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Foto de una ficha policial de un hombre con gafas y bigote, tomada el 28 de abril de 1973 en el condado de Santa Cruz.
INVESTIGACIÓN

La increíble conversión de Ed Kemper: De asesino en serie a voz de cuentos infantiles

Ed Kemper, también conocido como ‘El asesino de las colegialas’ se dedica dentro de prisión a los audiolibros.

Ed Kemper acabó con la vida de diez personas, entre ellos sus abuelos y su madre. Desde mayo de 1972 hasta febrero de 1973 llevó a cabo una serie de crímenes, todos ellos contra mujeres jóvenes por lo que es conocido como ‘El asesino de las colegialas’. Según él mismo relató, su comportamiento anómalo tenía un origen claro y es que los malos tratos de su madre y sus desprecios, provocaron que desarrollara rabia y odio contra las mujeres. Su inteligencia le sirvió en numerosas ocasiones para escabullirse de la ley, sin embargo, a día de hoy cumple condena por esos asesinatos. Desde que entró en prisión ha realizado diferentes actividades, ahora se dedica a los audiolibros y en concreto a los cuentos infantiles. 

Una fotografía en blanco y negro de una persona joven con gafas y cabello corto y rizado, mirando a la cámara con una expresión neutral.
Edmund Kemper en su infancia | ElCierreDigital

Edmund Emil Kemper III nació el 18 de diciembre de 1948 en Burbank, California. Se crió en un núcleo familiar muy conflictivo, sus padres discutían constantemente por lo que acabaron divorciándose. Desde muy pequeño evidenció una conducta sádica y cruel, torturaba y asesinaba animales, mutilaba a las muñecas de su hermana y también jugaba con ella a la silla eléctrica y a la cámara de gas. Con un coeficiente intelectual de 145, Ed desarrolló un comportamiento anómalo y tuvo numerosos problemas en su infancia, con su familia y también en el colegio.

Él y su hermana vivían con su madre, quien lo despreciaba y maltrataba hasta el punto de mandarle a dormir solo al sótano. Esta educación materna sumada a una patología, dieron lugar a que Ed desarrollara un fuerte odio hacia las mujeres. 

Durante el tiempo que Edmund vivió con su madre, se produjeron numerosos altercados con animales a los que mató y decapitó. Su primera víctima fue una gata que tenía la familia, la mató y enterró su cuerpo en el patio trasero, con su cabeza se hizo un tenebroso altar en la cabecera de su cama. Por esto, en su adolescencia se fue a vivir con su padre, pero debido al bullying que sufría en el colegio por su altura (dos metros) y a las continuas burlas por su aspecto corporal, se fue a vivir con sus abuelos a la granja de North Folk. Allí instalado, un día tiroteó a su abuela y después a su abuelo, la razón que dio a los policías que fueron al lugar de los hechos fue que “quería saber lo que se sentía al matar a alguien”. Debido a esto, fue internado en el Hospital de Alta Seguridad en Atascadero. 

Al cumplir los 21 años y tras una conducta ejemplar, Kemper cumplió con su internamiento y volvió a vivir con su madre. Tan solo tres años después, empezaría una oleada de crímenes. 

Asesinatos

El primer crimen se produjo el 7 de mayo de 1972 cuando Edmund asesinó a dos estudiantes del Fresno College State, Mary Ann Pesce y Anita Luchessa. Las chicas subieron al vehículo porque Ed se ofreció a llevarlas hasta la universidad, sin embargo, tomó una carretera secundaria y las llevó a un lugar alejado. Una vez allí las asesinó violentamente, las apuñaló y las estranguló. Después llevó los cuerpos a su casa y una vez allí, mantuvo relaciones sexuales con ellos. Posteriormente las descuartizó y llevó algunos restos a una montaña de Santa Cruz y otros los tiró al vertedero.

Foto de una ficha policial de un hombre con gafas y bigote, con dos vistas: una de frente y otra de perfil, tomada el 28 de abril de 1973 en el condado de Santa Cruz.
Imágenes policiales de Ed Kemper | ElCierreDigital

Desde ese día, Kemper llevó a cabo numerosos asesinatos en contra de diferentes mujeres, todas ellas jóvenes, hasta que el 20 de abril de 1973 asesinó brutalmente a su madre. La asestó numerosas puñaladas, así como martillazos. Tras esto, le decapitó y mantuvo relaciones sexuales con su cabeza. Después invitó a su casa a una amiga de su madre a la que  también asesinó estrangulándola. 

Finalmente, Ed confesó los asesinatos a la policía y fue detenido. A lo largo de estos años ha participado en entrevistas, documentales y también en investigaciones con el objetivo de que los profesionales estudien su mente y entiendan lo que ocurre. 

Su labor con los audiolibros

A los setenta y dos años Kemper se dedica dentro de la cárcel a poner voz a libros muy conocidos. A pesar de que en España los audiolibros no tienen muchos oyentes, en Estados Unidos son un gran fenómeno dentro de la industria editorial. Según el Pew Research Center un 18% de la población estadounidense escucha audiolibros.

Edmund forma parte del programa ‘Volunteers of Vacaville’s Blind Project’ en el que el objetivo es la inclusión de los invidentes en la sociedad. Dentro de este proyecto hay numerosas actividades, una de ellas es la grabación de audiolibros, un ejercicio por el que el asesino serial se ha ganado una fama dentro y fuera de la prisión.

Según diferentes fuentes, sus audiolibros son muy exitosas dentro de esta industria y al parecer el recluso tiene más de cinco mil horas grabadas. Kemper ha puesto voz a diferentes obras como la novela de ficción de Frank Herbert, ‘Dune’ o la primera novela de ‘Star Wars’. Además de esto, la voz de Ed está al servicio de adaptaciones de libros románticos, de cocina y cuentos infantiles.

Un hombre con gafas y bigote, vestido con un mono de trabajo y esposas en la cintura, camina por un pasillo estrecho.
El asesino de las colegialas dentro de prisión | ElCierreDigital

Este asesino en serie ha dedicado diez años de su vida a esta actividad y cada día dedica horas a realizar esta labor. Su trabajo ha tenido un gran reconocimiento tanto fuera como dentro de prisión e incluso ha recibido la visita de invidentes agradeciéndole su dedicación. 

A día de hoy, Ed Kemper sigue cumpliendo condena perpetua por los asesinatos que cometió en la Prisión Estatal de Vacaville.

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