26 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

El nuevo país similar al Benelux de Bélgica, Holanda y Luxemburgo, tendría 57,5 millones de habitantes

Rui Moreira, alcalde de Oporto, propone formar un Estado llamado Iberolux con España y Portugal

El alcalde de Oporto.
El alcalde de Oporto.
Nuevos ímpetus iberistas llegan desde Portugal. El alcalde de Oporto, Rui Moreira, independiente aunque apoyado por el derechista CDS-PP, ha manifestado su idea de una especie de federación ibérica, al modo del Benelux a la que ha dado nombre: Iberolux. Unos quieren irse y otros sin embargo, quieren crecer.

El alcalde de Oporto, Rui Moreira, un independiente apoyado por el derechista CDS-PP, ha manifestado su idea de una especie de federación ibérica, al modo del Benelux que ha bautizado con el nombre de Iberolux.

Pese a la gravedad de una propuesta de ese tipo, el señor Moreira no adelanta ningún tipo de estrategia o plan futuro, tratándose únicamente de una idea destilada de la realidad que vive el norte de Portugal gracias a la Unión Europea (UE). Una realidad de mercado único, regiones transfronterizas, libre circulación de trabajadores, compradores y viajeros, que usan las estructuras y ventajas de ambos lados de la frontera sin reparar en líneas.

El iberismo tiene una larga historia a ambos lados de la frontera desde el siglo XIX, aunque la idea de la unión política exista desde el mismo momento de la creación de Portugal como Estado-nación en el siglo XII tras la Paz de Zamora. En ambos países ha existido siempre el interés de la anexión del otro, tanto del lado español, que lo consiguió fugazmente durante 60 años, como del lado portugués, con sucesivos intentos de alteración (o mejor dicho, manutención) dinástica, bien por la política o por las armas.

En el siglo XIX, una vez inviabilizada esa vía, tras la creación de los estados modernos, el relevo fue tomado por los intelectuales lusos y españoles, desde Almeida Garrett a Natalia Correia en Portugal o con Unamuno como máximo exponente en España.
Sin embargo, este movimiento no ha pasado nunca de literatura o discurso, como parece ser el caso actual. El premio Nobel José Saramago siempre fue defensor de la unidad ibérica.

El escritor José Saramago.

La noticia ha sido recibida con el alborozo habitual en la prensa española y los iberistas de ambos países, pero ha recibido más críticas que aplausos del lado luso de la frontera, siempre celoso de su identidad. Estas reacciones hacen pensar que la idea, si se llegase a plasmar en papel, no pasaría de otro deseo personal de un intelectual como Rui Moreira, que no pasará de eso.

El futuro estado se llamaría Iberolux, que se traduciría en formar un mercado con un gran potencial, adicionando los 10.800.000 habitantes en suelo luso a los 46,7 millones del otro lado de la frontera, 57,5 millones de personas.

"Siempre creí, desde que los dos países tienen democracias, que deberíamos tener un Iberolux, como un Benelux", dijo antes de alabar la conveniencia de "una estrategia coordinada". De esta forma, quedarían atrás "muchos años en los que vivimos de espaldas, con enormes sospechas y desconfianzas".

Por tanto, "hoy la unión entre nuestras ciudades es obvia y hablamos un idioma que no es el mismo, pero nos entendemos". Rui Moreira se refería al conocido como "portuñol", mezcla espontánea de las lenguas de Camoes y de Cervantes.

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