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Hombre con camisa a cuadros y gorra blanca sosteniendo un libro titulado "La Tierra del Mambi" frente a un fondo de una montaña y casas.
INVESTIGACIÓN

Caso O'Kelly: El día en el que Gibraltar pudo haber vuelto a manos españolas

El investigador Espinel desvela por primera vez la novela centenaria 'La tierra de Mambi' de este reportero de guerra

La apasionante historia del corresponsal de guerra del diario New York Herald enviado a Cuba en 1872,  y político de origen irlandés con escaño en el Parlamento británico, James O' Kelly –autor del libro 'La tierra del Mambi'– es analizada por el investigador canario José Manuel Espinel Cejas, quien relata por primera vez ante elcierredigital.com cómo accedió a esta publicación de O'Kelly. Se trata de una obra que, en principio, estaba restringida a una edición especial de sólo cincuenta ejemplares para el ámbito de los archivos de documentación del gobierno de Cuba, y que a su vez, procedía de los archivos de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos.

Este investigador, que cuenta con uno de estos ejemplares del periodista irlandés O'Kelly en su haber tras acudir a un Congreso Internacional del Patrimonio Arquitectónico que se celebraba en La Habana en 1997, pone de manifiesto cómo O'Kelly propone al presidente del Consejo de Ministros de la época, Antonio Cánovas del Castillo, recuperar el territorio de Gibraltar para el gobierno español durante el reinado de Alfonso XII.

Esta información reveladora sobre la posibilidad de arrebatar Gibraltar a los militares británicos en el último tercio del Siglo XIX, sorprendentemente, se encuentra recogida en el propio libro de este reportero irlandés 'La tierra del Mambi', editado en La Habana en 1930.

O'Kelly, además de este crucial episodio sobre Gibraltar para la historia de España, mantuvo durante toda su vida una larga lucha por la independencia irlandesa del gobierno británico, fue miembro de la Legión Extranjera de Francia y participó con estos militares tanto en México como en Argelia en 1863. Pero también, O'Kelly ejerció como corresponsal de guerra con el Séptimo Regimiento de Caballería del General Custer en las Colinas Negras, cuando fue derrotado por el líder indígena Toro Sentado, en la batalla de Rosebud.

Por su parte, Cejas es diplomado en magisterio por la rama de Ciencias Humanas y Técnico Agrario e investigador en temas de etnohistoria y tradiciones. Su labor más destacada, además de la formadora durante décadas, radica en la investigación etnográfica, docencia en alfarería canaria, recuperación de tradiciones antiguas como los juegos de inteligencia, la tejalería o la labor de construcción tradicional de instrumentos musicales de percusión, como tambores y chácaras –castañuelas canarias– que estaban a punto de desaparecer a finales de los años 80.

El reportero irlandés tiene un plan para recuperar Gibraltar para España

Durante una entrevista concedida a nuestro diario, Espinel rompe por primera vez su silencio, explica cómo llegó a esta edición centenaria e inédita del libro 'La tierra del Mambi' y nos relata el contenido de sus páginas. Sostiene que, O'Kelly "también fue un gran militar, e intervino en numerosas campañas como destacado oficial del ejército británico, hasta que su rebeldía le puso freno y se pasó al bando del pueblo oprimido. En su caso, se pasa a colaborar con el Mahdi en Sudán".

A raíz de este episodio, O'Kelly se tiene que exiliar a Estados Unidos, donde adquiere la nacionalidad, y comienza una nueva vida como reportero del New York Herald. Espinel destaca que "O'Kelly como reportero, es uno de los primeros corresponsales de guerra de la historia moderna, y es enviado a la guerra de Cuba a hacer reportajes periódicos para su diario de Nueva York".

Una persona sosteniendo un libro abierto mostrando una página con texto y otra con el índice.
El libro de James O'Kelly editado en 1930, uno de los 50 ejemplares únicos en el mundo. | El Cierre Digital

"O'Kelly entra a Cuba con un visado y permiso especial para moverse libremente, pero con la única condición de que sólo puede desplazarse por la zona cubana controlada por el gobierno español. Los militares le prohíben expresamente internarse en territorio controlado por el ejército Mambí. Sin embargo, debido a su rebeldía, hace caso omiso a las advertencias de los militares españoles y se adentra en este territorio controlado por los insurgentes cubanos con la intención de ver cómo vivían y, sobre todo, entrevistar al líder revolucionario Manuel de Céspedes. De esta manera, podría hacer reportajes más realistas y con una visión más objetiva, contrastando las opiniones de los españoles con la de los propios cubanos", manifiesta a la luz de este libro.

Según este relato, "O'Kelly permaneció durante varias semanas en territorio Mambí, y cumplió sobradamente sus objetivos causando gran sensación en sus informes y reportajes. Pero a su regreso, fue detenido por las autoridades españolas, y acusado de colaborar y ser un espía. Esto suponía un juicio terrible y su fusilamiento inmediato".

Sin embargo, -prosigue- enterados los militares americanos fondeados en Santiago de Cuba, mandaron un telegrama al gobernador de la ciudad advirtiéndole que "si su conciudadano era fusilado, lo considerarían un acto de agresión, y bombardearían la ciudad', tras lo cual, el gobernador de Santiago de Cuba, preocupado por 'lo que se le venía encima', hace que lo remitan prisionero a La Habana. Es allí, donde el mismo problema se vuelve a repetir y es enviado a Madrid.

Al llegar a España, "con todo el revuelo que levantó la detención de O'Kelly, fue recibido por el propio presidente del gobierno Antonio Cánovas del Castillo, y éste le comunica su preocupación, porque aún estaba bajo jurisdicción militar y su gobierno estaba estudiando la manera de poder pasarlo a una jurisdicción civil". Mientras tanto, Cánovas del Castillo remite al periodista a una prisión mucho más discreta, en Santander, en la que iba a estar en un cómodo régimen abierto, y en la que sólo iba a estar obligado a pernoctar bajo palabra de honor, una especie de pacto entre caballeros de que no se fugaría en lo que se resolvía el problema. De nuevo en Madrid, Cánovas recalca su honorabilidad por haber cumplido su palabra y no haberse fugado, a pesar del lento avance de su situación.

Espinel recuerda que "la situación política había cambiado, La República estaba siendo torpedeada, y hacía aguas por todas partes, era cuestión de muy poco tiempo que cayera y ya era inevitable. Por eso, Cánovas del Castillo le pidió encarecidamente a O' Kelly que ya no cumpliera su palabra de caballero, y a la menor oportunidad que tuviera, se marchara del país directamente".

Ante esta propuesta y ésta señal de complicidad y amistad del presidente -apunta-, "O'Kelly hizo una oferta y una revelación: le propone a Cánovas del Castillo tomar Gibraltar en un golpe de mano audaz, magistral, para recuperar sin dar un solo tiro. El plan era brillante, sin fisuras. O'Kelly le confiesa que él mismo era oficial de la La Hermandad Republicana Irlandesa, -también conocidos como fianna, que deriva de na fianna éireann "guerreros de Irlanda"-, que son los que luchaban por la independencia y la liberación de su tierra de la ocupación británica".

Dado el rango de oficial del reportero, confirmaba al presidente español que "en Gibraltar había tres batallones custodiando el peñón: uno inglés, otro escocés y otro irlandés, y que, todos los irlandeses eran miembros de dicha hermandad". Por lo que bajo su orden, como oficial superior, "podrían dar un golpe de mano, aprovechando el turno de la guardia irlandesa para reducir a los ingleses y escoceses desarmados mientras permitían que tropas españolas pasaran hasta el interior de la fortaleza del peñón de Gibraltar sin ser vistos por los senderos usados por los contrabandistas. El único requisito sería deportar a los ingleses y escoceses y premiar a los irlandeses, reasignándolos en el ejército español con el mismo rango y salario que ya tenían en el ejército británico".

Sien embargo, Cánovas del Castillo, atemorizado, "no aceptó la propuesta por miedo a abrir una nueva crisis", expresa Espinel, que señala estos datos recogidos en la misma obra de La tierra en el Mambi, -mitad crónicas de un verdadero corresponsal de guerra, mitad biografía del autor-. Epinel hace hincapié en esta información: "Cuando España pudo haber recuperado Gibraltar gracias a un irlandés, pero desgraciadamente sin que trascendiera para el mundo de la historiografía hispana".

Retrato en blanco y negro de un hombre con bigote y cabello ondulado, sosteniendo un cigarro en la boca.
James O'Kelly. | Archivo

Espinel argumenta que "la propuesta de O'Kelly podría haber sido viable si en ése momento hubiera habido un gobierno más conservador y patriota, más y con menos miramientos ni problemas en el exterior. Sabemos que no se daba ninguno de esos casos: era un gobierno progresista, tenía muchos problemas por su debilidad y no tenían el valor necesario. No se dieron las condiciones".

"España no sólo tuvo y tiene el problema de Gibraltar, también lo tuvo en Menorca y la recuperó al igual que otros enclaves que estuvieron bajo soberanía inglesa. Está claro que, Gibraltar siempre será una golosina para los ingleses, y por eso, le costará más soltarla. España tendría que haber sacado en su momento los dientes, si hubiera querido recuperar el peñón", asegura.

Sin lugar a dudas, la propuesta de O'Kelly fue muy audaz e inteligente y seguramente la mejor oportunidad que se le ha presentado a España, "además, porque los irlandeses son muy leales a España, pues aprecian el apoyo que han tenido siempre", alega.

El investigador observa una edición centenaria de la obra del reportero O'Kelly

Espinel  llegó a esta edición centenaria 'La tierra en el Mambi' a principios de los 90, "cuando concluimos un trabajo de investigación después de tres años de trabajo, y documentando con un viejo artesano o maestro tejalero todo el proceso de elaboración de tejas, ladrillos y losetas".

"Este maestro artesano se había criado en la propia fábrica de tejas de su abuelo, elaborando sobre todo tejas, lo cual hizo toda su vida, excepto los años que duró la Guerra Civil española en el que le tocó ir al frente", matiza Espinel. Tras aprender el oficio con él, redactaron un trabajo de investigación, publicado por la Universidad de La Laguna.

Fue a raíz de esta publicación por la universidad, cuando Espinel trabajó para la Unidad de Vías y Obras del Servicio de Patrimonio Arquitectónico del Cabildo Insular de Fuerteventura entre 1995 a 1996, para concluir la restauración de la Capellanía de los Coroneles en Puerto Escondido (La Oliva). Y esta obra llevó a Espinel al Congreso Internacional del Patrimonio Arquitectónico que se celebraba en La Habana, Cuba, en 1997.  Entonces, este investigador canario localizó en Cuba un libro muy difícil de conseguir en EspañaLas Obras completas de José Martí, en edición especial del centenario de su nacimiento, y otra publicación, fue por 'casualidad o 'accidente: 'La tierra del Mambi', de James O'Kelly.

Inicialmente, señala Espinel que "esta obra de O'Kelly se encontraba  bajo documentación del gobierno cubano procedente en realidad de los archivos de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos". Por lo que se trataban de "documentos personales, artículos y las memorias del reportero O'Kelly custodiados en la biblioteca del congreso norteamericano".  Y añade: "Desde el primer momento, nos dimos cuenta de que O'Kelly era todo un personaje. No sólo fue corresponsal del New York Herald, en su momento, había sido también militar del ejército británico pero, como buen irlandés, en realidad estaba infiltrado y deseaba la liberación de su Irlanda natal del yugo británico".

A su vez, subraya Espinel, "esta obra fue recogida y traducida por el gran etnohistoriador y antropólogo cubano, Fernando Ortiz, responsable de que tras la independencia de Cuba se realizara una ingente labor de documentación. Ortiz, dedicado a escribir y a publicar todo lo que pudo sobre todas las tradiciones del folklore, la etnografía y la historia de su tierra no desaprovechó la oportunidad. Toda vez que localiza el manuscrito de O'Kelly en la biblioteca norteamericana lo traduce y pone a disposición del naciente Estado. Es cuando se editan apenas un número muy limitado, sólo cincuenta ejemplares, y, gracias a la intermediación de un funcionario cubano, pude hacerme con uno de estos contados ejemplares. Esta edición especial, la primigenia, es de 1930. Sólo muy posteriormente fue reeditada, como tantas otras obras de Ortiz".

"Definiría a O'Kelly como un personaje complejo"

La lectura de La tierra del Mambi -afirma Espinel- "nos trajo a la memoria las historias de mi bisabuela hija de canarios, pero nacida en Cuba y muerta en 1956 en la isla de El Hierro, así como también la maravillosa película Mambí de los hermanos Ríos, un clásico del cine canario".

"Diría que es una especie de alma gemela de un personaje canario coetáneo: Nicolás Estévanez y Murphy. Ambos nacieron, vivieron y murieron al mismo tiempo. Ambos eran militares y tenían sangre irlandesa, y coinciden en multitud de aspectos de sus historias de vida, siendo audaces, valientes, rebeldes, aguerridos, caballerosos...".

Es curioso que "James O'Kelly sea un completo desconocido en España. Conocemos mejor a Michael Collins, el padre revolucionario de la República Irlandesa también de esa misma época, quizás no sólo simples coetáneos, y a Nicolás Estévanez, que como canario lo conocemos bastante bien los intelectuales canarios".

Además, porque la trayectoria de de su hermano Patricio Estévanez y Murphy, medio irlandés por parte de abuelo materno, "fue considerado como el mejor alcalde que ha tenido Santa Cruz de Tenerife a lo largo de su historia, al ser un auténtico revolucionario, modificó y construyó una capital moderna con teatros, puentes, hospitales, museo, dejando de ser un pueblo de pescadores", subraya Espinel.

Sin duda, "estos hombres son auténticos personajes de película, por lo que, al igual que existe una sobre Michael Collins, James O'Kelly también se merece una gran película, porque las vicisitudes de su vida son espectaculares y también estuvo muy involucrado en la liberación irlandesa. Pero fue descubierto a punto de conseguir introducir armas en Irlanda para iniciar una rebelión con tal de sacudirse del yugo inglés, por lo que su vida estuvo en peligro", concluye el investigador.

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