26 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

El exvicepresidente del Gobierno está intentando influir en la estrategia de Yolanda Díaz, respaldada por Alberto Garzón o Gloria Elizo

Crecen las voces internas en Unidas Podemos contra Pablo Iglesias por su "carrillismo"

/ Garzón e Iglesias
Antiguos aliados de Pablo Iglesias se están desmarcando de él por su posición respecto a Yolanda Díaz, que está muy incómoda con la presión de Podemos respecto a sus posturas. Alberto Garzón o Gloria Elizo se muestran favorables a la vicepresidenta.

Pablo Iglesias conoce perfectamente el personaje de Santiago Carrillo, que dimitió al frente del PCE tras la debacle de las generales de 1982 para convertirse en un jarrón chino que molestó a sus sucesores Gerardo Iglesias y Julio Anguita.

A Iglesias ahora solo se falta fundar una escisión comunista para incomodar más a Yolanda Díaz, defendida por antiguos aliados del 'pablismo' como Alberto Garzón que, a cuenta de Ucrania, denunció que la vicepresidenta sufría "un momento de asfixia" por parte de fuerzas políticas que forman Unidas Podemos.

IU Andalucía también se ha distanciado de Podemos a la hora de negociar lista de cara a las autonómicas porque la formación morada exige elegir el nombre, Unidas por Andalucía, que no es del gusto de partidos como Más País.

Díaz busca su propio espacio

"Los liderazgos los decide, afortunadamente, la gente", dice la vicepresidenta, que advierte que no se someterá a las órdenes de Podemos: "Vamos a hacer un proceso de escucha que va a ser amplio, que va a tener muchísimas singularidades, abierto, en el que va a estar todo el mundo. ¿Tienen que estar los partidos en el tramo final? Pues claro. ¿Tienen que ser el centro de actuación? Creo que no".

"Pero, ¿los partidos tienen que estar? Aquellos partidos que se sientan representados con este proceso tienen que estar, pero insisto en que es un proceso en construcción y que lo van a hacer las gentes de nuestro país", añade.

La vicepresidenta, que se ausentó de la presentación del libro de Iglesias pero se dejó ver junto a Íñigo Errejón, está respaldada por Pedro Sánchez, que se refiere a Unidas Podemos como "el espacio de Yolanda Díaz".

Los palos de Gloria Elizo

La vicepresidenta tercera del Congreso, Gloria Elizo, lleva tiempo apostando por el 'yolandismo' y distanciándose de Iglesias: "Podemos ha renunciado a ser alternativa de Gobierno precisamente entrando en un Gobierno de manera subalterna. De alguna forma es el precio que hemos aceptado pagar, dejar de ser alternativa. Y si no eres alternativa a nivel estatal, en términos autonómicos lo tienes muy muy difícil. Si encima defiendes a otras formaciones políticas territoriales, actuando como intermediario de su apoyo al PSOE, nuestras candidaturas se quedan sin espacio en sus territorios".

Elizo asegura que "Podemos, en cuanto a su actuación interna, sufre los mismos pecados de los partidos tradicionales y sin embargo carece de sus fortalezas. La estructura no es funcional y tiene una organización ínfima y radicalmente centralizada que no rinde cuentas ni es capaz ya de articular ningún tipo de debate para reflexionar en entornos abiertos. Es verdad que Podemos ha sufrido un vaciamiento de cuadros políticos y una desmovilización importante de sus propias bases, en gran medida porque ha renunciado a la promesa que llevaba en su nombre. Basta con ver las fotografías de los actos de 2014 y las de ahora".

Y le manda un recado a Iglesias: "En vez de plantear batallas grandilocuentes es necesario hacer una profunda reflexión interna sobre esto".

'Verdades a la cara'

El exvicepresidente aprovecha su nuevo libro 'Verdades a la cara' para contextualizar cómo forzó a que Yolanda Díaz, sin quererlo, asumiera su cargo. Por este hecho había sido tildado en redes de "machista", pero Iglesias explica su salto a la candidatura de Unidas Podemos en la Comunidad de Madrid.

"En esas conversaciones en las que se terminó de tomar la decisión, que se resolvió en horas, no participó Yolanda Díaz. Para que saliera bien, sabía que no podía decírselo. De hecho, si se lo hubiera comunicado no me habría dejado hacerlo. Se ha dicho mucho que no quería ser ministra de Trabajo, pero ser ministra de Trabajo le encanta; era la máxima aspiración política y personal para una abogada laboralista, hija de un líder sindical y militante comunista desde la adolescencia (...) Pero entonces no quería oír hablar de ser vicepresidenta y líder del espacio político", explica.

Yolanda Díaz. 

Iglesias dice que Díaz "era consciente de que le tocaba, pero no quería. Por suerte todo ocurrió como pensé que iba a ocurrir. Tardó un tiempo en hacerse a la idea, pero hoy es evidente que Yolanda está radiante como vicepresidenta y líder del espacio. Se gusta y eso se ve, ha definido su propio estilo de figura independiente que puede ser muy útil para los objetivos de Unidas Podemos. En Podemos, se ha consolidado el liderazgo femenino con Ione Belarra y las principales responsabilidades en manos de mujeres, y el partido funciona mejor que cuando estaba yo de secretario general. Creo que, en Podemos, acertamos haciendo así la transición.

El exdirigente dice que "Yolanda se enteró a la vez que la mayoría de los españoles, el lunes 15 de marzo, con aquel vídeo en el que anuncié mi decisión y en el que pedí a todos 'animar y apoyar a Yolanda para que, si lo decide y lo quiere la militancia, sea la candidata de Unidas Podemos en las próximas generales y la primera mujer presidenta'".

Iglesias asegura que cuando subió el vídeo Díaz "estaba en ese momento en una reunión telemática con otros ministros europeos. Le pedí que viniera a comer a mi despacho. Entró y me dijo: '¡Qué cabrón eres, qué cabrón eres!'. Nos dimos un abrazo, comimos tranquilamente y planificamos algunas cosas. No iba a aceptar que le quitaran las competencias de trabajo para ser vicepresidenta. Le dejé claro que eso no ocurriría y todo salió bien".

También admite que "en Podemos no todo el mundo lo comprendió al inicio (...). Uno de los que menos lo entendió al principio fue Juan Carlos Monedero, pero con el paso del tiempo creo que es difícil cuestionar que fuera la decisión correcta. Antes de tomar la decisión definitiva se valoró la opción de Alberto Garzón. Lo hablé con él y me dijo que lo iba a meditar, pero hubo dos elementos que hicieron esa opción imposible: por una parte, el entorno de la dirección de Izquierda Unida no lo veía claro. Así me lo trasladó Alberto (...) y él tampoco lo veía claro". 

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