Escándalos de Froilán: disparos accidentales y prohibiciones en discotecas.
Froilán, nieto del Rey Emérito, fue expulsado de una discoteca por lanzar dióxido de carbono.
Hace meses que poco o nada se sabía de la vida de Froilán, más allá de sus vaivenes sentimentales junto a Mar Torres. Todo lo contrario a su hermana, Victoria Federica, que se ha convertido en una de las grandes ‘influencers’ de nuestro país.
El pasado fin de semana, unas comprometidas imágenes del sobrino de Felipe VI han visto la luz pública. En ellas, el protagonista aparece disfrutando de una fiesta en una conocida sala de la capital. Hasta ahí todo normal, pero lo cierto es que cuando todos los asistentes disfrutaban de los últimos coletazos de la noche, Froilán decidió hacerse con un cañón que contenía dióxido de carbono para, segundos después, arrojárselo al público. Una acción que tuvo consecuencias inmediatas.
En un vídeo que se ha hecho viral en las redes, se ve cómo el nieto del Rey Emérito coge el cañón y apunta contra algunos de los presentes, mostrándose estos visiblemente molestos. La seguridad de la discoteca le acabó echando del local, al que no le importó acaparar todas las miradas.
Los escándalos de Froilán
Desde pequeño, el calificativo de rebelde ha acompañado a Froilán, pasando de ser el miembro de la Familia que más alegría despertó, al ser el primer nieto de Juan Carlos y Sofía, a ser el más criticado. El hijo de la infanta Elena y Jaime de Marichalar ha llamado la atención desde bien pequeño y, de vez en cuando, sigue haciéndolo.
Uno de los episodios que más se recuerdan es el que protagonizó en la boda de Felipe y Letizia Ortiz, cuando decidió dar una patada a su prima Victoria López de Quesada siendo ella también una cría. Y ya de mayor, ha sacado su carácter con los periodistas, a quienes les dedicó una 'peineta', cuando paseaba con su abuela Sofía y su hermana Victoria Federica.
A los trece años, jugando con una escopeta de calibre 36, por cierto, prohibida en España hasta la edad de catorce años, se disparó a sí mismo. Afortunadamente, Froilán solo se causó una herida en el pie derecho, aunque las bromas al respecto le persiguen todavía a día de hoy.
Tampoco el colegio parecía ser lo suyo. En 2013, de doce asignaturas, aprobó dos: inglés y educación física. Por lo que sus padres le mandaron a EE.UU, a una escuela que les costaba 43.000€ al año y, aunque repitió tres veces, logró graduarse con el resto de compañeros aprobando cinco cursos en tal solo tres años, cosa que en España sería imposible debido a la estructuración del sistema educativo.
De vuelta en España, en 2017, ‘Sálvame’ emitió unas imágenes del nieto del emérito en plan chulesco con otro chico en la puerta de una discoteca de madrugada. Al año siguiente fue víctima de un robo cuando iba a entrar al BingoCaneo. Llevaba encima 1.400 euros. Esta cantidad despertó las críticas, no sólo por el montante sino también porque estuviera destinado a un juego.
Los nietos de Juan Carlos I, beneficiarios de fondos ajenos
Juan Carlos I fue investigado por usar dinero proveniente de un empresario mexicano para pagar gastos personales y familiares. Algunos medios aseguraron que tanto las infantas como Victoria Federica y Froilán, nietos del Rey Emérito, usaron esos fondos durante, al menos, tres ejercicios fiscales. Según parece, Victoria Federica y Froilán se gastaron ese dinero en El Corte Inglés, en desplazamientos con Uber y hasta en unas clases de piano.
Durante la pandemia su rebeldía también hizo acto de presencia. Y es que, cuando la gente tuvo que ser más solidaria que nunca con el prójimo y respetar las restricciones, Froilán se paseaba sin mascarilla, saltándose el confinamiento y sin distancia social con sus amigos.
Sus irregularidades circulatorias también han sido objeto de tertulias. En una ocasión, le multaron por aparcar su Audi Q3 en pleno paso peatonal. En otra, yendo con su hermana, lo aparcó en una parada de taxi, siendo sancionado con 200 euros de multa.
Ahora, su última salida sacude las redes, por donde circula el vídeo de un Froilán desatado en una discoteca cogiendo un cañón de dióxido de carbono que arroja a la gente que baila en la pista.
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