Conmoción en la televisión: Susanna Griso y Carles Torras se separan 23 años después

De la televisión catalana a los informativos de Antena 3, sin obviar sus años presentando Espejo Público. La vida de Susanna Griso Raventós siempre ha estado ligada al periodismo más tradicional, y parte de sus años como profesional de la comunicación los compartió con su marido, el también periodista Carles Torras Dalmau. Tras 23 años juntos, la pareja ha decidido poner punto y final a su matrimonio.

Se trata de una separación que llega de mutuo acuerdo, según ha confirmado la revista Semana. Griso y Torras contrajeron matrimonio a las puertas del siglo XXI, en 1997, y juntos acabarían formando una familia. Tuvieron dos hijos biológicos, Jan y Mireia, y más adelante adoptaron una tercera niña de origen africano, Dorcette, en 2018.

A pesar de su alcance mediático promovido por la televisión, la relación sentimental entre los dos periodistas ha sabido mantenerse cercana al ‘anonimato’, sin que esta afectara a las otras posibles polémicas a las que se ha enfrentado la presentadora durante tantos años de programación. Una discreción de la que ambos querían ser partícipes y que han logrado mantener.

Marido y trabajo

La década de los 90 vino acompañada de vientos de éxito profesional y sentimental para Susanna Griso. En un principio, trabajó para varias cadenas autonómicas de televisión en Cataluña. Luego, en 1997, el mismo año que entraría a formar parte de RTVE Cataluña, contraería matrimonio con un joven Carles Torras.

Con su vida sentimental ya encaminada, la periodista aprovechó una oportunidad que le permitiría seguir escalando profesionalmente: la cobertura del entierro de Lady Di (Diana de Gales), quien fue esposa del hijo mayor de Isabel II, el heredero al trono Carlos de Gales. Este acontecimiento le brindó fama y reconocimiento, llamando la atención de otros canales de televisión.

De hecho, las sorpresas no acabarían ahí. Tan solo un año después de hacer oficial la que sería una relación de más de dos décadas, Griso recibiría una oferta que cambiaría por completo la vida de la pareja: trabajar en los informativos de Antena 3, junto a Matías Prats. Como era de esperar, la presentadora aceptó, y con ella su pareja también se vería arrastrada hasta la capital española, donde vivirían los años posteriores.

Esa especie de exilio con el que dejaron atrás Cataluña supuso el primer desafío al que harían frente como marido y mujer. Torras tuvo que despedirse de su tierra, que ha echado de menos durante los 23 años que ha estado alejado de ella. No en vano se describe a sí mismo como “un culé en Madrid” a través del que es su blog personal, que sigue utilizando a día de hoy.

El absoluto éxito periodístico en los inicios de los años 2000 junto a Matías no evitó que la presentadora continuase cosechando su triunfo. En 2006 reviviría el mítico programa Espejo Público, donde pasaría a ser presentadora y a competir, casi de tú a tú, con el programa de Ana Rosa en Telecinco.

Creando una familia

Los jóvenes hijos de la pareja de periodistas llegaron durante su época más gloriosa. Jan, el hermano mayor, está cerca de cumplir la mayoría de edad, y Mireia se encuentra en plena adolescencia, tiene 14 años. La gran sorpresa fue Dorcette, que entraría a formar parte de la familia hace tan solo dos años, en 2018.

En su programa, Espejo Público, la presentadora habló acerca de la experiencia que supuso adoptar a la joven Dorcette, que proviene de Costa de Marfil. Los trámites a los que tuvieron que hacer frente, tanto ella como su marido, se prolongaron durante muchos años, casi una década les costó poder tener entre sus brazos a la pequeña. La pareja viajó hasta el país africano para recogerla y traerla a España, siendo allí cuando la vieron por primera vez.

A pesar de las dificultades que atravesaron y el éxito que cosecharon, se hacía notar la evidencia de que el nombre de Carles Torras quedaba opacado tras la fama de su mujer. Más comúnmente señalado en la prensa como “el marido de la presentadora de Antena 3”, Torras siempre se ha visto en una situación de cierta impotencia. Con todo, la pareja recorrerá a partir de ahora caminos distintos, y se desconoce por el momento cómo afrontarán el cuidado de los niños.