17 de junio de 2024
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FIN DE SEMANA

En 2015 Cristina Álvarez y su marido, Antonio Hermida, abordaron este negocio con la idea de de democratizar tratamientos a precios populares

El matrimonio en la sombra de los centros de estética 'Ideal': De su misterioso auge a su caída

La democratización de los tratamientos estéticos en España: nacimiento, éxito y ocaso de los Centros Ideal / Foto: Instagram Centros Ideal
La democratización de los tratamientos estéticos en España: nacimiento, éxito y ocaso de los Centros Ideal / Foto: Instagram Centros Ideal
Cristina Álvarez y Antonio Hermida abordaron el negocio de acercar los tratamientos de estética a la población general con precios populares y apostando por la tecnología. Desde la fundación de Centros Ideal en 2015, sus beneficios aumentaban rápidamente, de manera paralela a la popularidad que cosecharon en tan solo unos pocos años. Sin embargo, la empresa no ha podido hacer frente a los estragos económicos sufridos tras la pandemia, lo que ha producido el cierre de las clínicas propias.

El reciente y repentino cierre de los Centros Ideal ha dejado a 600 empleados afectados, así como a multitud de clientes que recibían tratamiento en los mismos. Grupo Dibea, al que pertenecen estas clínicas, comunicó el domingo 17 de diciembre que cerraría todos sus centros de trabajo el lunes siguiente.

Termina así la labor de una línea de centros estéticos que nacieron con el objetivo de democratizar los tratamientos corporales más modernos, brindando la oportunidad de disfrutar de ellos a un precio reducido. De este modo, fue en 2015 cuando Cristina Álvarez y su marido, Antonio Hermida, abordaron este negocio y fundaron Centros Ideal.

Inicialmente, la empresa se componía por dos establecimientos en Madrid que llevaban el nombre de su fundadora. Sin embargo, pronto decidieron expandir el negocio con otra imagen y con la franquicia como figura principal. “Quisimos proteger nuestra joya de la corona y no franquiciar con el nombre de Cristina Álvarez. Por eso decidimos empezar con Centros Ideal”, señalaba Hermida para El País en 2022.

 
 
 
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En tan solo cuatro años desde su fundación, Centros Ideal consiguió convertirse en una marca referente dentro de la estética, buenamente influido por los más de 20 años de experiencia de sus accionistas. Siendo así, durante el primer año de vida abrieron 40 centros de los que 30 fueron franquicias. “La apertura de tiendas en propiedad empezó a ralentizarse porque llegaron muchas solicitudes de franquiciados”, añadía para el mencionado medio.

Su popularidad aumentaba cada vez más y, en 2019, la compañía cerró con 111 centros operativos a nivel nacional, 37 nuevas aperturas en el año y una penetración del 85 por ciento en el entorno español. Una vez más, desde su creación, la compañía pasó de los 3 millones que alcanzaron en el ejercicio de 2017 hasta los más de 50 con los que cerraron 2019.

Este crecimiento corresponde, entre otras razones, al diseño de un modelo de franquicia de gran rentabilidad basado en una operativa de gestión propia desde la matriz, como explica la revista Centros Comerciales de la Asociación Española de Centros y Parques Comerciales.

El mecanismo era sencillo: los 81 locales en régimen de franquicia contaban con la posibilidad de delegar en un equipo experto la selección y formación del personal, así como el día a día del negocio. “Con esta fórmula ofrecemos un proyecto rentable y seguro en el que confían cada vez más emprendedores. De hecho, un 38 por ciento de nuestros franquiciados ya ha repetido con un segundo local”, explicaba Alberto López, director general de Centros Ideal, por aquel entonces.

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Centros Ideal crecieron rápidamente dentro del sector de la estética.

Así mismo, López calificó el 2019 como un año decisivo: “Este año ha sido clave para la compañía con aperturas en los principales centros comerciales de nuestro país, logrando una gran visibilidad de la marca. Este plan ha permitido consolidarnos en el mercado y establecer las bases para que en 2020 lleguemos a superar los 160 centros en España y además, podamos enfocar nuestros esfuerzos en el desarrollo internacional”.

Un ambicioso plan de crecimiento en el que se adentraron y que continuó en el 2020, introduciendo la compañía a otros mercados europeos como el italiano o el portugués, donde fundaron sus primeros centros en las ciudades de Turín y Oporto.

También planearon llegar a Francia e, incluso, a Latinoamérica, mediante la figura de masterfranquicia, aunque tuvieron que pararlo todo. “El dinero es finito y nosotros no tenemos detrás a un grupo inversor. Los accionistas de la empresa somos mi mujer y yo”, expresaba Hermida para El País. Con la llegada de la pandemia de la Covid-19 los números cambiaron.

Estragos tras la pandemia

Durante el estallido de la pandemia por la Covid-19, la paralización de la actividad de la mayoría de empresas y las posteriores limitaciones de movilidad hicieron que multitud de comercios, entre ellos Centros Ideal, sufrieran estragos en sus cuentas, condicionando así su futuro.

Y es que el reciente cierre de estas clínicas estéticas responde, como explican en un comunicado oficial en su portal web, a problemas económicos ocasionados durante los días de crisis sanitaria: “Debido a la situación económica que llevamos atravesando desde la pandemia, y a pesar de nuestros esfuerzos y de todo nuestro equipo durante todo este tiempo, nos vemos legalmente obligados a proceder al cierre de nuestros centros propios”.

Como indicaron los propios dueños, durante los últimos años la empresa ha visto necesario llevar a cabo una reorganizar estratégica del negocio. El foco se colocó, por tanto, en la apertura de tiendas propias frente a las franquiciadas y en recuperar la facturación de 2019.

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La pandemia obligó a Centros Ideal a llevar a cabo una reorganización empresarial.

Sin embargo, la facturación de 2021 sufrió una contracción, quedándose en 31.3 millones, una cantidad que se repartió casi a partes iguales entre las tiendas propias y las franquiciadas, y distaba mucho de los más de 50 millones de euros generados en 2019.

"Antes de la pandemia los centros facturaban de media unos 60.000 euros anuales, ahora están entre 43.000 y 45.000", explicaba Antonio Hermida, director general y cofundador de la compañía. “Pero desde 2020, nuestra facturación y la de los franquiciados se ha visto afectada por el cierre de más de 15 centros que los franquiciados no podían mantener, que luego hemos ido recuperando poco a poco, y por la caída en picado del consumo en el primer semestre de 2021 por las restricciones de movilidad”, añadía.

La empresa manifestó sus continuos intentos de mantenerse a flote en su reciente despedida: “Hemos intentado solucionar esta situación mediante distintas vías, poniendo en práctica todas las medidas que estaban a nuestro alcance, con la finalidad de seguir con la dinámica de la empresa. Pero, por desgracia, no ha sido posible”.

Como indica la propia empresa, actualmente se encuentran en un proceso de negociación para la redirección de los clientes con tratamientos pendientes y piden la colaboración de los usuarios para afrontar el problema lo mejor posible: “Por encima de todo, sentimos todos los inconvenientes que nuestra situación acarrea. A la vez que pedimos vuestra comprensión, dado que hemos llegado a ella abocados por los acontecimientos que afectan a la economía y, muy especialmente, por la restricción del crédito bancario”.

Cientos de reclamaciones

“Nuestros centros nacieron del sueño de acercar la medicina estética a los consumidores, a través de tratamientos de calidad a buen precio. Y para ello, hemos contado con GRANDES PROFESIONALES que, cada día, han puesto de su parte para que así fuese”, explican. “Pero lamentablemente nuestro recorrido ha llegado a su fin, teniendo que cerrar definitivamente todos los centros propios de la marca”, concluían desde Centros Ideal.

Ahora, la Asociación Española de Consumidores (Asescon) señala que han sido cientos las consultas realizadas a la organización para conocer por parte de los consumidores sus derechos y obligaciones al respecto, tras abrir esta una Campaña de Reclamaciones.

En este sentido, explican que existen dos tipos de reclamaciones: por un lado, las de usuarios que tienen pagado el servicio por adelantado y se han quedado sin la prestación de parte o de todo lo contratado. En estos casos, “se hará reclamación a la empresa hasta que no se sepa realmente si entra en concurso de acreedores, teniendo en este caso que acudir éstos dentro del listado de acreedores una vez que se comunique en el Boletín Oficial del Estado”, indican.

 
 
 
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Por otro lado, están los consumidores que tienen un contrato de financiación accesorio al contrato principal de prestación de servicios. En estos casos, “la reclamación también va para la entidad financiera con el fin de paralizar dichos préstamos conforme a la legislación vigente al tratarse de créditos vinculados a los tratamientos contratados”.

Así mismo, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) aconseja ponerse en contacto con la clínica, presentando una reclamación por escrito, dejando así constancia de que no se ha cumplido el contrato y reclamando la finalización del tratamiento. Si la clínica está cerrada, es necesario dirigirse al domicilio social de la empresa que conste en su página web y en el Registro Mercantil.

Del mismo modo, indica que se debe reclamar ante los Servicios de Consumo los posibles perjuicios que el cierre haya podido ocasionarles, tales como no finalizar el tratamiento o la pérdida del dinero adelantado. Y reafirma la importancia de garantizar que las peticiones que haga el consumidor o la reclamación dirigida al establecimiento se comuniquen de manera fehaciente.

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