Francisco Javier Medina, absuelto por el crimen de Almonte, defiende su inocencia.
Tras dos años en prisión preventiva, el Tribunal Supremo ratificó su absolución por el doble asesinato.
El recientemente absuelto por el doble crimen de Almonte, que se saldó con la muerte de un hombre y una niña apuñalados en su vivienda en el año 2013, compareció este jueves día 10 de enero a las 11:00 horas ante la prensa en el Real Club Recreativo de Tenis de Huelva.
Así, Francisco Javier Medina, hablará por primera vez ante los medios sobre su situación respecto al polémico crimen acompañado de sus abogados Rivera Zarandieta y Baena Bocanegra, tras la decisión del Tribunal Supremo de absolver por falta de pruebas al que era principal acusado de perpetrar el doble asesinato ocurrido en el municipio onubense de Almonte.
Francisco, que ha pasado más de dos años en prisión preventiva, reafirmó su inocencia y anunció tomar medidas legales contra la familia de los fallecidos, que han actuado como acusación particular, para que se le indemnice.
El abogado de la familia de las víctimas ya anunció en televisión que recurrirán la sentencia del Tribunal Supremo y llevarán el caso al Tribunal Constitucional. Una decisión, si se consuma, que choca con la estrategia llevada durante este proceso, en el cual la familia no ha denunciado ninguna vulneración de derechos.
La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo confirmó la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) y del Tribunal del Jurado de la Audiencia Provincial de Huelva, que también absolvieron al acusado.
El fallo del alto tribunal considera que estas las dos sentencias mencionadas realizaron "una valoración racional de la prueba practicada en el juicio oral". El veredicto del jurado estuvo basado en la declaración de dos testigos que situaban al acusado en el supermercado donde trabaja a la misma hora que ocurrió el suceso, así como en que el ADN compatible con el acusado hallado en diversas toallas que había en los baños del domicilio de los fallecidos podría tener una explicación distinta a la de su presencia en el lugar del crimen, puesto que Francisco Javier Medina mantenía una relación sentimental con la mujer y madre de las víctimas.
Francisco Javier Medina fue pareja de la madre de la niña asesinada, quien compartía una relación conyugal con el fallecido. La menor, María, tenía ocho años y su padre, Miguel Ángel Domínguez, 39. Ambos murieron a causa de las 154 puñaladas que recibieron.
Por su parte, la familia de las víctimas pidió la repetición del juicio y a esta petición se sumó la fiscalía por considerar que hubo “defectos” en el veredicto del jurado. Sin embargo, el Supremo entendió que las dos sentencias anteriores hicieron “una valoración racional” de las pruebas practicadas en el juicio, por lo que desestimó el recurso presentado por la familia de las víctimas.
El jurado consideró que no se había probado la participación del acusado en el doble crimen. En línea con el Tribunal Superior de Justicia, los magistrados señalan que con las pruebas practicadas el jurado podía haber llegado a otra conclusión, pero sostiene que su veredicto se basa “en criterios de racionalidad”.
Las incógnitas del crimen
La mayor incógnita para la resolución de este caso surgió con la aparición de un cuchillo que se incautó la Policía Local de Almonte en las inmediaciones del piso donde mataron a Miguel Ángel Domínguez y a su hija María.
En una alcantarilla a 300 metros de distancia del domicilio del crimen, en la avenida de los Reyes de Almonte, una vecina encontró un cuchillo y se lo entregó a la Policía Local en 2016, según su versión, aunque la familia de los fallecidos sostiene que fue en 2017. Por estos motivos, una juez ha abierto una investigación en una pieza separada para esclarecer lo sucedido y si el cuchillo tiene alguna relación con el crimen. Cabe añadir que nunca apareció el arma usada en el doble asesinato, perpetrado por un cuchillo de grandes dimensiones.
Fue la denuncia de los familiares de los dos fallecidos la que ha puesto el foco en este cuchillo y ha puesto en duda la investigación. Sin embargo, según el análisis forense que se realizó del cuchillo con el que se cometió el crimen, se trata de “un único instrumento mono cortante y con punta, aproximadamente de 1,5 centímetros de anchura y al menos 15 centímetros de longitud”, datos que chocan con los del cuchillo que se encontró en la alcantarilla.
La Guardia Civil analizó el arma cuando los agentes de la Policía Local les llevaron el cuchillo porque no se corresponden con el del doble asesinato, siendo el encontrado en la alcantarilla de un tamaño que dobla al otro.
Otro de los interrogantes en la investigación tiene que ver con un par de zapatillas deportivas sospechosas que también se encontró una vecina del barrio. En cambio, en el suelo de la vivienda donde mataron a Miguel Ángel y a su hija aparecieron pisadas de un modelo de deportivas que no se encontró en el registro de la casa de Francisco Javier. Estas huellas nunca se llegaron a identificar y la Guardia Civil llegó a tener fotografías de las zapatillas y el contacto de la vecina que dio la alerta, pero en el sumario ni siquiera se reflejó.
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