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Una familia posando al aire libre con árboles y vegetación de fondo.
INVESTIGACIÓN

Felipe VI celebra sus 54 años en una familia cada vez más reducida.

Desde 2014, Felipe VI ha enfrentado problemas heredados y una familia cada vez más reducida.

El Rey Felipe VI cumple este domingo 54 años, el sexto desde que se sentó en el trono de España en junio de 2014. Este día lo celebrará en compañía de la Reina Letizia y su hija menor la infanta Sofía. Sin embargo, no parece el mejor momento para celebraciones, pues la Corona no pasa por su mejor etapa, también afectada por el reciente anuncio de la ruptura del matrimonio entre la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, consecuencia de la nueva relación del exduque de Palma con la vitoriana Ainhoa Armentia.

Por otra parte, la familia real no estará al completo para la celebración pues la  princesa Leonor permanece en Gales estudiando bachiller en el UWC Atlantic Atlantic College. Tampoco estará cerca de su hijo el Rey Emérito Juan Carlos I, que continúa exiliado en Emiratos Árabes. 

Dos hombres en traje sentados en una mesa con micrófonos frente a ellos, uno de ellos mira al otro mientras este revisa un documento, con banderas de fondo.
Juan Carlos I y Felipe VI. | El Cierre Digital

Ya en diciembre de 2021 conocíamos que Juan Carlos I pretendía acelerar su vuelta a España que, después de varias 'trabas' que le ha puesto su hijo Felipe, aún no se ha producido. Según pudo saber Elcierredigital.comFelipe VI habría enviado un emisario para intentar convencer a su padre de retrasar la vuelta a España. Sin embargo, fuentes cercanas al Emérito confirmaban a este periódico que su intención es volver cuanto antes ya que considera que "las circunstancias que motivaron su marcha ya no existen". 

La renuncia a la herencia 'envenenada' de Juan Carlos I

El rey Felipe VI renunciaba, un domingo 15 de marzo de 2020, en plena crisis sanitaria y política en España, con la población confinada en sus casas y el Éjercito ya en las calles, a la herencia, posiblemente millonaria -fuentes económicas solventes aseguran que el patrimonio del Rey Emérito español asciende a unos 800 millones de euros-, que personalmente le pudiera corresponder de su padre, don Juan Carlos de Borbón, "así como a cualquier activo, inversión o estructura financiera cuyo origen pueda no estar en consonancia con la legalidad o con criterios de rectitud e integridad que rigen su actividad institucional y privada y que deben formar la actividad de la Corona", rezaba el comunicado oficial emitido aquel domingo por la Casa del Rey. 

Sin embargo, este hecho choca frontalmente con el artículo 991 del Código Civil español que señala que: "Nadie podrá aceptar ni repudiar sin estar cierto de la muerte de la persona a quien haya de heredar y de su derecho a la herencia". Esto significaría que la decisión de Felipe VI no puede ser efectiva hasta la muerte de su padre, ya que en este caso la realeza no está por encima del pueblo soberano. El comunicado público sirvió fundamentalmente de cara a la ciudadanía y a tener claro cuáles son sus posicionamientos ante una herencia que se prevé difícil y complicada de sacar a la luz, pero millonaria.

La decisión del actual monarca llegaba un día después de que el diario británico The Telegraph publicara que Felipe VI aparece como el segundo beneficiario de la Fundación 'offshore' Lucum, que figura como titular de la cuenta bancaria donde se ingresó la supuesta donación de 65 millones de euros del Rey de Arabia Saudí, Abdulllahbin Abdul Aziz Al Sud,  a su padre, el Rey Emérito Juan Carlos I. 

En el documento de los estatutos publicado por el diario británico The Telegraph  figura que "el segundo beneficiario debe mantener durante su vida al resto de la Familia Real" y "satisfacer" cualquier "petición razonable" que pudieran hacerle su madre, hermanas e hijos.  Juan Carlos de Borbón habría creado el 31 de julio de 2008 la Fundación Lucum, radicada en Panamá.

Entre los movimientos de Lucum, aparte de las transferencias millonarias supuestamente a Corinna Larsen y a Marta Gayà, también aparecen cuatro transferencias a España por "necesidades personales" durante los primeros seis meses de 2009 por una cantidad de 800.000 euros.

La Casa Real hizo público entonces un comunicado en el que informaba de que don Juan Carlos dejaba de percibir la asignación que tenia fijada en los presupuestos de la Casa de Su Majestad el Rey, de cerca de 200.000 euros.

Un grupo de personas posando en una escalera frente a un edificio de ladrillo.
Familia Real. | El Cierre Digital

El Palacio de la Zarzuela emitía ese comunicado tras conocerse las informaciones publicadas por varios medios respecto a que Felipe VI aparecía como beneficiario de dos fundaciones llamadas "Zagatka" y "Lucum", donde aparece la larga sombra de su padre.

En el caso de la Fundación Zagatka, se afirma que el rey Felipe desconocía su existencia, "pero que en tal caso renuncia a ella". Esta fundación se creó en Liechtenstein el 1 de octubre de 2003 y figura vinculada Álvaro de Orleans, primo lejano de Juan Carlos I, de 73 años, que según publicó el diario El País abonó vuelos privados del Rey Emérito. Según las investigaciones, Álvaro de Orleans nombró a Juan Carlos de Borbón tercer beneficiario de los fondos millonarios que esta fundación administra, siempre en el supuesto de que fallecieran él o uno de sus dos hijos (el primer y segundo beneficiario respectivamente). La Fundación Zagatka tenía una cuenta abierta en el banco suizo Credit Suisse.

En cuanto a la famosa Fundación Lucum, la Casa del Rey afirma que  Felipe VI tuvo conocimiento por un despacho de abogados en marzo de 2019 y que, en abril, compareció ante notario para manifestar que había dirigido una carta a su padre para que "si fuera cierta su designación o la de la Princesa de Asturias, Leonor, como beneficiarios de la citada Fundación Lucum, dejara sin efecto tal designación, manifestando igualmente que no aceptaría participación o beneficio alguno en esa entidad".

Esta famosa acta notarial se mantuvo en secreto durante cerca de un año, mientras que en los medios de comunicación internacionales y también españoles se publicaban movimientos importantes de dinero desde esta fundación hacia cuentas de personas muy conocidas por Felipe VI, como Corinna Larsen, Marta Gayà o Álvaro de Orleans ¿El porqué de ese silencio de casi un año? Un interrogante importante al que no respondió la Casa del Rey.

Dos hombres sonrientes caminando juntos en una alfombra roja, acompañados por guardias de seguridad.
Juan Carlos I con el rey Salman de Arabia Saudí hace seis años. | El Cierre Digital

El comunicado afirmaba también que Don Juan Carlos sí pidió que se hiciera público que "de las dos Fundaciones anteriormente citadas, en ningún momento facilitó información" a su hijo y que "ha designado para su representación al abogado Javier Sánchez-Junco Mans que, en el ejercicio del derecho a la defensa, será a partir de este momento quien proceda a dar cuenta públicamente de las informaciones que le puedan afectar". Este letrado ya representó los intereses del BBVA de Francisco González en la querella contra Ausbanc y su presidente Luis Pineda.

Desde entonces, han pasado muchas cosas en la Casa del Rey. Su cuñado Iñaki Urdangarin, todavía esposo de la infanta Cristina, salía en tercer grado penitenciario y goza de casi total libertad, por ejemplo, pero el suceso sin duda más significativo fue la salida al "exilio dorado" hacia Abu Dabi de Juan Carlos I, donde permanece desde entonces sin que se le haya permitido regresar a España, de momento, a pesar de las dos regularizaciones fiscales que ha efectuado ante la Hacienda Española, la última de cuatro millones de euros.

Estas regularizaciones o ponerse al día con la Hacienda española hay que interpretarlas en clave de un intento de acercar posturas entre padre e hijo, ya que Juan Carlos I desea volver a España con libertad, aunque el incidente protagonizado por sus hermanas al ponerse la vacuna contra el COVID en Abu Dabi durante una visita a su padre parece que no contribuyó a calmar las aguas reales, sino todo lo contrario, a agitarlas todavía más.

Tensiones familiares en la llegada al trono de Felipe

El advenimiento de Felipe VI al trono llegó en un momento complicado para la Institución. La abdicación de su padre y su llegada al trono era una manera de salvar la Corona. A partir de ese momento, el nuevo rey se rodeó de nuevos nombres y apartó a todas aquellas personas que recordaban al reinado de su padre. Un gesto que recuerda a los inicios de su padre en los que intentaba huir de la sombra de Franco, el hombre que le nombró rey.

Esta ‘limpieza’ afectó también a la familia. El monarca tuvo claro que uno de los motivos que llevaron a salir a su padre de la Jefatura del Estado fue el escándalo Nòos, que acabó con los huesos de su cuñado Iñaki Urdangarin en la prisión de Brieva (Ávila) y, sobre todo, por la presencia como imputada de la Infanta Cristina. La sociedad reclamaba un gesto y Felipe VI apartó a su hermana y a sus sobrinos de la corte. Esto generó por su lado una serie de desavenencias familiares que aún no se han aclarado y que de vez en cuando se recrudecen en público como la pasada pascua en Palma de Mallorca.

Para muchos, la gran perjudicada es la  Infanta Elena. “Durante años la palabra Infanta siempre ha ido el plural. Hablar de una era hablar de las dos y claro, eso le ha perjudicado injustamente. Las hijas de los Reyes son aún pequeñas para viajar solas. Por eso, a nivel de actos de Estado, es completamente absurdo e ineficiente que no se la use más. Es una señora con experiencia y que cuando acude a distintos eventos cumple eficazmente su papel de representar a España”, explica a elcierredigital.com un habitual de los círculos diplomáticos.

“A nivel privado sí que han recurrido más a ella, para representar a la familia. Pasó cuando murió la Duquesa de Alba. Los Reyes no acudieron, en una falta de respeto gravísima, y Elena fue y cumplió con dignidad regia. Pero, por ejemplo, en algunas bodas de los Grimaldi recientes no ha ido nadie de la familia y ella podría haberlo hecho bien. Estos actos privados luego sirven mucho a nivel diplomático”, añaden las fuentes consultadas.

El funeral por la memoria de la Infanta Pilar que tuvo lugar en El Escorial el 29 de enero evidenció esta tensión cuando los Reyes se acercaron a saludar a la Princesa Beatriz de Holanda, haciendo caso omiso a sus hermanas Elena y Cristina, sentadas junto a la que fuera Reina de los Países Bajos. Felipe VI ha querido enfatizar la familia real nuclear. Junto a su esposa, la Reina Letizia, sus hijas Leonor y Sofía y, cada vez más puntualmente, la reina emérita doña Sofía. Paralelo al asentamiento del reinado de Felipe, hemos asistido a la caída cada vez más en desgracia del rey emérito.

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