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Hombre con barba y camisa azul sentado en un sofá con una pared de color salmón de fondo.
INVESTIGACIÓN

Gabriel, exmiembro denunciado por los Testigos de Jehová: 'No les tengo ningún miedo'

Gabriel se considera víctima de la asociación y donde sufrió “abusos sexuales desde los 12 a los 16 años”

Los Testigos de Jehová siguen cargando contra sus antiguos adeptos. Desde elcierredigital.com informábamos que el pasado 8 de noviembre comenzaba el juicio en el que los miembros de esta presunta “religión” —considerada por muchos expertos como una secta— denunciaban a la Asociación Española de Víctimas de los Testigos de Jehová (AEVTJ) por un supuesto delito de “mancillamiento del honor”. Después de los cuatro días que duró el juicio, aún no hay sentencia en firme y todavía quedan algunos retazos de la causa. Y es que los Testigos de Jehová no solo denunciaron a la asociación, sino a algunos miembros de forma particular. Uno de ellos es Gabriel Pedrero.

Hoy, lunes 13 de febrero, tal y como indica Gabriel en una conversación con elcierredigital.com, tendrá lugar la vista del juicio en el que los Testigos de Jehová le acusan también de este presunto delito de mancillamiento del honor. Gabriel confiesa que no tiene “ningún miedo”, porque afirma estar “diciendo la verdad”. Pese a que Gabriel no forma parte de la cúpula de la AEVTJ —como Israel Flórez, su presidente, también denunciado a título particular y con el que elcierredigital.com mantuvo una conversación antes del comienzo del juicio—, los Testigos de Jehová le han denunciado por su actividad en redes sociales, tal y como indica el investigador de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES) Luis Santamaría.

Según Gabriel, todo lo que publica en sus perfiles es su experiencia y, en muchas ocasiones, se limita a apuntar “en publicaciones de ellos mismos las contradicciones que hay, los cambios que han hecho y también las mentiras que han dicho en el juicio”. Una de estas “mentiras” tendría que ver con una queja que ya remitieron antiguos testigos de Jehová a elcierredigital.com: la llamada “muerte social”.

Israel Flórez, presidente de la AEVTJ, lo explicaba en elcierredigital.com de este modo: “Si se mantiene un número de testigos de Jehová hoy en España es porque se les obliga a estar dentro, porque si se van, a sus familiares y amigos les dicen que ya no les pueden hablar. Les coaccionan para que no les hablen, para que no les saluden[esto es lo que se llama muerte social]. Y si no evitan el contacto con el expulsado o apóstata, como ellos les llaman, entonces se pueden ver envueltos en un comité judicial e incluso ser expulsados de los testigos de Jehová”.

Abusos sexuales en los Testigos de Jehová

Precisamente, Gabriel es una de las víctimas de esta “muerte social”, pero también de los abusos sexuales a los que fue sometido por parte de uno de los considerados “ancianos” de los Testigos.

Un hombre de cabello canoso y barba, vestido con un traje gris y corbata, posando al aire libre con una ciudad desenfocada de fondo.
Israel Flórez, presidente de la Asociación Española de Víctimas de los Testigos de Jehová. | El Cierre Digital

“Un anciano de la congregación a la que asistía —que además era presidente de la congregación a nivel de ancianos y tenía responsabilidad en el departamento de construcciones de Salones del Reino, por lo que era conocido— empezó a abusar de mí con 12 años. Al principio fue dentro del Salón del Reino y luego pasaron a practicarse en una furgoneta”, afirma Gabriel, que añade que estos abusos se dieron durante cuatro años, de los 12 a los 16.

“Yo tenía miedo de contarlo. Primero, porque lo que yo estaba aprendiendo dentro de los Testigos de Jehová era lo contrario. Y segundo, porque él era un anciano que tenía una responsabilidad, y ellos enseñan que los ancianos están nombrados por el espíritu de Dios y hay que ser sumisos a los ancianos. Así que en ese momento yo no sabía si rebelarme o no rebelarme. Estaba en shock, no sabía cómo actuar”, continúa.

Finalmente, Gabriel tomó la determinación de “dejar el asunto en manos de Jehová”. “Nos enseñan que si hay cosas que vemos injustas hay que dejarlo en manos de Jehová, que será el que va a juzgar”, explica. Sin embargo, las presiones constantes de los ancianos y todo lo vivido llevó a Gabriel a dejar de formar parte de los Testigos de Jehová hace cuatro años, con 31 años.

Silencio y muerte

La “muerte social” de Gabriel dentro de los Testigos de Jehová llegó precisamente cuando decidió abandonar la organización. Afirma a este diario que fue “un choque muy grande” por todo el tiempo que llevaba formando parte de ella, pero también porque “todos los Testigos de Jehová son tu familia. Te dicen que lo que hay fuera es el mundo de Satanás y que no hay que intimar con las personas que no sean testigos. Cuando te expulsan o te sales porque ya no aguantas más, esos 30 años de vida que has tenido dentro de la organización se van de un golpetazo. Porque te dejan de hablar totalmente”.

Personas cantando himnos religiosos con libros titulados
Testigos de Jehová con una de sus publicaciones. | El Cierre Digital

Un ejemplo ilustrativo de este silencio al que fue sometido se dio hace un mes y medio, con el fallecimiento de su padre, quien también fue Testigo de Jehová. “De 120 Testigos de Jehová que fueron, solo 8 personas me dijeron ‘lo siento’. Y ya está. Los demás nada. Estaba al lado de mi hermana y a mi hermana, que nunca ha sido testigo de Jehová, a ella sí que la saludaban y a mí, que estaba al lado, ni me miraban. Eso lo veo como una falta de humanidad. De educación, de respeto. ¿Qué tiene que ver el tema de dar un pésame con la religión? Ahí todos tratándome como si yo hubiera muerto también, porque no existía para ellos. Eso duele y molesta”, confiesa. Explica, además, que el hecho de que hablaran a su hermana tiene que ver con que es vista como "una futura adepta".

Su padre, tal y como continúa explicando, sufrió las presiones de los Testigos cuando él decidió dejar de formar parte de ellos. “Le llegaron a amenazar con que si no me echaba de casa le podrían quitar la responsabilidad que tenía de siervo ministerial, que es una categoría inferior a los ancianos. Mi padre no cedió a eso”, explica. Aunque sí que le hablaba poco al principio, Gabriel confiesa que luego la situación se fue flexibilizando y, cuando se enteraron de la enfermedad que sufría, se unieron más. “La religión no pudo separarnos como padre e hijo”, confirma.

A pesar de que su padre murió de una enfermedad, Gabriel también recuerda la muerte de su madre como consecuencia de sus creencias. “Yo en su momento lo vi como una decisión normal, porque no quiso aceptar una transfusión de sangre. Pero luego no. Murió por una interpretación de los Testigos de Jehová respecto a un texto bíblico”, sentencia.

Ahora, lejos de todo lo sufrido pero con un juicio aún en curso en el que se le acusa de un delito de mancillamiento del honor por contar su experiencia dentro de los Testigos de Jehová, a Gabriel —que se declara agnóstico— le gusta recordar su frase favorita: “No hay que tener miedo, juntos venceremos”.

“No nos vamos a callar y vamos a seguir adelante para que salgan más casos. Sabemos que hay muchos que no se atreven y queremos que puedan salir y que sepan que no van a estar solos. Que hay una Asociación de Víctimas de los Testigos de Jehová que tiene como propósito ayudarlas”, finaliza.

Ante estas declaraciones, la organización de los Testigos de Jehová ha querido expresar su punto de vista recogido en este artículo.

➡️ Investigación

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