Estas son las pruebas de ADN de Albert Solá, presunto hijo del Rey Juan Carlos I
La Mesa del Congreso vetó el martes las preguntas que el grupo parlamentario EH Bildu había dirigido al Gobierno.
La Mesa del Congreso de los Diputados vetó este pasado martes las preguntas que el grupo parlamentario EH Bildu había dirigido al Gobierno sobre los derechos sucesorios de Albert Solà, el hombre que asegura ser el hijo primogénito del rey emérito, Juan Carlos I. El diputado abertzale dirigía tres preguntas el pasado 5 de octubre al Congreso argumentando que varios medios de comunicación informaban de la existencia de este informe de ADN, aunque en realidad el informe lo publicó en exclusiva solo elcierredigital.com y el resto de medios se hizo eco de esa información.
Pero el Congreso le negó dar traslado de la pregunta al Gobierno, con el argumento de que la misma "viola la cortesía parlamentaria", respondió la cámara. La consecuencia de esa negativa es que Gobierno no tendrá que contestar a ninguna de las tres cuestiones que planteaba Bildu. El diputado publicaba en su Twitter lo ocurrido.
Albert Solà lleva años asegurando que es hijo ilegítimo del rey Juan Carlos. En diciembre del año pasado se conocieron unos resultados de ADN, según los cuales, hay una coincidencia del 99 por ciento entre el Rey Emérito y Albert Solà, que presentó incluso una demanda de paternidad con recorrido hasta el Tribunal Supremo, que negó admitir la demanda a trámite porque esa prueba fue realizada sin permiso del rey Juan Carlos y que Solà ocultaba datos.
Elcierredigital.com decidió publicar los análisis de ADN de Solà el pasado mes de junio tras conocer que el excomisario José Manuel Villarejo habría intentado filtrar esa información. Entonces Albert Solá decidió desvelar en exclusiva en Elcierredigital.com los análisis de ADN que el CNI (Centro Nacional de Inteligencia) le exigió realizarse para comprobar la veracidad de su historia.
“Me llegó una información a mediados de diciembre de 2019 referente a que el excomisario Villarejo se disponía a publicar en breve unos documentos sobre mi historia. El único documento que puede tener él, son mis análisis de ADN. En 2007, el director del CNI en Barcelona me propuso personalmente realizar estos análisis. Fue a través de un exmiembro del CNI con quien yo tenía contacto, Antonio Rodríguez. Vinieron desde Barcelona para hacerlo. Delante de mí llamaron a sus colegas en Madrid y pidieron un favor y que fuera lo más rápido posible: Que les enviaran cualquier objeto que utilizara el Rey (Juan Carlos I). Al final enviaron un vaso directamente al laboratorio de Lérida donde se realizaron los análisis”, relataba Albert Solá para Elcierredigital.com.
Los antecedentes recogidos en el informe firmado por los laboratorios Neodiagnóstica explican que "en fecha 26 de octubre de 2007 recibimos de Alberto Solá Jiménez una solicitud para realizar una prueba de identificación genética. En fecha 5 de noviembre de 2007 recibimos la muestra a analizar, consistente en hisopos bucales. Neodiagnóstica S.L. identificó la muestra con el código 7FID1023-M1".
La descripción de la prueba recoge el método para realizar este análisis de ADN: "La técnica de la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) se analiza un conjunto de marcadores STR (fragmentos cortos de ADN repetido) y el marcador de género Amelogenina. La combinación de los marcadores forma el perfil de ADN, que es único para cada individuo con más de un 99,99% de probabilidad". La prueba comenzó el 5 de noviembre y finalizó el 13 de noviembre de 2007. La prueba concluye con que "estos resultados establecen con una fiabilidad superior al 99.9999 %, que el perfil genético es prácticamente único" y está firmado por Joel Salta, director Técnico.
Según Solá, los resultados de estos análisis fueron como él esperaba. “Después de unos quince días, me llamaron para ir de manera urgente al laboratorio. Me pusieron en contacto con el director del laboratorio de Lérida, Jaime Buj. Ellos me llamaban ‘el Principito’. Buj me confirma entonces la secuencia de los hechos: Que el CNI le entregó un gran sobre cerrado en cuyo interior había un vaso. El director del laboratorio me dijo que no sabía de quién era realmente, pero que denominó en los análisis a la persona que bebió en ese vaso ‘individuo B’, mientras que a mí me calificaba como 'individuo A'”, relataba en una charla para nuestro periódico. De hecho la última página del periódico refleja la procedencia de la otra parte de las pruebas "Casa real".
Pero la sorpresa Elcierredigital.com llegó cuando los agentes del CNI le pidieron grabar en vídeo una declaración donde renunciaba a cualquier tipo de derecho que tuviese por razón de su herencia. Algo no necesario, ya que la Constitución impide gobernar a los hijos habidos fuera del matrimonio, si éste fuera el caso.
Albert Solà siempre dice lo mismo, cuando se le pregunta sobre este suceso: "Las pruebas las hicieron a cambio de que yo grabara en vídeo mi renuncia a la corona española para siempre. Yo nunca he querido nada, por supuesto que renuncié a favor del actual rey Felipe VI. Ni firma ni nada, grabamos ante una cámara mi renuncia. Yo pagué 150 euros por esa prueba de ADN para tener constancia directa de los análisis. Envié mi Kit de análisis al laboratorio y a los quince días me llamaron y me convocaron".
Siempre según la versión de Solà, "el entonces director del CNI en Barcelona me dijo “ya sabíamos que el Rey es tu padre, pero ahora los análisis aportan una coincidencia del 99,9 por ciento entre ambos individuos examinados...”
Cuando Solà acudió al Tribunal Supremo para reclamar la partenidad el Alto Tribunal no aceptó este vaso como prueba, aunque sí lo habia hecho la Audiencia Provincial, al ser una prueba tomada sin consentimiento. "Ahora, tras la información que me llegó hace unos días respecto a que Villarejo se disponía a publicar unos documentos sobre mí, contacté con el miembro del CNI que está ya fuera de servicio, pero no me contestó, aunque mi mensaje fue leído".
Albert Solà recuerda que entonces el contacto con el CNI era fluido: "Estuvieron unos cinco años junto a mí, viéndonos muy a menudo, llevándome a varios sitios en coche, comiendo juntos... Estos contactos frecuentes duraron desde 2007 a 2012. Mi relación con estos miembros del CNI se rompió cuando llegó Ingrid Sartiau (otra supuesta hija ilegítima del Rey Juan Carlos). El CNI quiso grabar la secuencia directa de la llegada de Ingrid. Creo que ellos querían conocerme mejor, saber de mis auténticas intenciones, controlarme... En otra ocasión, incluso ellos mismos me confirmaron que estaba siendo vigilado por el Ministerio del Interior, que había alquilado dos pisos francos cerca de mí por mi propia seguridad".
La revelación en exclusiva de Elcierredigital.com de la historia de Albert Solà y de estos análisis de ADN impactó en los círculos sociales, económicos y políticos, del mismo modo que también ha molestado a según qué personajes influyentes. A nivel mediático también han causado impacto los documentos revelados por nuestro periódico y muchos digitales y televisiones se hicieron eco de esa información.
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