26 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

La dimisión de la exdiputada Malena Contestí fue una de las muchas escisiones que sufren desde mediados del pasado año, como Valores y TÚPatria

VOX se desmiembra: Dimisiones, falta de democracia y desacuerdos resquebrajan el partido de Santiago Abascal

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Hasta sesenta escándalos en los últimos meses han provocado que Vox, la formación de Santiago Abascal, se fraccione públicamente y de forma paulatina. Los problemas internos ya han provocado la creación de otras dos formaciones que aspiran a competir contra Vox en los votos: Valores y TÚPatria.

Malena Contestí, exdiputada nacional de VOX anunció públicamente su renuncia a pertenecer en las listas del partido de cara a las elecciones que tenían lugar el pasado 10 de noviembre del 2019. Quizás su baja sea la más mediática y significativa que haya tenido en los últimos meses el partido de Abascal, pero no la única ya que a VOX le llueven los escándalos en toda España que contribuyen a mermar sus filas tanto entre los militantes como en los cargos públicos.

Malena Contestí, ex diputada nacional de VOX.

Fue una de las primeras y más destacadas, y las razones de su abandono se centran en la contradicción del partido político a la hora de demostrar los valores y los objetivos que presuntamente tenían, pero que de cara a la realidad carecían de evolución.

La exmilitante no ha sido la única en exponer públicamente su desacuerdo con el partido, pues en febrero del 2019 diversos militantes de VOX se rebelaron contra la reforma de los estatutos impulsada por Abascal.

Santiago Abascal, presidente de Vox.

En cuanto a los ideales, Malena declaró estar en profundo desacuerdo debido a la imposición del dogmatismo que acaecía en el partido político, enlazado con diferentes escándalos, los cuales denuncia que no han sido investigados, y que además han resultado estar protegidos.

A esta ristra de escándalos que dejan entrever que VOX se ha fraccionado solo, se le unen otras circunstancias, como las continuadas faltas de respeto hacia los demás partidos políticos, los extremismos que se respiran en el ambiente, la homofobia y la demagogia, entre otros.

Las visibles grietas del partido político

Se puede contemplar en el desenfreno de noticias con titulares que invitan al lector a darse cuenta de que este caso no es excepcional, y que la situación ha llevado a que muchos militantes prefieran prescindir de su candidatura en el partido a seguir vinculados a él, tomando como ejemplo la dimisión de la coordinadora de Vox en Calahorra por haber recibido desprecios ajenos al equipo hacia los intereses personales, la dimisión de Daniel Ruiz “por graves acontecimientos en la confección de listas y financiación del partido”, la renuncia de estar en las listas de Vox 'El Puerto' por parte de María del Carmen López Guzmán, o el desmoronamiento de Vox en Málaga después de que once cargos dimitieran en pocos meses.

Muchos otros han decidido finalizar su relación con el partido por la fragmentación que está sufriendo debido a los intereses internos, y existen casos visibles como la dimisión de un dirigente de Vox en Zamora “por la fragmentación del voto para la derecha”, en la que entiende “que su partido ya no es útil para su provincia”, la “sustitución de Fran Cara entre acusaciones mutuas, peleas y campañas internas de desprestigio”, o los miembros que han decidido abandonar el partido debido a “fraude ideológico”.

Por otro lado, cada vez es más común leer noticias en las que antiguos afiliados al partido denuncian la falta de democracia que existe en Vox, y queda plasmado en titulares como lo ocurrido en Vox Jerez, mayo 2019: “Renuncian en bloque siete miembros de la lista de Vox en Jerez por falta de democracia”, “antiguos altos cargos de Vox se unen contra el partido: Son emperadores. No creen en la democracia” o en Vox Teruel, agosto 2019: "Dimisiones por acusaciones de comportamiento dictatorial, ineptitud, falta de democracia interna".

La ausencia total de políticas cuyos objetivos no sean otros que ofrecer soluciones reales y tangibles y una ola de criminalización de los propios disidentes internos, y las diferentes tácticas de manipulación para salir en la prensa, en las que, al parecer, todo vale, son algunas de las causas.

Dejando a un lado la ferviente desilusión que muestra hacia Vox, deja entrever además, la traición que ha sentido por parte del partido del que ha formado parte en las listas y lo cataloga de ‘movimiento extremista y antisistema’, ya que no siente que haya trabajado en aras del sentido común, sino todo lo contrario. Siente que la traición ha condenado su estancia en el partido, e incluso lo define como ejemplo de proselitismo totalitario.

Otros partidos que nacen

Como hemos dicho, este no es un ‘caso aislado’. Ya son muchos miembros de Vox los que cada vez se encuentran menos representados con la gestión que se está llevando a cabo en el partido, sin olvidar las formas que tiene de comunicar su mensaje. Esta situación ha generado una visible ruptura en la formación, dando lugar a dos partidos políticos: Valores y TÚpatria. Ambos partidos han tomado contacto con la esfera política.

La militancia de Contestí se vio truncada al sentir que el partido tenía estrecha relación con figuras públicas como Matteo Salvini, a quien no dudó en tachar de oportunista, y por situaciones adversas, como la expulsión del partido por una fotografía con la bandera gay, la manipulación entre inmigración y terrorismo para nuevamente atacar a las organizaciones que no encajan con el proselitismo con el que Vox promulga.

Matteo Salvinni.

La exmilitante denuncia que a España le hace falta una buena dosis de estabilidad, a la que se le una la protección de los derechos y el abandono de la polarización, entre otras cosas. Quizá no estaría de más pedir un sentido de Estado, o la protección de las instituciones, que tan en el ojo del huracán han estado últimamente por parte de los extremos.

El avance para el Estado podría tener la clave en los puntos anteriores, o también en dejar a un lado otro tipo de criminalizaciones, como son los traumas por los que transcurre la mujer a la hora de abortar dejando a un lado sus propias circunstancias, o los minutos de silencio irrumpidos con pancartas políticas.

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