26 de abril de 2024
|
Buscar
FIN DE SEMANA

El asesino confeso, Bernardo Montoya, dijo a la Guardia Civil que asaltó a la chica cuando ella salió de hacer la compra en el supermercado

Laura Luelmo pudo morir el mismo día de su desaparición y no 48 o 72 horas después, como dice el informe preliminar

El coronel Ezequiel Romero y el teniente Jesús García Fustel
El coronel Ezequiel Romero y el teniente Jesús García Fustel / Europa Press
El teniente de la UCO de la Guardia Civil Jesús García Fustel asegura que Laura pudo morir el mismo día que desapareció, no entre 48 y 72 horas después, como señala el informe preliminar de la autopsia, que sigue en proceso y en los próximos días podría revelar nuevos datos.

El cadáver de Laura Luelmo, la joven profesora de Zamora de 26 años asesinada por Bernardo Montoya en El Campillo (Huelva), sigue en las dependencias del Instituto Anatómico Forense de Huelva a la espera de la resolución de las pruebas complementarias de la autopsia. Es decir, la autopsia aún no se ha completado del todo.

Mientras continúa el caso, los investigadores de la Guardia Civil aseguran con pruebas conclusas que los días 12 y 13 de diciembre Laura no estuvo en la casa de Bernardo. Incluso, el teniente de la UCO de la Guardia Civil Jesús García Fustel ha asegurado que la chica podría haber muerto el mismo día de su desaparición, algo contrario a lo que la autopsia revela hasta el momento, ya que de ésta se desprende que la chica pudo fallecer entre 48 y 72 horas después de habérsele perdido la pista.

Por lo tanto, no se ha podido precisar cuándo se autorizará el traslado del cuerpo de la joven hasta su Zamora natal para que la familia pueda darle sepultura, pues la autopsia no ha concluido.  Mientras, la Guardia Civil ha confirmado que Laura no salió a correr el día que desapareció porque tenía una prescripción médica que se lo impedía. A Laura lo que le gustaba hacer era salir a andar. Además, los padres de la chica no pensaban que fuera a correr o a andar porque ese día hacía mucho frío.

Búsqueda de Laura

Bernardo había dicho en un primer momento en su declaración que no sabía que la casa en la que vivía la profesora estuviera habitada. Pero a la Guardia Civil no le importó el dato y decidió montar un operativo con un radio de cinco kilómetros alrededor del municipio onubense de El Campillo.

El coronel del Cuerpo y jefe de la Comandancia de Huelva Ezequiel Romero ha explicado en rueda de prensa cómo se realizo la búsqueda. En la parte norte del municipio se buscó en la balsa de la mina de La Ponderosa, y para ello se solicitó la ayuda del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS). No se encontró nada.

El sábado 15 de diciembre, un día después de la denuncia interpuesta por la desaparición de Laura, esa misma tarde los agentes detectaron cómo Bernardo cogía su vehículo y ponía rumbo a Sevilla.

Momento de la detención de Bernardo Montoya

El domingo 16 se hizo una nueva batida con voluntarios que se ofrecieron para ayudar y el radio de búsqueda se amplió de 5 a 10 kilómetros. Cada grupo de personas estaba dirigido por al menos un profesional.

Fue entonces cuando se encontró el cadáver de Laura Luelmo, a esos 10 kilómetros de distancia de El Campillo y en una zona que ya se había batido. Pero como el cadáver estaba escondido en un paraje de altas jaras era casi imposible verlo. De hecho, no se podía apreciar hasta estar ‘’a un metro y medio’’ de él, según explicó este miércoles ante los medios el coronel Romero.

Secuestro y asesinato

Durante el interrogatorio, el verdugo de la profesora afirmó que la vio nada más salir del mercado tras hacer la compra. A Bernardo le gustó la chica y se la quiso llevar, pero al introducirla en el coche del asesino, ella recibió un golpe y quedó semiinconsciente.

Él lo único que quería hacerle, según su testimonio, ‘’eran tocamientos’’. Sin embargo, la Guardia Civil piensa que, pese a que la joven estaba herida, Bernardo se la llevó al campo, le quitó los pantalones y allí la agredió sexualmente.

Más tarde, el asesino se dio cuenta de que se había dejado una manta en el lugar donde había dejado el cuerpo de Laura, por lo que decidió volver, coger la manta, meterla en el coche y arrojarla kilómetros más tarde.

Bernardo también cogió los objetos personales de Laura. El móvil lo rompió y la batería la metió en una bolsa, en la cual también encontraron los agentes un monedero, una cartera con documentación y las llaves de casa y del coche de la chica.

La novia de Bernardo

La novia de Bernardo Montoya, otra reclusa a la que el asesino confeso de Laura Luelmo conoció mientras cumplía condena por haber matado a una anciana, ha sido trasladada a otra prisión de la provincia de Huelva para que no pueda tener contacto con Montoya. Allí seguirá cumpliendo condena después de que haya sido descubierta intentando ponerse en contacto con su novio.

El asesino de Laura Luelmo y esta mujer se conocieron en el centro penitenciario y precisamente fue con ella con la que mantuvo una vis a vis el viernes 15 de diciembre, dos días después de que se le perdiera la pista a Laura.

Bernardo_Montoya_detenido

Bernardo Montoya trasladado por la Guardia Civil

Después, tras regresar Bernardo a la prisión, ya que la jueza instructora del caso decretó su ingreso provisional comunicado y sin fianza, los funcionarios del centro penitenciario descubrieron a esta mujer tratando de comunicarse con él de nuevo, tanto a través de mensajes como por una ventana.

Módulo de aislamiento

Por cuestiones de seguridad, la novia de Bernardo Montoya había sido trasladada a un ala de la cárcel más alejada del módulo de aislamiento donde se mantenía al asesino de Laura-

Allí no tiene contacto con el resto de la población reclusa y sólo tiene la compañía reclusas de las considerados ‘’de confianza’’, y por el momento se desconoce cuándo pasará a un módulo normal de la cárcel onubense.

Por su parte, Bernardo ingresó en la cárcel el pasado sábado a las cuatro de la madrugada, tras decretarlo la titular del Juzgado de Instrucción 1 de Valverde del Camino (Huelva), que valoró si era enviado a esta prisión, a la de Sevilla o a la de El Puerto de Santa María (Cádiz).

COMPARTIR: