Retirada de billetes de 500 euros genera problemas en el extranjero y para ciudadanos
Se están generando negocios paralelos de cambio en los que cobran hasta una comisión del 15% por aceptar estas notas de
La retirada de billetes de 500 euros no deja de ser un paso más a la primera medida anunciada en mayo de 2016 sobre la no sustitución de este tipo de billetes, pero sus efectos si se están dejando ya notar, al menos lejos de nuestras fronteras. Hace dos años y medio, el 4 de mayo de 2016, el Banco Central Europeo adoptó la decisión de dejar de imprimir nuevos billetes de 500 euros y con ello, aceptó la recomendación de los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (Ecofin) pero con un punto más equilibrado. Los ministros de Economía de la UE, en el mes de febrero de ese año, analizaron el origen de las fuentes de financiación del terrorismo y otras actividades ilícitas, y señalaron la importancia de los billetes más grandes de euro en este tipo de actividades. Con ello solicitaron que el BCE estudiara “con cautela”, la posibilidad de retirada, por su papel de realizar grandes pagos sin dejar rastro en el sistema financiero, algo que llevó a que dejaran de fabricarse y que ha finalizado en la decisión tomada hace escasos días de su retirada. Pero no todos los bancos centrales actuarán igual ya que con la excusa de garantizar “una transición armoniosa y por razones logísticas”, el Banco Federal de Alemania y el Banco Nacional de Austria continuarán reintroduciéndolos en el mercado hasta el 26 de abril de 2019. Argumentan para esta decisión desde el BCE “porque tienen un uso más extendido del efectivo en billetes de 500”.
Con esta medida el BCE de Mario Draghi ya ha conseguido una lenta disminución de los billetes de 500 euros. Entre enero de 2016 y noviembre pasado, el BCE ha reducido en un 14,7% el número de billetes en circulación: ahora se manejan 521 millones en todo el mundo, la misma cifra que en octubre de 2008. Con la retirada el proceso se acelerará ya que dejarán de dispensarse en los bancos, pero seguirán siendo de curso legal. Con ello su utilización está garantizada, al menos dentro de los países de la zona euro y sin fecha de finalización se podrá seguir usando como medio de pago o de ahorro y canjearlos siempre en los bancos centrales (en nuestro caso en las oficinas del Banco de España), sin ningún problema. Pero en el extranjero no está pasando lo mismo, generando un importante perjuicio e incluso que nazcan negocios paralelos a la hora de intentar usar este billete de curso legal.
Los comercios en el extranjero dejan de aceptarlos
Se estima que el 25% de los billetes morados, unos 130 millones de euros, están fuera de la Unión Europea. A pesar de un volumen tan elevado al que hay que los que quieran usar residentes en la zona euro en sus transacciones fuera de país, desde el BCE no han estimado el efecto que está ya teniendo esta medida de retirada en efectivo en la aceptación de este tipo de billetes en el extranjero.
El apartado 2 del artículo 3 de la Ley 46/1998, de 17 de diciembre sobre la introducción del euro, establece que los billetes y monedas denominados en euro serán los únicos de curso legal en el territorio nacional, con lo que el pago de cualquier deuda no puede ser rechazado cuando se realiza con billetes y monedas y en consecuencia el uso de los billetes en euros no está sujeto a ningún tipo de limitación o restricción legal. Aún así vemos diariamente carteles en los que en algunos comercios se limita el uso de billetes de alto valor. Esto es así porque el Banco de España también admiten que hay un apartado en el Código Civil, el número 1 del artículo 7, en el que se dice que "los derechos deberán ejercitarse conforme a las exigencias de la buena fe". Es decir, el consumidor debe procurar utilizar los billetes adecuados en función del importe de la compra, pero en ningún caso pueden rechazarse de antemano.
Desamparo para los poseedores de billetes de 500 euros en el extranjero
Pero en el extranjero no es lo mismo. Cada país tiene una divisa oficial y pueden aceptar otras voluntariamente. El euro, tras el dólar, es de las más aceptadas pero la retirada de los billetes de 500 euros está generando un problema en cascada para los poseedores de este tipo de billetes que como distintos afectados que se han desplazado lejos de nuestras fronteras con un billete de curso legal como es el de 500 euros han señalado a El Cierre Digital.
Bancos de algunos países extranjeros han empezado a no aceptar o a limitar el ingreso de este tipo de billetes por no poder utilizarlos en otras transacciones y que el coste que deriva el envío de esta divisa a cualquier sucursal del BCE para su retirada es elevado. Al dejar de aceptarse en el extranjero, los comercios de esos países tampoco los quieren, ni siquiera las casas de cambio y el resultado es que no poder usarlos en ningún tipo de transacciones.
Eso sí, lo que ha surgido es una economía paralela en la que los pocos que aceptan este tipo de billetes lo hacen cobrando una comisión que excede el 15% sobre el tipo de cambio oficial de compra de la moneda europea. Además, se está produciendo un efecto contagio sobre los billetes de 200 euros que también tienen ya problemas de aceptación.
Todo esto se está produciendo sin que el BCE, la única autoridad monetaria en los países de la zona euro y quién ha tomado esta iniciativa, haya previsto este efecto ni haya advertido a sus ciudadanos que viajar fuera con un billete de 500 euros de curso legal puede ser lo mismo que viajar sin dinero.
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