27 de mayo de 2024
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FIN DE SEMANA

La historia de la joven Estefanía Gutiérrez Lázaro, que vivía junto a su familia en el barrio madrileño, inspiró la película de terror 'Verónica'

Caso Vallecas: El primer expediente policial en España que recogió sucesos paranormales

Estefanía Gutiérrez Lázaro.
Estefanía Gutiérrez Lázaro.
Los sucesos paranormales son esos fenómenos en los que nadie cree hasta que alguien considera haberlos vivido. Sin embargo, el caso Vallecas fue tan 'real' que la propia policía realizó el único informe sobre sucesos paranormales que hay hasta la fecha en España. Todo comenzó cuando Estefanía Gutiérrez Lázaro jugó a la ouija con sus compañeras de clase. Desde entonces, su familia empezó a vivir una serie de sucesos 'paranormales'.

Hay situaciones en las que la realidad supera la ficción y, además, ser una realidad terrorífica. El caso Vallecas es el primer y único suceso paranormal que ha sido registrado de manera oficial por la policía en toda España. Es un caso muy famoso y sirvió de inspiración para la película de terror ‘Verónica’, dirigida por Paco Plaza y estrenada en agosto de 2017.

Los hechos se remontan a principios de la década de los 90, en el barrio madrileño de Vallecas, concretamente a un edificio de la calle Luis Marín, en el número 8. Allí vivía la adolescente Estefanía Gutiérrez Lázaro junto a su familia. La joven, de 18 años, comenzó a sentir cierto interés por los fenómenos paranormales y un día decidió pasar a la práctica.

La ouija, el origen del mal 


Junto a dos compañeras de clase Estefanía decidió dirigir lo que se conoce como la Ouija, un instrumento que, supuestamente, se utiliza para invocar a los espíritus. La intención de Estefanía era contactar con su novio, que había fallecido en un accidente de tráfico. Las tres jóvenes se encontraban en el colegio y fueron descubiertas por una profesora, que decidió romper la tabla en dos. Según narraron las adolescentes, en ese momento el vaso que estaban utilizando empezó a echar un humo que fue inhalado por Estefanía. 

Desde aquel momento la joven empezó a sufrir alucinaciones, insomnio y ataques epilépticos. Estefanía relató que mientras dormía se le aparecían extrañas formas humanas que le pedían que les acompañara. Sus padres la llevaron a varios médicos, pero ninguno pudo ofrecer un diagnóstico. La salud de la adolescente cada vez estaba más deteriorada y se especulaba que había sido víctima de una posesión demoníaca. Fue el 13 de julio de 1991 cuando Estefanía atacó de manera violenta a su hermana y se desplomó en el suelo echando espuma por la boca.

Caso Vallecas: entre un suceso paranormal y drama humano en este inmueble  madrileño — idealista/news

Portal de la calle Luis Marín, número 8.

El 14 de julio fue ingresada en coma en el hospital tras sufrir un severo ataque de catalepsia y esa misma noche falleció de muerte súbita. En una entrevista realizada a dos hermanos de Estefanía en 2018, estos explicaron que en la familia había antecedentes de epilepsia y alucinaciones. De hecho, la madre de la joven padeció epilepsia convulsiva y se comportaba igual que Estefanía. Estos dos hermanos aseguraron que habían sido 'convencidos' por su madre a creer que los sucesos paranormales eran reales.

Los extraños sucesos tras la muerte de Estefanía


Sin embargo, la versión recogida por la policía y testificada por la familia de la fallecida señalaba que desde su muerte los fenómenos paranormales vividos en la casa habían aumentado considerablemente. La madre, que también sufría alucinaciones, afirmó ver crucifijos girados, vidrios que se rompían sin ser tocados por nadie y haber escuchado a su hija una vez fallecida. También dijo haber oído puertas que se abrían y se cerraban solas. 

El 1 de noviembre de 1993, dos años después de la muerte de Estefanía, su foto, que estaba colgada en una habitación, se incendió y sólo ardió la parte de su rostro, mientras que ni el marco ni los objetos cercanos presentaban daños. A finales de mes la familia decidió llamar a la policía tras vivir varios sucesos aterradores. A la casa se desplazó el inspector jefe de la Policía en ese momento, José Pedro Negrí, que años después daría una entrevista a Cuarto Milenio, donde narró que vivió una situación de misterio y rareza.

Los agentes vieron cómo una puerta que estaba cerrada con llave se abrió y se cerró de forma violenta, oyeron un fuerte ruido en la terraza donde no había nadie y sintieron una energía muy extraña. También se encontraron con un crucifijo arrancado de la pared, con claras marcas de arañazos de tres garras. De hecho, los compañeros que estaban con el inspector dijeron que si no era obligatorio preferían esperar en la calle.

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Lugar donde ocurrieron los sucesos paranormales.

La familia Gutiérrez Lázaro terminó vendiendo el piso y los inquilinos que lo ocuparon después aseguraron que nunca han oído ni visto nada raro. Hoy en día hay muchas dudas sobre la veracidad de este suceso, ya que la madre de Estefanía, que no estaba bien mentalmente, fue creando un halo de tenebrosidad y misterio que su familia pudo haberse creído.  

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