunar. 

Camino de tierra junto al mar con vegetación y árboles bajo un cielo despejado
Obras para la instalación de pasarelas en las dunas. | Cedida

Los promotores aseguran que se utilizarán materiales “respetuosos con el entorno” y que se minimizarán los movimientos de tierra. Sin embargo, diversos expertos sostienen que el mero hecho de intervenir en un ecosistema tan delicado provocará daños irreversibles.

Las dunas albergan especies como el chorlitejo patinegro, el correlimos tridáctilo, reptiles autóctonos, cefalópodos costeros y flora psamófila. Todos ellos adaptados a condiciones extremas de salinidad y movilidad del suelo. 

La fase de obras ya está afectando a zonas de nidificación.  Se espera que el posterior uso de la pasarela aumente la presión humana, el ruido y la degradación del entorno.

Esta intervención no se entiende de forma aislada. La Senda Litoral, pese a que se presenta como mejora del acceso costero, se inscribe en una estrategia más amplia de revalorización del suelo en el litoral esteponero. Que ha favorecido históricamente a intereses privados, como los del empresario Juan José Hidalgo

Hidalgo es el propietario de una parte sustancial de los terrenos de la antigua Herencia Nadal  (cedidos originalmente al municipio con fines públicos). Ha visto cómo el urbanismo impulsado por el Ayuntamiento, sumado a infraestructuras públicas como esta pasarela, ha contribuido a incrementar el valor inmobiliario de zonas clave como Guadalobón o Arroyo Vaquero. 

Excavadora trabajando en un terreno arenoso rodeado de vegetación baja y arbustos
Obras para la instalación de pasarelas en las dunas. | Cedida

Diversas fuentes apuntan a que estas actuaciones, además de alterar entornos ecológicos frágiles, sirven como antesala para futuras recalificaciones y desarrollos de alto impacto. Consolidando así un modelo de expansión urbanística que muchos vecinos ya consideran insostenible.

Emma Molina, portavoz del PSOE en Estepona, consultada por elcierredigital.com, es una de las más críticas. “Se van a cortar y talar los árboles donde anidan determinadas especies de aves. Eso va a perjudicar seriamente el entorno medioambiental. Hay otros entornos dunares donde se ha respetado la naturaleza, y no se ha construido. Este proyecto no es necesario, ni oportuno, ni sostenible”.

Por su parte, el Ayuntamiento de Estepona, consultado por elcierredigital.com, responde. "Como en todos los tramos ejecutados en el corredor litoral, también las actuaciones proyectadas para esta prolongación de la senda en la zona de Matas Verdes cuentan con los permisos pertinentes".

"De un lado, de la delegación provincial de la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, que ha informado favorablemente, asegurando además la protección de todo el entorno. De otro, de la Demarcación de Costas, entidad dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica. Por tanto, esta actuación, como la del resto de tramos de la senda litoral de Estepona, se ajusta a la normativa existente. Y cuenta con las autorizaciones tanto de la Junta como del Estado". 

Un Ayuntamiento reincidente en intervenciones polémicas

No es la primera vez que la gestión urbanística del alcalde José María García Urbano provoca indignación. En 2023, otro tramo de la Senda Litoral ya fue denunciado ante el Seprona por parte del grupo socialista y de diversas organizaciones medioambientales. En aquella ocasión, se detectaron irregularidades en la ejecución y falta de estudios técnicos adecuados.

“Esto evidencia lo que llevamos años denunciando: la especulación urbanística por parte de García Urbano y el desprecio por los entornos naturales. Antes paseábamos viendo el mar, ahora todo está construido. Se está masificando todo para hacer vivienda de lujo. Y esto es una más”, advierte Emma Molina.

Edificio moderno con fachada texturizada rodeado de palmeras y una fuente en una rotonda bajo un cielo despejado.
Ayuntamiento de Estepona. | Europapress

La política local denuncia una sistemática conversión del litoral esteponero en una “franja de cemento”. Donde el interés natural queda subordinado a los intereses inmobiliarios y turísticos.

Presuntas vulneraciones de la legislación ambiental

La actuación en Matas Verdes podría vulnerar diversas normativas de protección ambiental. En el plano nacional, destaca el Artículo 45 de la Constitución Española, que impone a los poderes públicos la obligación de proteger el medioambiente. La Ley 42/2007 del Patrimonio Natural y la Biodiversidad establece la prohibición de actuaciones en espacios de alta sensibilidad ecológica durante la época de reproducción.

En el ámbito europeo, tanto la Directiva Aves (2009/147/CE) como la Directiva Hábitats (92/43/CEE) prohíben expresamente cualquier alteración de hábitats críticos sin una evaluación de impacto ambiental rigurosa. El Artículo 6 de esta última directiva obliga a los Estados miembros a evitar el deterioro de espacios protegidos. Incluso si no están formalmente inscritos en la red Natura 2000, pero presentan valor ecológico acreditado.

Sin embargo, según los colectivos consultados, no se ha hecho pública ninguna evaluación ambiental independiente, ni consta autorización específica para operar en época de nidificación. La documentación técnica del proyecto –que supera las 360 páginas– omite referencias directas al impacto estacional sobre la fauna.

Alternativas sostenibles desoídas

Vecinos y ecologistas critican que ya existía un sendero natural utilizado por peatones, ubicado en el límite del sistema dunar y perfectamente integrable en la red de la Senda Litoral. Esta opción no habría requerido intervención directa sobre el ecosistema.

“En Manilva, por ejemplo, se ha hecho sin construir pasarelas. Se camina sobre la arena, delimitado con vallas de madera muy respetuosas con el entorno. ¿Por qué aquí no?”, plantea Molina.

La decisión de atravesar directamente el corazón del sistema dunar se percibe como innecesaria, costosa y orientada más a una estética turística que a la conservación real del patrimonio natural.

Otra de las grandes preocupaciones de los colectivos críticos es la falta de transparencia sobre la financiación. Diversas fuentes apuntan a que el proyecto está recibiendo apoyo económico del fondo Next Generation EU, destinado a fomentar la sostenibilidad, la resiliencia y la transición verde tras la pandemia.

Hombre sonriendo mientras trabaja en una computadora portátil en una oficina con una bandera de fondo.
José María García Urbano, alcalde de Estepona. | Europapress

Si se confirma que estos recursos han sido destinados a una actuación con impacto ecológico negativo –sin participación ciudadana, sin evaluación ambiental y en plena época de cría– se estaría incurriendo en un uso irregular de fondos europeos.

Reclamaciones de la ciudadanía y entidades ecologistas

En respuesta al avance de las obras, asociaciones vecinales y medioambientales han emitido un comunicado conjunto.  Exigen la paralización inmediata de los trabajos hasta contar con una evaluación ambiental independiente.

También la revisión técnica y legal del trazado, priorizando la ruta peatonal ya existente. Transparencia absoluta sobre la financiación pública, en especial si hay fondos europeos implicados. La inclusión de expertos independientes en todas las fases del proyecto. Y la reorientación del papel de la Dirección General de Costas, para que recupere su función de protección del litoral, y no su ocupación.

Dos personas con chalecos de seguridad y cascos hablan por teléfono cerca de un sendero de tierra junto al mar y un área boscosa
Obras para la instalación de pasarelas en las dunas. | Cedida

El enclave afectado representa el último sistema dunar sin urbanizar entre Manilva y Vélez-Málaga. Su vegetación psamófila, sus especies endémicas y su valor como corredor ecológico lo convierten en un patrimonio natural irremplazable. 

El desbroce de esta franja y la implantación de una pasarela turística podrían suponer un punto de no retorno. Tanto desde el punto de vista ambiental como de modelo de desarrollo.

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