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Un hombre de pie frente a la entrada de una oficina de abogados llamada Arriaga Asociados Abogados, con un letrero naranja y un interior moderno.
INVESTIGACIÓN

La historia desconocida del cura Arriaga: Del éxito de su bufete jurídico a la ruina

El despacho de abogados del exsacerdote Jesus María Ruiz de Arriaga ha salido a concurso de acreedores tras desplomarse

El abogado y sacerdote Jesús María Ruiz de Arriaga Remírez (56 años) está sufriendo serios problemas. Tras haber formado parte del clero como sacerdote, llegó a la abogacía en 2011. 

Lo hizo creando su despacho Arriaga Asociados, que en escasos años alcanzó gran renombre conocido como el azote de la banca. Sin embargo, su relevancia en el sector jurídico ha decaído hasta el punto actual.

Un hombre con sombrero y traje en una tienda de ropa.
El abogado Jesús Mari Arriaga | Archivo

Y es que Arriaga Asociados ha entrado en concurso de acreedores. Lo ha hecho tras la negativa del Juzgado de los Mercantil nº1 de Madrid a aceptar sus planes de restructuración presentados. 

El bufete debe unos 40 millones de euros a Pemberton, su principal acreedor, con quien debería de llegar un acuerdo para evitar la situación. La empresa de Jesús Arriaga ha solicitado aclaraciones al juzgado tras la negativa. 

En noviembre el despacho tuvo que ejecutar un ERE que supuso el despido de 158 personas, es decir, cerca del 50% de la plantilla. La situación que arrastra le ha llevado a cerrar sus oficinas en Alicante, Bilbao o Sevilla. Así las cosas, el sacerdote Arriaga vive uno de los momentos más delicados, pero ¿Cuál es su historia?.

El éxito de Arriaga Abogados

En pocos años revolucionó la abogacía. Fue uno de los grandes beneficiados de los abusos de la banca y de las entidades financieras (preferentes, acciones de Bankia, hipotecas multidivisa y cláusulas suelo). En el 2016 facturó 39 millones de euros. 

Este ex fraile reconvertido en abogado, que durante un año guardó votos de sacerdocio, es el director y cara visible de Arriaga Asociados. Este despacho de letrados cambió el orden multidisciplinar de los grandes bufetes gracias a su éxito, según él del 90 por ciento, en miles de pleitos relacionados con temas bancarios.

Aunque ahora tiene 195 abogados, han llegado a tener 600 letrados a sueldo. Su emblemática oficina centralestuvo situada en la madrileña calle de Capitán Haya, esquina con General Perón. Con 3.000 metros cuadrados estaba ubicada a 500 metros del Estadio Santiago Bernabéu. 

Un cartel naranja con el texto
Oficina de Arriaga Abogados | Arriaga Abogados

Sin embargo, en marzo de 2023 cambió su domicilio social a la calle Agustín de Foxa en el edificio Aqua, también en Madrid.

Con el paso de estos años, Jesús María Ruiz de Arriaga también adaptó su modelo de financiación. En 2016 negaba tajantemente que detrás de su empresa hubiese un fondo de inversión. “Siempre nos hemos financiado con los recursos que hemos ido generando”, señaló.

Uno de sus reclamos principales para captar clientes era que al ganar en la mayoría de las ocasiones en costas, buena parte del desembolso real de la minuta a su despacho de abogados no lo notaba el cliente en su bolsillo, ya que provenía de las costas que pagaba el banco. Sus casos de mayor renombre han sido los relacionados con las cláusulas suelo y las preferentes.

'Justicia Iker Casillas', de La Despensa para Arriaga Asociados

El volumen de juicios ganados, en torno al 90 por ciento, le permitió esta espiral de crecimiento en facturación y en gastos de autopromoción. “Muchos días hemos llegado a ganar 80 a 90 juicios y en algunas jornadas hasta más de cien procedimientos”, indicaba. 

El éxito fue tal que el despacho contó con la imagen de Iker Casillas, supuestamente por seis millones de euros. “Tuvimos la idea de captar a Iker cuando me comunicaron que era ya cliente de nuestro despacho, El exportero reclamó a Bankia el reintegro de medio millón de euros que había invertido en acciones del banco”, explicaba Arriaga.

Pero Iker Casillas no ha sido su único cliente famoso. Jesús María Ruiz de Arriaga aseguró tener muchos más clientes conocidos, muchos de ellos afectados con la salida a bolsa de Bankia, “No obstante, no puedo decir los nombres, ya que tenemos firmado con ellos una cláusula de confidencialidad”, aseguró el sacerdote.

Sin miedo al futuro

A este ex fraile reconvertido en abogado, no le preocupaba el futuro. De hecho, el éxito de su campaña de cláusulas suelo se basó en su capacidad de previsión. 

Semanas antes de que el Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea en Luxemburgo obligará a los bancos a devolver todo lo cobrado ilegalmente aplicando una retroactividad total, Arriaga ya había puesto en marcha la masiva campaña de publicidad que por primera vez mostraba sus anuncios en las cadenas televisivas de Atresmedia y Mediaset. 

“Las campañas publicitarias las hacemos según creemos convenientes y según las circunstancias, no bajo una planificación anual. Primero empezamos por Internet, luego la radio, después la prensa escrita con la publicidad exterior y luego televisión primero autonómica y ahora nacional”, explicó en aquel entonces. 

Un hombre sonriente con gafas y boina sostiene una camiseta amarilla en un estadio de fútbol.
El abogado Arriaga con una camiseta de fútbol | Archivo

Un salto a la primera línea de la actualidad que no le asustaba. De hecho ya tenía la idea clara de funcionamiento para el crecimiento y rentabilidad futura de su negocio: Los centros comerciales. 

En 2016 abrió su primera oficina en el centro comercial Islazul en Madrid. Después, fue haciendo lo propio hasta abrir uno en los centros comerciales de La Gavia, Plenilunio o Plaza Río 2, también en Madrid.

Siempre centrado en su formación académica

Jesús María Ruiz de Arriaga Remírez, nació en 1960 en Ocariz (Álava), en uno de esos días que es conocido por todos, un 4 de julio, fecha en la que se celebra la independencia de Estados Unidos. Una referencia natal que se relaciona mucho con su carácter emprendedor, didacta y sin ningún miedo al cambio. 

Coleccionista de carreras universitarias con once posgrados se convirtió en abogado casi por casualidad. En el año 2009 se licenció en Derecho cursando la carrera a distancia por la Universidad Oberta de Catalunya, tras haber logrado en su juventud la Diplomatura de Ciencias Empresariales en la Universidad de Salamanca. 

También en su currículum vitae aparecen las licenciaturas en Investigación y Técnicas de Mercado, Ciencias del Trabajo o Administración y Dirección de Empresas.

De su localidad natal de origen, Ocariz en Álava, no tiene ningún recuerdo, ya que apenas estuvo meses como bebé. Su padre era alavés y su madre navarra. Su padre era oficial de fábrica y trabajaba en empresas que fabricaban ballestas para automoción y ferrocarril. 

Dos hombres de traje estrechándose la mano frente a un fondo con el logo de Arriaga Asociados.
Jesús Mari Arriaga e Iker Casillas | Archivo

El periplo profesional itinerante de su padre le llevó con muy pocos meses a la villa de Zumárraga (Guipúzcoa) y luego a Alsasua (Navarra), localidad que considera como su pueblo. El arranque de su infancia transcurrió siempre unto al devenir profesional de su progenitor. 

Y aunque los recursos económicos eran limitados, sus padres no dudaron en darle la mejor educación posible. De hecho, además de él, sus cuatro hermanos son todos licenciados universitarios. 

Por eso, nada más comenzar la EGB, sus padres le enviaron a la conocida localidad navarra de Puente La Reina, parada obligada del Camino de Santiago, donde estudió cuatro años en un centro de los Padres Reparadores. Esta orden religiosa, que controla un albergue para peregrinos en esta localidad navarra, gestionaba también un centro de educación secundaria. 

Tras formarse allí en su educación básica, su siguiente paso le llevó ya lejos de Navarra, a la localidad salmantina de Alba de Tormes, donde los mismos Padres Reparadores regentaban el colegio y seminario de San Jerónimo.

Jesús María Ruiz de Arriaga estuvo allí en el Seminario hasta los 20 años. Tomó los tres votos de la orden: pobreza, obediencia y castidad, pero sólo durante un año, no renovándolos y dejando la orden que había acompañado buena parte de su vida y que, cómo él mismo reconoce, “le trató siempre muy bien”; incluso, “me dieron una pequeña cantidad de dinero para rehacer mi vida y empezar a estudiar la Diplomatura de Económicas en la Universidad de Salamanca”.

De Salamanca a Zaragoza

Allí en la ciudad helmántica terminó la diplomatura, para luego trasladarse a Zaragoza para intentar acabar la licenciatura. Algo que no consiguió en un primer intento. Ya con 40 años logró por fin acabarla. Eligió Zaragoza para terminar sus estudios, “como podía haber elegido otra ciudad”. 

No hubo ninguna causa justificada para su traslado a la ciudad de Ebro. Pero su periplo universitario no fue el deseado, “fueron muchos cambios y no me concentré para nada”. 

En marzo de 1985 empezó ya su carrera laboral como responsable técnico del área de Hacienda del Ayuntamiento “de su pueblo” Alsasua (Navarra). Por entonces, el Gobierno socialista de Felipe González daba “mucho dinero a las localidades con bastante paro para solventar la creación de empleo y allí me fui. Estaban desbordados”. 

De forma paralela, ejerció durante tres años la gerencia de una pequeña empresa de transportes, de nombre Certrans. 

Un grupo de personas sentadas en sillas frente a un mural que dice
En Alba de Tormes cursando BUP con los Padres Redentores. Arriaga el del jersey a cuadros | Archivo

Fue ya en enero de 1987, cuando el ex fraile Arriaga pasó a ser director financiero de la pequeña cooperativa Ohiana, perteneciente al grupo Mondragón, situada al norte de Navarra muy cerca de Roncesvalles. 

Allí solo estuvo un año, volviendo después al mundo del transporte como director financiero de la empresa Transportes Satrústegui, abandonando su puesto en diciembre de 1990.

Ya en 1992, el año de las Olimpiadas, se afincó en Zaragoza. Su entonces novia, María José, que luego fue su primera mujer, y madre de su único hijo Víctor, estudiaba allí y habían adquirido una vivienda. 

Por entonces, una empresa de head hunters le reclutó para llevar la gerencia de una asociación de discapacitados intelectuales con serios problemas financieros, de nombre Atades (Asociación Tutelar Asistencial de Discapacitados). 

En Atades solventó “sus graves problemas económicos de financiación” y de hecho, como él mismo reconoce, llego a concertar “más plazas con el Imserso que todas las asociaciones juntas de España entera”. 

Estuvo más de 7 años, pero en enero de 1999 decidió probar de nuevo suerte. Ahora en el sector de la consultoría, una de sus pasiones junto con la formación. 

Su época como consultor en el grupo RH Asesores no fue dilatada, apenas duró un año, algo que compaginó de nuevo con su trabajo en Atades, pero en este caso no como gerente sino como adjunto a la gerencia en Atades Huesca. 

Allí aprendió y se formó junto al que considera su gran jefe, Jose Luis Laguna Monreal, que recibió en 2016 la Cruz de Oro de la Orden Civil de la Solidaridad Social a petición de la Delegación de Gobierno de Aragón. Por esas fechas se separó y luego se divorció de su primera mujer, María José.

Una pareja sonríe mientras posa frente a las ruinas de Machu Picchu en un día nublado.
Jesús Arriaga y su esposa | Archivo

Paralelamente en el tiempo, empezó otras licenciaturas universitarias. Primero Investigación y Técnicas de Mercado, luego Ciencias del Trabajo y, posteriormente, consiguió acabar Administración y Dirección de empresas para ya dar el salto a Derecho, que es la carrera que más éxitos profesionales le ha acarreado. 

Durante esos años compaginó sus trabajos con labores de formación también en Zaragoza, como profesor, principalmente, en la ya desaparecida Columbus IBS y en el Esic. Precisamente, siete años después de su separación y dando clases en la Columbus, conoció a la que es actualmente su esposa, por la vía civil, y administradora única de Arriaga Asociados Asesoramiento Jurídico y Económico SL, la peruana Maria Giuliana Mayuri Chumacera. Que lo hace a través de dos sociedades: Sandoval Lake SL y Proyectos e Inversiones Colibri SL.

Esta licenciada en Administración y Dirección de Empresas conoció a Jesús Mari cuando ella estaba elaborando su proyecto final de curso en la Columbus de Zaragoza, donde el ex fraile era el supervisor de la tesina. 

Desde entonces iniciaron una intensa relación amorosa que terminó en el año 2013 en matrimonio civil. Hoy es su mano derecha en todo, como también lo es su hermano Juan José Ruiz de Arriaga, un personaje muy discreto, al que no gusta que se sepa nada de su vida privada. 

Solo se sabe que es dos años mayor que él y que es licenciado en algo completamente distinto al mundo de la abogacía, aunque acaba de finalizar un máster como su hermano y su cuñada en Dirección de Empresas en el IESE.        

Las viviendas de Martinsa germen de Arriaga Abogados

Durante esos años de los dos mil, una de las mayores preocupaciones de Jesús María Ruiz de Arriaga era su futuro económico. De 2006 a 2011 compaginó su labor en Atades dando cursos de consultoría financiera, algo que reconoce que “se le daba muy bien”. 

Aprovechó el boom inmobiliario del ladrillo y empezó a invertir su dinero en viviendas, endeudándose, como vía para asegurar su futuro. 

Este hecho acabó siendo determinante, pero no como él pensaba. Aquellas viviendas que compró a la promotora Martinsa, luego Martinsa-Fadesa, del constructor Fernando Martín, a la sazón presidente del Real Madrid, fueron el inicio de su negocio de abogacía. 

Cuando esta constructora entró en concurso de acreedores se encontró en una situación desesperada. El administrador judicial ni le entregaba las viviendas ni le devolvía el dinero aportado. 

El ex fraile decidió luchar contra esa injusticia con éxito y viendo que era un problema que sufrían muchas otras personas y cansado de "generar negocio para los demás y no para sí mismo” decidió abrir su propio despacho de abogados".

Un grupo de personas sonríe mientras posa para una foto en una oficina iluminada.
Arriaga y alguno de sus colaboradores junto a Iker Casillas | Archivo

Así arrancó el germen del bufete de abogados Arriaga Asociados. Instaló sus oficinas en su propia casa, en la pequeña localidad oscense de 500 habitantes de Nueno. Allí empezó todo. Su idea de negocio era sencilla, pero exitosa. Se trataba de estudiar una problemática con alta probabilidad de éxito y “vender la solución masivamente”. 

Al no tener ingresos ni infraestructura empezó a vender su despacho y sus ideas por Internet. Contactaba con sus clientes solo por teléfono y, en la mayoría de los casos, no los conocía físicamente hasta el día del juicio. “Y en algunas ocasiones ni siquiera eso”. 

Tanto él como su mujer empezaron a estar desbordados y empezaron a contratar colaboradores. Su hermano Juan José se incorporó a los pocos meses. 

Poco a poco fue montando un negocio, tanto que los abogados incluso llegaron a ocupar su cocina como lugar de trabajo. Sus primeros casos masivos se basaron en las participaciones preferentes de Bankia, las más numerosas, así como de otras entidades financieras. 

Día tras día fue reinventándose, buscando nuevas vías de negocio, como la salida a bolsa de la propia Bankia, las hipotecas multidivisa y el que es ahora su gran filón: las cláusulas suelo. Así se gestó el despacho que ha revolucionado el mundo de las togas.

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