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Un ferry de la compañía Armas navegando en el mar bajo un cielo despejado.
INVESTIGACIÓN

CNMC frena falta de competencia tras venta de Transmediterránea a Armas.

La naviera canaria ha pagado 450.000 euros de multa por incumplir su compromiso de 2018.

Lo que se avecinaba como 'los peores temores de la CNMC' en el campo del transporte marítimo de pasajeros y mercancías se ha cumplido  tras comprar Naviera Armas, en 2018, la histórica Trasmediterránea, fundada hace más de un siglo por el empresario Juan March, asumida en 1978 por el Estado a través del Instituto Nacional de Industria y finalmente privatizada por la SEPI en 2002. 

Y es que Naviera Armas, que desembolsó 260 millones de euros por la operación y asumió 127 de deuda de Trasmediterránea, que  estuvo más de 3 lustros en manos de Acciona, habría incumplido varios de los compromisos que adquirió hace 6años, según denuncia la CNMC. 

Naviera Armas, tal y como señala la CNMC, "ha incumplido parte de los compromisos presentados como condición para autorizar la concentración. El expediente sancionador ha finalizado tras haber reconocido la empresa su responsabilidad en los hechos y haber efectuado el pago anticipado de la sanción, beneficiándose de una reducción del 40% del importe que le hubiese correspondido pagar". 

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha sancionado a la empresa Bahía de las Isletas, SL, matriz del grupo Naviera Armas, por un incumplimiento que supone una infracción muy grave de la Ley de Defensa de la Competencia. 

La multa, explican desde la CNMC, asciende a un total de 750.000 euros, de los cuales la empresa ha pagado 450.000 euros al acogerse al beneficio del artículo 85.3 de la Ley 39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas, que  prevé una reducción de hasta el 40% del importe de la sanción si la empresa reconoce su responsabilidad en los hechos y realiza el pago anticipado de la multa.

Compromisos

La CNMC autorizó la compra de Trasmediterránea al grupo Naviera Armas. La naviera Armas, explicó el organismo, se comprometía a asumir "la posición competitiva de Trasmediterránea en los mercados de transporte marítimo regular de carga rodada y de pasajeros en dos mercados: la zona Península-Baleares e insular balear, en los que no estaba presente, sin que ello genere cambio sustancial alguno en la estructura competitiva de dichos mercados". 

La operación, tal y como detallaban, planteaba riesgos para la competencia en los mercados del transporte marítimo regular en tres rutas: las rutas Sur Península-Melilla, Península-Canarias e interinsular canario

Un barco oxidado y abandonado en el mar al atardecer.
Buque encallado de Naviera Armas. | El Cierre Digital

Por esta razón, y para lograr la aprobación, Armas tuvo que presentar ante la CNMC una serie de compromisos que, al parecer, ha incumplido en parte. "En las rutas marítimas entre el Sur Península y Melilla, la adquisición por Armas de Trasmediterránea planteaba problemas para la competencia en los tráficos de pasajeros y de mercancías, dado que desaparecía un competidor relevante", avanzaba el organismo gubernamental. 

Además, Armas y Trasmediterránea eran los únicos operadores que prestaban el servicio de tráfico marítimo de pasajeros (incluida carga rodada o transportada en camiones) entre la Península y Canarias, por lo que la operación suponía la aparición de un monopolio, que  afectaría también al tráfico entre islas (interinsular), ya que Trasmediterránea operaba una ruta circular con escala en determinadas islas

Los compromisos presentados suponían que la naviera FRS (competidora de Armas) comenzará a operar la ruta Motril-Melilla y la ruta circular Huelva-Canarias de servicios de transporte marítimo de pasajeros y carga. 

Naviera Armas, en manos de fondos de riesgo

Naviera Armas nació en 1941 de la mano de  Antonio Armas Curbelo, que comenzó su andadura con barcos de casco de madera, con veleros puros y motoveleros, y nombres legendarios en el historial del cabotaje de las islas Canarias dedicados al tráfico salinero y de carga. 

El testigo de este emprendedor, explica la compañía nacida en Lanzarote, lo recogió su hijo Antonio Armas Fernández, que hasta el pasado año llevó el control de la empresa que ha pasado a manos de fondos de capital riesgo. 

Y es que el banco estadounidense JP Morgan y los fondos de capital de riesgo Barings, Cheyne Capital y Bain Capital, acreedores de esta compañía que  arrastra problemas económicos por una deuda de 375 millones de euros, convirtieron sus deudas en más del 90% de acciones de la compañía. Según reseñan algunos medios de comunicación especializados, JP Morgan y los fondos de capital que se hicieron con la gestión de Naviera Armas tendrían interés en desprenderse de la compañía canaria. 

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