El desahucio del Guadalpin, el hotel de la 'corrupción' de Marbella: Nido de amor

En la mañana de este jueves, 11 de julio, el Gran Hotel Guadalpin Banús, ubicado en Marbella, ha sido escenario de un desalojo parcial ordenado por un Juzgado de lo Mercantil de Málaga. A las 5:00 de la mañana la policía acordonó el hotel, impidiendo la entrada a la mayoría de los trabajadores mientras 200 huéspedes aún permanecían en las instalaciones.

El desalojo afectó a áreas críticas como aparcamientos, cocinas, tres restaurantes y 49 habitaciones, amenazando la continuidad de sus operaciones y poniendo en riesgo 180 empleos.

La operación se prolongó hasta las 14:30 horas sin mayores incidentes, aunque se vivieron momentos de tensión en la entrada del hotel, donde numerosos empleados se congregaron mientras se llevaban a cabo los desalojos de áreas comunes, incluyendo dos restaurantes, salones, oficinas y el aparcamiento completo​.

El desalojo se originó a partir de una demanda presentada por dos de los múltiples propietarios del establecimiento,  siendo este el segundo desalojo en un año, tras el ocurrido el 3 de julio de 2023 que afectó las cocinas y terrazas del hotel.

La delicada situación financiera que atraviesa el establecimiento viene de lejos y  ya han sido varias las protestas de los empleados, que han mostrado su frustración ante la medida judicial, que pone en riesgo casi 200 empleos. La policía permitió el acceso de un grupo reducido de trabajadores para mantener las operaciones básicas, pero el cierre de las cocinas generó caos en el servicio de desayuno, afectando a los clientes que aún permanecían hospedados.

Inaugurado en 2004, el Gran Hotel Guadalpin Banús rápidamente se estableció como uno de los hoteles más prestigiosos de Marbella, atrayendo a una clientela de élite, entre la que se encontraban celebridades como Sean Connery (propietario del terreno donde se edificó el hotel), Antonio Banderas o Eva Longoria. La cantante  Isabel Pantoja también adquirió uno de sus lujosos apartamentos, contribuyendo a la fama del establecimiento. 

Ubicado en una posición envidiable  —frente a la playa en Nueva Andalucía, a solo unos minutos de Puerto Banús—, el hotel ofrecía una experiencia de lujo con sus elegantes habitaciones, suites de diseño exquisito y una variedad de servicios de alta gama.

Este hotel es 'primo hermano' del Guadalpin Suites de Marbella. Ambos se inauguraron en 2004, cuando Julián Muñoz regía esta localidad de la Costa del Sol,  mantenida durante muchos años por la corrupción del 'gilismo'. 

La corrupción del Guadalpin Suites de Marbella

El hotel Guadalpin Suites, situado en Marbella capital, en el Bulevar Príncipe Alfonso de Hohenlohe, fue  el principal foco de la corrupción urbanística  más palpable de la época de Jesús Gil y su 'peón' Julián Muñoz. 

Según el sumario de la 'operación Malaya', Isabel Pantoja y Maite Zaldívar, ambas relacionadas sentimentalmente con Julián Muñoz, recibieron tratos de favor, incluyendo rebajas significativas en los precios de sus apartamentos en el Hotel Guadalpin Suites. Estos privilegios se concedieron en el contexto de una red más amplia de corrupción que afectó a la administración municipal de Marbella, donde Muñoz y otros funcionarios fueron acusados de malversación de fondos y otros delitos relacionados.

Según la instrucción judicial, Julián Muñoz utilizó una presunta red de blanqueo de dinero, en la que también estaban implicadas Pantoja y Zaldívar. Esta red involucraba la transferencia de grandes sumas de dinero a través de cuentas bancarias en paraísos fiscales y la compra de propiedades de lujo a precios inflados, ocultando así los fondos obtenidos ilícitamente.

Como ya informó elcierredigital.com,  en el caso de la tonadillera el presunto blanqueo de capitales se hizo de tres formas: Mediante la compra del apartamento número 105 del Hotel Guadalpin Suites, de Marbella. Se compró el día 24 de febrero de 2003 por parte de la entidad  Franbel Artis SL (propiedad de Isabel Pantoja) a AIFOS Arquitectura y Promociones Inmobiliarias por valor de 353.695 euros. La finca estaba libre de cargas y de toda situación arrendeticia.  El apartamento se pagó en metálico y tuvo una reducción considerable en su precio, en torno a un 33,75 por ciento respecto al precio de venta de otros inmuebles. El apartamento luego fue vendido en 2007 por Isabel Pantoja  para pagar la hipoteca del chalé de la Pera.

Cuando Franbel Artis compró en metálico el apartamento de Guadalpin por 353.00 euros, solamente en su caja contable había un saldo positivo de 14,98 euros. Además, hasta el año 2005 no se contabilizó dicha adquisición en el balance de Franbel Artis.  A la vista de estos saldos bancarios, la Justicia dictaminó que “es evidente que Franbel Artis no tenía capacidad financiera alguna para poder afrontar el pago del apartamento".

Así vivieron la Pantoja y Maite Zaldívar en el Hotel Guadalpin

Como ya publicó el director de elcierredigital.com, Juan Luis Galiacho, dos días después de la compra del apartamento número 105 del Hotel Guadalpin Suites, Julián Muñoz concedió la licencia de primera ocupación a la entidad Aifos, así como el acuerdo del levantamiento de la paralización de las obras.

Como se ha dicho, hasta el año 2005 no se contabilizó esta adquisición en el balance de Franbel Artis. Pero además, los saldos bancarios de la tonadillera y de todas sus sociedades factureras (Pantomar, Panriver, Agosbril, Franbel Artis, Belfran Artis) solo arrojaban total de 490.326 euros a 31 de diciembre de 2002, por lo que era muy difícil que entre todas se gastaran ese dinero para pagar en metálico el apartamento en cuestión.

Por otra parte, entre abril de 2003 y enero de 2004, Maite Zaldívar se alojó sin costo alguno en la suite 307 del Gran Hotel Guadalpin Marbella, lo que generó una deuda de 80.384,10 euros. La promotora Aifos, propietaria del hotel, demandó a Zaldívar por este impago. Una noche en la suite del Guadalpin Suites Marbella podía costar entre 600 y 900 euros en temporada alta en aquellos tiempos. 

La caída de la inmobiliaria Aifos y el Gran Hotel Guadalpin Banús

Esta situación se unió a los problemas financieros que comenzaron a emerger con el tiempo. La crisis económica de 2008 afectó gravemente al sector turístico en España y el Gran Hotel Guadalpin Banús no fue la excepción. Las dificultades para mantener el flujo de clientes y los altos costos operativos empezaron a hacer mella en las finanzas del hotel.

Además, la administración del hotel tuvo que lidiar con varios litigios y disputas legales que complicaron aún más su situación financiera. A pesar de varios intentos de reestructuración y cambios en la gestión, el hotel no logró estabilizarse completamente.

La  promotora inmobiliaria Aifos, clave en el desarrollo del hotel, fue una de las mayores promotoras de viviendas en España, especialmente en Andalucía. Fundada en 1987, Aifos alcanzó su apogeo durante el boom inmobiliario,  desarrollando numerosos proyectos residenciales y hoteleros. Sin embargo, la empresa se declaró en bancarrota en 2009, con una deuda aproximada de 1.000 millones de euros, lo que afectó a más de 6.000 familias.

Aifos  no solo dejó proyectos inconclusos, sino que también acumuló una deuda significativa con Hacienda, que asciende a unos 91,4 millones de euros. Tras su entrada en concurso de acreedores, los activos de Aifos  han sido subastados en múltiples ocasiones para intentar saldar sus deudas. En enero de 2023, más de 110 inmuebles salieron a subasta con un precio total de salida de 11,8 millones de euros, y en julio de 2023 se subastaron otros 150 inmuebles valorados en 1,2 millones de euros.

A pesar de varios intentos de reestructuración, el hotel no está logrando superar sus dificultades financieras.  La falta de inversión en renovaciones y la competencia feroz de nuevos establecimientos contribuyeron a su declive. Los litigios y disputas legales constantes complicaron aún más la situación, resultando en el desalojo parcial que se ha vivido este jueves.

El cierre parcial del Gran Hotel Guadalpin Banús no solo afecta a sus empleados, sino también a la economía local e imagen de Marbella. Con 180 empleos en riesgo y la reputación del hotel en entredicho, el impacto en el sector turístico es significativo. Las autoridades locales y la comunidad están buscando soluciones para revitalizar el espacio y mantener la imagen de Puerto Banús como destino de lujo.