
Daniel Maté, el vasco más rico del mundo: El nuevo 'rey de las materias primas'
Maté, accionista de la suiza Glencore, figuró en los Papeles de Panamá y se hizo de oro a la sombra del evasor Marc Rich
Daniel Maté Badenes (San Sebastián, 1964) es una de esas figuras que, pese a su inmensa fortuna, permanece en la penumbra mediática. El empresario cuenta con una fortuna estimada en 2.800 millones de dólares, según la lista Forbes 2025. La revista lo sitúa como el duodécimo más rico del Estado español y el mayor patrimonio de Euskadi.
Maté ha forjado su riqueza en el competitivo y opaco mundo de las materias primas, específicamente en la multinacional Glencore, donde es el tercer mayor accionista con un 3% de participación.
Pese a sus logros financieros, Daniel Maté ha mantenido un perfil extremadamente bajo. Vive en el cantón suizo de Schwyz, está casado con Luisa Leza y tiene dos hijos: David y Gabriela. David ha fundado empresas en el comercio electrónico y reside en Baar, una tranquila ciudad suiza que también es la sede de Glencore. Gabriela, por su parte, es conocida en el mundo ecuestre. La hija del magnate ha participado en torneos hípicos junto a herederas de élite como Marta Ortega o Athina Onassis.
De Deusto a Glencore: el ascenso en la élite empresarial
Maté es licenciado en Economía y Derecho por la Universidad de Deusto. Su carrera cambió para siempre en 1988, cuando se incorporó a la oficina madrileña del controvertido Marc Rich. Este belga era conocido como 'el rey de las materias primas'. Tres años después Maté se trasladó a Suiza, donde participó en la evolución de la empresa hacia lo que hoy conocemos como Glencore. Esta empresa es en la actualidad una de las mayores comercializadoras y productoras de materias primas del mundo.
A mediados de los 90, Maté pasó a formar parte del núcleo directivo de la compañía. Y en 2011, cuando Glencore salió a Bolsa, su patrimonio se hizo público. El vasco poseía entonces 2.400 millones de dólares en acciones, con lo cual irrumpió en la lista de grandes millonarios discretos de Europa.

En Glencore, Daniel Maté ha sido clave en la dirección de su división de metales, especialmente zinc y plomo, de la que hoy es el principal responsable a nivel mundial. Es también consejero de la minera peruana Volcán. Y ha realizado inversiones inmobiliarias significativas, como la compra del emblemático edificio de Telefónica en Barcelona y varios inmuebles en Gran Vía de Madrid.
Aunque su fortuna creció en paralelo al éxito de Glencore, la carrera de Daniel Maté no ha estado exenta de controversias. En noviembre de 2017, su nombre apareció en los Papeles del Paraíso. Se reveló que Glencore utilizaba bufetes especializados en Bermudas para crear empresas ficticias y evadir impuestos. Pese a lo cual, Maté nunca ha sido requerido por la justicia.
Marc Rich, el hombre que se instaló en Suiza tras huir de Estados Unidos
Glencore plc, con sede en Baar, Suiza, es hoy una de las mayores compañías del planeta en el ámbito de las materias primas. Comercializa metales, petróleo, gas, carbón, productos agrícolas y más, con clientes en industrias que van desde la automoción a la energía.
La empresa nació en 1994 como una evolución de Marc Rich & Co AG, la empresa fundada por Marc Rich en 1974 en Madrid. La empresa se especializó en el comercio de petróleo y materias primas en mercados donde otros no se atrevían. Entre otros, la compañía hizo fortuna en Irán, Libia, Cuba o Sudáfrica.
En 2013, Glencore (que se 'hizo rica' gracias a todos los enemigos de Estados Unidos) se fusionó con la minera Xstrata, lo que incrementó enormemente su capacidad productiva. En 2011 se había hecho pública en la Bolsa de Londres, lo que permitió aflorar patrimonios como el de Maté.
No obstante, la historia de Glencore está plagada de controversias éticas, medioambientales y legales. A lo largo de su historia ha sido investigada por presuntas prácticas corruptas en EE. UU., Reino Unido y Australia, incluyendo sobornos, evasión de impuestos, y uso de milicias privadas en minas de África y América Latina. Las filtraciones de los Papeles de Panamá y los del Paraíso desvelaron cómo la empresa usaba estructuras 'offshore' para maximizar beneficios y minimizar obligaciones fiscales.
El origen mismo de Glencore está vinculado a actividades ilegales: Marc Rich fue acusado en 1983 de fraude, evasión fiscal y comercio con el enemigo. El millonario escapó de la Justicia norteamericana y se refugió en Suiza.
Marc Rich promovió una campaña en favor de su absolución en la que participó hasta el mismísimo Juan Carlos de Borbón, que envió una carta pidiendo su indulto. Pero su castigo acabó el último día de la presidencia de Bill Clinton, allá por 2001. El presidente, en plena mudanza, le concedió un polémico indulto. Clinton se disculparía públicamente por la maniobra. El magnate le devolvería el favor financiando los inicios de la carrera política de su mujer, Hillary Clinton.

Rich falleció en 2013 de un infarto, pero su legado de negocios al margen de la ética dejó una huella imborrable. Glencore, aunque remozada y cotizando en Bolsa, no ha conseguido desprenderse por completo de esa imagen oscura.
Daniel Maté y la herencia de Rich: fortuna, silencio y poder
La fortuna de Maté no solo se basa en la minería y el comercio de materias primas. También cuenta con inversiones diversificadas como Rossberg Inmobilien AG, Wildspitz SL y Gran Vía 60 SL. En Asturias, a través de Glencore, controla activos industriales clave como Asturiana del Zinc, tras la absorción de Xstrata. Y en el sector inmobiliario español, ha sido uno de los compradores más discretos y estratégicos, adquiriendo inmuebles con alto valor patrimonial.
La vida de Maté se ha construido sobre el legado de un imperio, el de Marc Rich, que desde sus inicios desafió las normas y los límites morales. A diferencia de su mentor, Maté ha evitado escándalos personales, no aparece en entrevistas ni en eventos sociales. Y gestiona su fortuna con la misma frialdad estratégica con la que dirige la división de zinc de una de las empresas más controvertidas del planeta.
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