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INVESTIGACIÓN

Escándalo en la Santa Sede: Detienen a Celia Marogna, la 'espía' del cardenal Becciu

Las investigaciones por la presunta malversación de fondos en el seno de la Santa Sede.

La investigación por caso de la presunta malversación de fondos de la Santa Sede por parte del ex número tres del Vaticano, Giovanni Angelo Becciu está alcanzando sus mayores niveles. Y todo se debe gracias a la acción del Papa Francisco I, quién ya se expresó públicamente en contra de todo tipo de conductas que pudieran estar bajo la sospecha de la corrupción.

Según declaró John Allen, experto del Vaticano y que conoce de cerca a Bergoglio, el pontífice “está más inclinado a hacer rodar cabezas ya que el Papa está muy concienciado en acabar con la corrupción”. Una de las primeras medidas que tomo cuando llegó a su cargo fue cancelar 5.000 cuentas de dudoso origen en el banco de la Santa Sede.

Por esta razón, y bajo la petición expresa de Francisco I, la Policía financiera de Milán procedió a la detención de la economista Celia Marogna. Esta operación se ha llevado a cabo gracias a una orden de captura internacional emitida por los investigadores del Vaticano, que han activado a la Interpol.

Medio millón de euros para crear una red diplomática

Según fuentes policiales, a Marogna se le acusa de malversación de fondos, por parte del cardenal Becciu, quién le entregó supuestamente a la economista medio millón de euros con el fin de crear una “red diplomática paralela” al servicio del entonces Sustituto de la Secretaría de Estado. Para muchos Marogna está consideraba como la ‘espía’ de Becciu.

Persona con gafas grandes sonriendo, con un cerdo de juguete al fondo.
Celia Marogna, la economista detenida. Fuente: Religión Digital. | ElCierreDigital

Celia es una italiana, de 39 años, que conoció hace cuatro años al ex cardenal y desde el primer momento comenzó a trabajar para él. Ambos construyeron una red que, entre otras cosas, trataba de tomar información para tratar de liberar a los sacerdotes y monjas secuestrados en territorio difícil.

En una reciente entrevista con Emiliano Fittipaldi, Marogna admitió haber cobrado dicha cantidad, entre 500.000 y 600.000 euros, para cubrir los gastos de su labor 'diplomática' extraoficial.

“Tengo una carta del cardenal dándome su autorización”

En dicha entrevista también la economista defiende su inocencia aunque asegura que “Becciu y yo no éramos los únicos que llevábamos ciertos negocios”. Asimismo ha querido desmentir que no ha utilizado ningún fondo del Vaticano para pagar rescates a misioneros secuestrados.

“Estamos hablando de unos pocos cientos de miles de euros gastados en cuatro años. Y las transferencias que mi compañía recibió del Vaticano incluían mi salario. No soy un misionero, ¿verdad? Me pagan por el trabajo que hice”, asegura Marogna.

Finalmente, la entrevista concluye con la negación por parte de la economista de que actuara a espaldas de Roma. Así lo ha querido subrayar: “Tengo una carta del cardenal autorizándome a viajar y a tener relaciones diplomáticas para ayudar a la Iglesia en un territorio difícil”.

Nada más conocerse la información sobre la detención de la economista, Becciu ha querido defenderse públicamente de las acusaciones. Según las explicaciones del ex cardenal, él creía que el dinero se empleaba ara negociar la liberación de algunos misioneros secuestrados en África y Asia. Y resalta que le han estafado.

Dinero destinado a artículos de lujo

Según apunta el medio La Vanguardia esta palabras de Becciu se producirían para desvincularse de Morogna, ya que el caso, tal y como indica el diario, sería más grave. Al parecer la experta en relaciones internacionales presuntamente dedicó el dinero desviado del Vaticano a la compra de bolsos, zapatos, cosméticos y accesorios de marcas de lujo, además de una butaca de 12.000 euros.

Ella justificaba estos gastos diciendo que “tal vez el bolso era para la esposa de un amigo nigeriano que podía hablar con el presidente de Burkina Faso”.

Un cardenal vestido de rojo está de pie en un edificio con decoración elaborada, acompañado por otros clérigos y un guardia suizo.
El ex cardenal Becciu en un acto religioso. | ElCierreDigital

Todo esto ocurre días después de que el organismo del Consejo de Europa Moneyval visitara la Santa Sede para analizar sus esfuerzos para salir de la 'lista negra' de países que financian el terrorismo o favorecen el blanqueo de dinero. El Papa Francisco, al recibir a los expertos, aseguró que "expulsaría" a los "mercaderes del templo". Parece que iba en serio.

Cabe recordar que el ex cardenal Becciu fue cesado por este escándalo el 24 de septiembre y se le retiraron las funciones de cardenal y su cargo en la fábrica de santos de la Iglesia.

El prelado español Lució Ángel fue detenido por revelación de secretos

Este caso del ex número 3 del Vaticano se está convirtiendo en un hecho insólito en la historia de la Iglesia pues por primera vez pide la extradición de una laica italiana. Además está conmocionando a los feligreses.

Aunque estos hechos recuerdan mucho a la detención de Lucio Ángel Vallejo Balda y Francesca Chaouqui.

En 2015 el prelado español y secretario de la Prefectura para Asuntos Económicos de la Santa Sede, Lucio Ángel Vallejo Balda, fue detenido acusado de sustraer y divulgar noticias y documentos reservados del Vaticano.

Un sacerdote con sotana negra sonríe frente a la Basílica de San Pedro en el Vaticano.
Lucio Ángel Vallejo Balda, detenido en 2015 por desvelación de secretos. Fuente: Diario de Valladolid. | ElCierreDigital

Dentro de la misma operación también se detuvo a la seglar italiana Francesca Immacolata Chaouqui, consultora para la reforma económica y organizativa de la Santa Sede. Pero en poco tiempo la dejaron en libertad por su colaboración en la investigación. Así lo informó la Santa Sede a través de un comunicado.

Tanto monseñor Vallejo Balda, que es miembro del Opus Dei, como Chaouqui, formaron parte de la Comisión para el estudio de las actividades económicas y administrativas de la Santa Sede, que el Papa Francisco creó en julio de 2013 y después disolvió una vez dicha comisión cumplió su cometido: revisar las cuentas y tarjetas de crédito del Vaticano y hacer propuestas para una mejor gestión económica de la Santa Sede.

Según las indagaciones desarrolladas por la magistratura vaticana, ellos dos serían las personas responsables de filtrar información reservada para la publicación de dos libros sobre la Santa Sede.

Finalmente, en 2016 el Tribunal del Vaticano condenó al sacerdote a 18 meses de prisión por este asunto. En la sentencia se absolvió los periodistas Gianluigi Nuzzi y Emiliano Fittipaldi por “defecto de jurisdicción”, así como a Nicola Maio, un antiguo trabajador de la comisión de investigación instituida en el verano de 2013 por el papa Francisco para investigar los desmanes financieros. También existió una condena para su ayudante Francesca Chaouqui de 10 meses de reclusión por su participación, pero quedó suspendida.

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