Joan Laporta, al borde del abismo
Los fracasos deportivos y las sombras económicas del Barça le acorralan
Florentino Pérez está compensando los irregulares resultados que logró entre 2000 y 2006 –especialmente el oscuro trienio 2003-2006 en los que reinó el Barça de Joan Laporta– con una exitosa segunda etapa al frente del Real Madrid, que está protagonizando el camino inverso.
Por su parte, Laporta acaba de cerrar una época para olvidar, en la que el triunfo de la sección femenina del Barça en Europa es uno de los escasos caramelos que ha disfrutado la hinchada culé. Su equipo está cariacontecido ante los fracasos del cuadro masculino (del que acaba de cesar a Xavi Hernández como entrenador tras un año 'en blanco'), fichajes como el joven brasileño Vitor Roque (que tiene visos de no tener la calidad de un jugador que costó 30 millones de euros más variables) o las dudas sobre las ambiciosas obras que afronta el estadio del club.
Está escociendo especialmente la volatilidad del discurso de Laporta, que acaba de divorciarse profesionalmente de Xavi Hernández (célebre por decir una cosa y la contraria) para atar su destino al técnico alemán Hansi Flick, que debe apostar por la cantera ante la falta de cartera del conjunto blaugrana (que tiene una deuda que ronda los 4.000 millones de euros).
En la afición blaugrana asisten atónitos al llamativo discurso de Laporta respecto al Real Madrid porque regresó con advertencias ("Ganas de volver a veros", decía la famosa lona cercana al Santiago Bernabéu con la que ganó las elecciones a la presidencia de 2021). Y siguió 'con sumisión' ante Florentino Pérez (que ha encontrado a Laporta en su único socio relevante de la Superliga) pese a que de vez en cuando afea el "madridismo sociológico" que supuestamente beneficia a los merengues, en cuya reputación no pesa un escándalo como el 'caso Negreira', o critica el fichaje de Kylian Mbappé.
"Respecto a lo de Mbappé, me gusta más nuestra filosofía deportiva de formar un equipo con jugadores de aquí. Respeto lo que hagan los rivales, pero me quedo con nuestra filosofía. Estamos en una travesía del desierto y ya dije que no sería fácil el camino. El amor de los socios y aficionados en este tiempo tiene mucho mérito, pero estamos a punto de tener unos resultados económicos positivos y de tener el 1-1 para poder acudir al mercado", aseguró hace unos días.
Pocas horas tardaron en recordarle que, en los últimos tres años, Laporta ha fichado a 23 jugadores mientras que el Real Madrid incorporaba a menos de la mitad (11 que, incluido Mbappé, han tenido un costo de 288 millones por los 280 de las incorporaciones culés).
"Yo miro hacia delante y es lo que pido a los socios, no mirar atrás, se pudieron hacer cosas mejor, pero ya se hicieron. Miremos hacia delante porque estarán orgullosos del Barça, que mantendrá la filosofía deportiva", apuntó Laporta.
Que añadió: "Estamos trabajando para llegar a la regla del 1:1. Hemos reducido la masa salarial en 200 millones. La Liga está valorando el trabajo que estamos haciendo. Podremos invertir cada euro que ingresemos de cada traspaso. Más tarde o más pronto lo lograremos".
Agujero de 1.000 millones en tres años como presidente
La situación económica del Barça era mala hace tres años y medio plazo podría convertirse en insostenible tras unas pérdidas de rondan los 1.000 millones en el último trienio comandado por Joan Laporta, que tiene garantizado el mandato hasta el 30 de junio de 2026 y podría aspirar entonces a una segunda (y última legislatura).
El opositor Víctor Font envió en febrero una carta a los socios en la que se ha mostrado muy crítico con el actual presidente: "Todo el mundo sabía que era un mandato clave para enderezar una situación económica, institucional y deportiva extremadamente complicada. Había que ejecutar inmediatamente un plan de choque que nos habría permitido renovar a Messi.(…) Retener a Messi no podía ser nunca un problema; de hecho, era parte de la solución. Desgraciadamente, hemos hecho el camino diametralmente contrario y hemos agravado todavía más la situación dramática que la actual Junta Directiva heredó".
"Económicamente, en los últimos 3 años, hemos generado 1.000 millones de euros de pérdidas operativas, hemos vendido patrimonio a socios externos, algunos poco fiables, de dudosa reputación, que no pagan lo que deben y que no han aportado ningún valor al club", añadió.
Font afirmó que "institucionalmente, se ha constatado que concebir el mundo del fútbol actual como hace veinte años es un error mayúsculo. Gestionar el Barça con amigos y familiares y desde las trincheras, sin capacidad para retener ejecutivos de prestigio, es impropio de la magnitud que tiene el club. E ir del brazo del Real Madrid y Florentino Pérez en muchos temas institucionales, un hecho sorprendente que todavía nadie ha explicado".
"Sin un plan y sin profesionalidad, todo se tambalea. También en el área social, donde continuamos viendo cómo el club se gobierna de espaldas a los propietarios. La obligación de incentivar la participación de los socios en la vida del club empieza por quien gobierna", añade.
1.500 millones de euros futuros para obras
Joan Laporta ha apostado por acometer grandes obras pese a la pobre economía del Fútbol Club Barcelona, que tuvo que rediseñar la emisión de los bonos con los que sufragará los 1.500 millones de euros que han comprometido. 900 de ellos servirán para remodelar el Camp Nou y otros 450 para construir el nuevo Palau Blaugrana y otros proyectos menores. Finalmente 'solo' 1.300 de los 1.500 millones serán sufragados con estos bonos vendidos a unos fondos que recuperarán su inversión en cinco tramos, entre 2028 y 2047.
Laporta, tal y como han ordenado los socios culés, acometerá esos pagos con ingresos adicionales, es decir, entradas del Museo Barça o sponsors. El club blaugrana dice que no quiere hipotecar el Camp Nou ni condicionar el magro de las cuentas culés para acometer una serie de inversiones que también incluyen la urbanización y construcción del campus, que ronda los 100 millones de euros. El resto de pagos, 200 millones, serán sufragados con un préstamo bancario que solicitará el Fútbol Club Blaugrana.
Es cierto que estos últimos años han marcado la agenda las remodelaciones de los estadios de fútbol más emblemáticos de España. La carrera comenzó con las obras del Santiago Bernabéu y ahora siguen con la renovación del Camp Nou del Barça. Mientras que el Real Madrid escogió a la empresa FCC —con sede en España, requisito exigido por el equipo—, el Barça ha elegido a la turca Limak Holdings para su nuevo Espai Barça.
'Banda de las cinco'
La elección del club blaugrana para renovar el Campo Nou no estuvo exenta de polémica. Y es que, según apuntan medios turcos, Limak Holdings es una de las constructoras de la denominada 'banda de las cinco'. Este nombre es el que en Turquía se ha dado a las cinco compañías constructoras encargadas de la mayoría de las obras públicas bajo el gobierno de Recep Tayyip Erdoğan, del partido AKP.
Estas empresas son Cengiz Holding, Kalyon Grup, Makyol Grup, Kolin Holding y Limak Holding, la encargada de la remodelación del Camp Nou. Las cinco compañías, según clamaba el miembro de la oposición Kemal Kılıçdaroğlu, "fueron recompensadas con trabajos por valor de 203.000 millones de dólares en los últimos 18 años. Se llevaron su dinero a Inglaterra, a paraísos fiscales. Os prometo que vamos a devolver todo el dinero a la nación". Así recogía sus palabras, pronunciadas en agosto del pasado año, el diario Turkish Minute.
El periodista turco especializado en economía Bahadir Özgür —del periódico BirGün— explicaba, según recogía El Periódico de España, que cuando Erdoğan llegó al poder en el año 2003, cambió la legislación turca para la adjudicación de concursos públicos, lo que permitió que las empresas de la 'banda de las cinco' se llevaran la mayoría de obras. "Antes, la legislación turca estaba basada en la de la Unión Europea: un concurso era abierto al público, ganaba la oferta que adecuaba un mejor precio a las condiciones establecidas. Cualquiera podía presentarse", explicaba. Sin embargo, continuaba, "Erdoğan no lo aceptó. Cambió la ley para añadir una excepción a la norma: en caso de desastre natural, riesgo para la población, pandemia, guerra, atentado, etc.".
A pesar de que este tipo de adjudicación sería una excepción, según afirmaba el periodista, durante muchos años "todos los grandes proyectos de Turquía" se están haciendo "en base a esto, mucho antes de la pandemia".
Limak Holding, concretamente, ha construido en los últimos años un estadio en la población de Mersin, Turquía, con capacidad para albergar a 25.000 aficionados; el puente suspendido más alto del mundo, 1915 Çanakkale, sobre el mar de Mármara, que separa la parte turca europea de la asiática; y el aeropuerto de Estambul, con un valor de 22.000 millones de euros y cuya adjudicación fue investigada por posible corrupción. Esta investigación implicaba al Gobierno de Erdoğan, pero nunca fue probada.
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