Una auténtica entrevista falsa con la reina doña Letizia
El periodista y miembro de la Real Academia de Córdoba Julio Merino escribe desde el punto de vista de ficción.
"Tampoco soy partidaria de las guerras, aunque reconozco que la Historia de la Humanidad es una historia de guerras, desde la prehistoria hasta nuestros días. No creo que haya habido un momento de la Historia sin una guerra. Pero, no, no me gustan las guerras. ¡¡Ninguna!!", nos dice Doña Letizia.
Al final, y como siga encerrado en la jaula del virus asesino de los podemitas comunistas que nos hunden en la miseria más tiempo, les aseguro que ya estoy en condiciones de afirmar que yo maté a "Manolete" (aunque sí estuve en Linares aquella tarde que le mató el traidor "Islero") o que estoy reescribiendo el Quijote (¡Dios, insensato de mí!)... o lo que se me ocurrió anoche, en un momento que me falló la maquinita del oxígeno: Hacerle una auténtica entrevista falsa a la Reina Doña Letizia, al estilo y copiando aquellas que escribió para "Leer" mi amigo y admirado Víctor Márquez Reviriego, con personajes de la Historia.
Bueno, en realidad, lo que hago hoy es reproducir, actualizada, la que le hice, cierta y auténticamente inventada, para incluirla en la novela de política-ficción, que publiqué hace unos años con el título de "El Príncipe republicano"...y que no era otra cosa que un sueño al estilo Julio Verne. Con un argumento simple, lo que pudo suceder tras la abdicación del Rey Juan Carlos, que no sucedió. En el que las Cortes, por sugerencia de un Senador llamado Manuel Fraga, se convierten en Asamblea Nacional (como en la Revolución Francesa) y en lugar de aprobar la proclamación del Príncipe de Asturias, Don Felipe, como nuevo Rey de España, lo que hacen es nombrar una Regencia para que organice un Referéndum sobre la forma de Estado: Monarquía o República... y resulta que los españoles se inclinan masivamente por la República. Entonces el Príncipe Don Felipe, como buen demócrata, al ver que no va a ser Rey decide presentarse a las elecciones presidenciales que la Regencia convoca como un aspirante más (con él se presentan como candidatos Felipe González, José María Aznar y Julio Anguita, que en ese momento vivía todavía)...
Bueno, y en esa trama ficticia, aparece, como es natural, la entonces Princesa de Asturias, Doña Letizia, que hace de Directora de la Campaña electoral, y, también como cosa natural, la revista "¡HOLA!" publica una gran entrevista en exclusiva mundial con la Princesa. Pues, esa es la entrevista que hoy reproduzco en este “Cierre Digital" que el gran periodista y amigo mío, Juan Luis Galiacho, está haciendo líder de la Prensa digital. Así que pasen, lean y se rían un rato (no todo va a ser virus y pandemia):
Habla la Princesa Doña Letizia
“Pero, la segunda "bomba" de la campaña del Príncipe llegó el martes día 2. Porque ese día apareció en los kioscos la revista "¡Hola!" y allí en portada estaba la Princesa Doña Letizia más guapa que nunca. Era una entrevista de siete páginas y casi un álbum de fotos. La foto de portada era espectacular: UNA NUEVA LETIZIA (como rezaba en el titular grande) toda vestida de rojo y rodeada de sus hijas y sus perros, cabello al viento y fondo verde de un césped supercuidado y cuatro cipreses en forma de cuadro. Y dentro era ya un museo de belleza y hasta un pelín de coquetería femenina. La Princesa había ganado algo de peso y eso la favorecía en sus formas físicas.
Fue un impacto general y la comidilla de las tertulias y las mujeres.
Porque impacto provocaron también sus palabras. Por su interés reproducimos el texto íntegro de sus declaraciones: “La princesa está triste ¿qué tendrá la Princesa? escribió Rubén Darío. Pero este no es el caso de la Princesa que hoy tengo sentada ante mí. Porque a Doña Letizia la veo hoy sonriente y como muy feliz. Nos ha recibido en un chalet de lujo de las afueras de Madrid, con Navacerrada de blanco en frente y tres caniches corriendo por el césped. Viste informalmente, una blusa roja, y un jersey y unos pantalones también rojos. Como siempre lleva zapatos de tacón muy altos y además son rojos (todo rojo, hasta el punto de que me han dado ganas de llamarle “la Princesa Roja”). Lleva el pelo suelto y le brillan los ojos verdes. Me recuerda mucho aquella cara que durante un tiempo apareció en las pantallas de televisión. Parece una cría de 20 años, aunque ya ha dado a luz tres veces.
Buenos días, Princesa.
Teresa, prefiero que me llames Doña Letizia o Letizia a secas.
Bueno, pues Doña Letizia.
Pregunta Teresa: ¿Puede saberse por qué está hoy tan alegre Doña Letizia?
Respuesta Letizia: Sí, es verdad, hoy estoy contenta. Me siento libre y como una principiante. Y me siento feliz porque tengo tres hijas maravillosas y un gran marido.
Pregunta: Vamos al grano, mi querida amiga. Explíqueme y explíqueles a los lectores de “Hola” el terremoto que ha provocado el Príncipe Don Felipe presentándose a las elecciones para Presidente de la República. ¿Un Príncipe casi Rey aspirando a ser Presidente de una República? Inaudito. Se dice que el Príncipe se ha cambiado de chaqueta ¿qué opina Doña Letizia?
Respuesta: Vamos a ver, vamos a ver. Me parece a mí que los españoles se van a llevar una gran sorpresa con mi marido. Don Felipe no se ha cambiado de chaqueta. Cambia de chaqueta quien no evoluciona quien no estudia, quien no lee, quien no piensa. Mi marido ha estudiado y ha leído más de lo que la gente sabe. Y tengo que aclarar una cosa de entrada: Don Felipe no ha cambiado de la noche a la mañana, el cambio de Don Felipe ha sido gradual e incluso lento. Y ese cambio se produjo después de su estancia y sus estudios en Canadá y Estados Unidos. Don Felipe, como se dice de los españoles (eso de que España se acostó anoche monárquica y hoy se levantó republicana) llegó a Estados Unidos monárquico y regresó republicano. Pero, eso no es cambiar de chaqueta. Eso es evolucionar. A los 20 años el hombre es rebelde y revolucionario y a los 60 es conservador... ¿puede llamarse a eso cambio de chaqueta? Te voy a poner un ejemplo mío. Verás, en mis años de estudiante yo era la más antigaldosiana del mundo, tal vez porque mi padre y mi abuela eran forofos de Galdós y en mi casa estaban siempre sobre la mesa los Episodios Nacionales... hasta que un día, y casi a escondidas, me puse a leerlos y te juro que me los bebí en un verano. Pues, ahora soy una furibunda defensora de Galdós. ¿Es eso cambiar de chaqueta? No. Eso es estudio, eso es conocimiento, eso es reflexión. Te aseguro que los españoles van a conocer ahora al verdadero Don Felipe. Un hombre superculto que habla, además del español por supuesto, inglés, italiano, alemán y francés. Un hombre que lo ha leído todo y que recita a Shakespeare de memoria, un empollón en materia económica y un gran jugador de ajedrez. Cuando le conocí sus ideas ya eran republicanas. El sistema político de los Estados Unidos le había obnubilado.
Pregunta: No me lo creo, Princesa. No me creo que todos estos años ustedes hayan estado con la máscara puesta.
Respuesta: No se trataba de ninguna máscara. Eran las circunstancias (y ya sabes lo de Ortega, el hombre es él y su circunstancia). Don Felipe era el heredero de la Corona y como tal Príncipe de Asturias. Pero, una cosa son las circunstancias y otra bien distinta son los pensamientos y los sentimientos. Hay una cosa a este respecto que quiero dejar clara. Don Felipe, y yo fui testigo en muchas ocasiones, discutía a menudo con su padre el Rey Juan Carlos. No estaba de acuerdo en ser una figura decorativa que fuese de un lado a otro, o como un jarrón que va de escaparate en escaparate. También la Reina Doña Sofía intervenía en esas discusiones y ella y el Rey defendían que el papel de los Reyes en las Democracias tiene que ser eso: el Rey reina, pero no gobierna. También discutían mucho sobre el “Derecho hereditario”. Felipe mantenía que la jefatura del Estado no se puede heredar como una finca o un mercedes. Y esto exasperaba a mis suegros.
Pregunta: ¿Y a usted Doña Letizia?
Respuesta: Pues, te voy a decir la verdad. Yo estaba de acuerdo, pero me callaba. Aunque también estaba de acuerdo con lo que decía mi suegra. Doña Sofía mantenía que si a la Monarquía se le quita el Derecho hereditario ya no es Monarquía. Según ella la Monarquía no puede ser electiva. Y el Rey se llevaba las manos a la cabeza. Más de una vez se levantó de la mesa y dio un portazo. La noche que las Cortes se convirtieron en Asamblea Nacional y decidieron aplazar la Coronación del Príncipe en la Zarzuela hubo de todo. Doña Sofía presionaba a su hijo para que hiciera hacer valer sus Derechos Constitucionales, pues consideró que aquello era un Golpe de Estado. Pero, mi marido impuso su criterio y lo aceptó como normal. Don Felipe siempre les decía, con gran cabreo de Juan Carlos, que él no quería ser otro “Rey de Franco”, que él quería ser, si lo era, el Rey del Pueblo.
Pregunta: Para usted, Doña Letizia (pregunta la periodista con retintín) ¿qué es mejor una Monarquía o una República?
Respuesta: Verás, creo que las Monarquías o las Repúblicas no son ni malas ni buenas "per se". Todo depende de los hombres que las conduzcan o de los países, también de los países. Una Monarquía dirigida por Reyes como Fernando el católico o Carlos III puede ser una buena Monarquía. Una Monarquía con Reyes como Carlos IV o Fernando VII es un desastre. Lo mismo podría decirte de las Repúblicas... Pero, bueno dejemos eso para los expertos, yo sólo soy una aficionada.
Pregunta: Bien, hablemos de usted. ¿Cómo se ve una Princesa como Primera Dama de la República?
Respuesta: Vamos a ver. En primer lugar, yo no me enamoré de un Príncipe, yo me enamoré de un hombre que era Príncipe, y a su lado he estado desde que nos casamos. Le aseguro que si hubiese sido médico hoy sería su enfermera, y si hubiese sido agricultor yo estaría hoy vigilando sus campos. Una mujer enamorada estará siempre donde esté su marido. ¿Qué si me veo de primera dama de la República? Pues sí, ¿por qué no? Lo que sí te aseguro es que yo no sería una Primera Dama de adorno y visitas a los Hospitales.
Pregunta: ¿Le gustaría ser Ministra?
Respuesta: No sé si Ministra o Directora General. Pero, me gustaría dirigir, por ejemplo, Televisión Española. O ser Jefa de Prensa del Museo del Prado. O ser la Portavoz de la Presidencia de la República. No sé. Sí sé, como te digo, que no me gustaría ser sólo la Primera Dama.
Pregunta: Cambiemos de tercio y permítame que le haga unas cuantas preguntas a lo loco. ¿Cuánto ha pagado por el conjunto que hoy lleva puesto?.
Respuesta: Exactamente 317 Euros. Y lo he comprado en "El Corte Inglés". Aquí tiene el tique. Sabía que me lo iba preguntar.
Pregunta: ¿Es usted partidaria de la legalización de las drogas?
Respuesta: No. Aunque depende.
Pregunta: ¿Es usted partidaria de la prohibición del tabaco?
Respuesta: No. No me gustan las prohibiciones de nada. Se empieza por el tabaco y se termina con el marisco. En un Estado democrático no debe haber prohibiciones. Tienen que buscarse soluciones, que es muy distinto.
Pregunta: ¿Autorizaría usted el burka o el niqab?
Respuesta: Sí. Cada mujer puede vestir como quiera. No, si es una imposición de origen religioso. La verdadera libertad es que unos puedan leer la Biblia y otros el Corán. Lo que no estoy de acuerdo es que la mujer sea tratada como un ser de segunda clase. Creo que el mundo árabe tiene que adaptarse a los tiempos que vivimos, aunque sea desde su religión.
Pregunta: ¿Es usted del Barça o del Madrid?
Respuesta: Ni del Barça ni del Madrid. A mí me gusta el fútbol, pero no soy forofa de nadie. Eso sí, me gusta conocer los resultados y sigo las clasificaciones.
Pregunta: Entonces ¿cuál es su deporte preferido?
Respuesta: El tenis. Bueno, también el ciclismo.
Pregunta: ¿Qué opina usted del divorcio, del aborto y eso que llaman igualdad de la mujer?
Respuesta: Vayamos por temas. Estoy totalmente de acuerdo con lo del divorcio (ya sabes que yo soy una divorciada), pero creo que habría que regular mejor el tema de los hijos. El padre no debe ser por principio el malo ni el perjudicado. Y cada caso debería ser estudiado con más detenimiento. No caben fórmulas generales. En cuanto al aborto también estoy de acuerdo, pero con condiciones. Deberían estudiarse muy bien las razones de un aborto. No es lo mismo un caso de aborto como consecuencia de una violación o de una malformación física grave descubierta que un aborto por capricho de una jovencita ligera de cascos. Creo que el tema del aborto no puede ser tema de los políticos ni de las religiones. En mi opinión deben ser los médicos o los sicólogos los que decidan. ¡Ah, y los padres, los del nuevo ser engendrado y los de las madres embarazadas! Es una cuestión delicada.
Por lo que se refiere a eso que tú llamas igualdad de la mujer tengo mis ideas muy claras. No estoy de acuerdo en que se imponga por ley (las imposiciones me molestan) que la mujer es igual que el hombre. Porque eso es una tontería como un castillo. El hombre y la mujer siempre serán distintos. Otra cosa son los derechos. Por supuesto que la mujer tiene que tener los mismos derechos que el hombre en el campo laboral, profesional, legal o político, pero de ahí a que se imponga que en un Gobierno tenga que haber tantas mujeres como hombres me parece un disparate. Las mujeres tienen que ganarse el puesto lo mismo que los hombres y a los puestos tienen que llegar los mejores, sean hombres o mujeres. Asumidos los mismos derechos lo demás son normas reglamentadas.
Pregunta: ¿Cuáles son sus animales preferidos?
Respuesta: En primer lugar el perro. Toda mi vida he tenido a mi lado perros. Todavía recuerdo el primero. Era un caniche blanco que me regaló mi abuela Menchu al cumplir los cuatro años. Le puse de nombre "Astur" y fue mi primer juguete. Yo adoraba aquella bolita blanca que no se apartaba de mi lado nunca. Después tuve a "Ofelia", a "Chespi" (ya estaba yo liada con Shakespeare) y luego a "Lara. ¡Ah, "Lara" fue mi debilidad!... tanto que ésta que ves aquí ya es "Lara" III. Aquella primera "Lara", a la que le puse el nombre del personaje del "Doctor Zivago", la pobre murió de malas maneras, se ahorcó al tirarse de la terraza para seguirme a mí. Sí, me gustan los perros. Creo que son una buena compañía.
Después amo los caballos. Aunque nunca pude tener uno hasta después de casada con el Príncipe. Para mí el caballo es el animal más bello de la creación y el más noble. Un paseo a caballo me distrae más que nada.
Y luego están los gatos. También he tenido siempre un gato a mi lado. Al primero que tuve le puse de nombre "El Rubio", porque era como un pollito recién salido del cascarón. Hasta en mis tiempos de la Universidad tuve siempre conmigo un gato y ahora mismo tengo uno de angora que me regaló el emperador del Japón en uno de nuestros viajes. Le llamo "Gorila", porque ciertamente parece un gorila.
Pregunta: A bote pronto, Doña Letizia ¿es usted de Derechas o de Izquierdas?
Respuesta: No hay derecho, Teresa. Me estás exprimiendo como si fuera un limón.
Pregunta: No, por favor, Letizia. Lo que pretendo es que los españoles, a través de "Hola", conozcan a la nueva Letizia, o a la verdadera Letizia. ¿De Derechas o de Izquierdas?.
Respuesta: Pues, de Derechas y de Izquierdas. Aunque yo creo que esas son palabras del pasado. Hoy ya no hay Derechas ni Izquierdas. Las ideologías murieron con el nazismo de Hitler, el fascismo de Mussolini y el comunismo de Stalin. El capitalismo ha traído el consumismo y los pueblos ya sólo piensan en vivir lo mejor posible y pasarlo lo mejor posible. Hoy sería impensable una guerra como la española del año 36. Entonces se mataron unos a otros por defender sus ideas. ¿Tú crees que los españoles de hoy se matarían por defender sus ideas? El mundo de hoy es en unas cosas de derechas y en otras de izquierdas. Pues, eso me pasa a mí. Yo quiero lo mejor para todos, empezando por mi familia, y me da igual quién proporcione a España más bienestar, más tranquilidad, más trabajo, más seguridad o más libertad. Yo no quiero ser ni Gil Robles ni Largo Caballero.
Pregunta: ¿Dígame qué opina de estos tres nombres? Felipe González, José María Aznar y Julio Anguita.
Respuesta: Felipe fue un gran Presidente del Gobierno y un socialista que supo quitarse de encima el lastre revolucionario. La pena fue su final. Aznar también fue un gran Presidente, pero cometió el error de la Guerra de Irak. A Julio Anguita sólo lo conozco por sus escritos. Pero, me parece un político muy serio y sobre todo consecuente con sus ideas.
Pregunta: Por sus palabras llego a la conclusión de que no es partidaria de la corrupción ni de las guerras. ¿Me equivoco?
Respuesta: No, no te equivocas. La corrupción es la peor lacra del mundo de hoy, más que el sida, las drogas o el tabaco. Tampoco soy partidaria de las guerras, aunque reconozco que la Historia de la Humanidad es una historia de guerras, desde la prehistoria hasta nuestros días. No creo que haya habido un momento de la Historia sin una guerra. Pero, no, no me gustan las guerras. ¡¡Ninguna!!
Pregunta: Hablemos ahora de la campaña electoral para la Presidencia de la República. ¿Qué papel va a jugar Doña Letizia de Borbón en la campaña que ya ha comenzado?
Respuesta: Pues, si te digo la verdad todavía no la hemos concretado. Sí te puedo adelantar que ya estoy trabajando en la formación de un grupo importante de periodistas y sociólogos para que asesoren a Don Felipe. Entre ellos, y te ofrezco la primicia, ya tenemos cerrado un acuerdo con José María Carrascal (el hombre que mejor conoce el sistema político de los Estados Unidos), Pedro Erquicia (mi viejo amigo y compañero), Juan Luis Galiacho, el mejor periodista de documentación de España, Isabel San Sebastián, Carmen Rigalt, Amando de Miguel, el catedrático Isaías Montero y otros con los que estamos hablando.
Pregunta: ¿Y no ha fichado todavía a la estrella Belén Esteban?
Respuesta: Por favor, Teresa, estamos hablando de cosas serias.
Pregunta: Perdón, Princesa.
Respuesta: No, Letizia a secas.
Pregunta: Bien, Letizia, y ahora una última pregunta ¿qué les pedirías a los españoles desde estas páginas de "¡Hola!"?
Respuesta: Ja, ja, ja... ¿y qué crees que les puedo pedir yo en este momento? Pues...
¡¡¡Que voten a mi marido el próximo día 14!!!
Y aquí dimos por terminada la entrevista. Doña Letizia se levantó y hasta me dio dos besos. Estaba radiante. Y los caniches, en cuanto vieron que su dueña se ponía de pie, corrieron hacia ella dando saltos y ladridos de cariño. Ya lo dijo mi padre: "Nunca te fíes de una persona que no ame a los perros". Pues, ya lo ven, esta bella mujer que tengo a mi lado sí ama a los perros... y a los gatos y a los caballos”.
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