28 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

El Gobierno de Pedro Sánchez ha anunciado que el precio de cada una de las unidades será de 0'96 euros pero el impuesto se mantendrá en un 21%

La verdad sobre el precio de las mascarillas, el IVA y las exenciones fiscales a su importación

Pedro Sánchez visita fabrica de mascarillas.
Pedro Sánchez visita fabrica de mascarillas.
El Gobierno de Pedro Sánchez ha anunciado a bombo y platillo el precio único de las mascarillas sanitarias como un gran logro. Pero esto tiene sus matices. Si bien las mascarillas se podrán adquirir por 0'96 euros, sin embargo, el IVA seguirá siendo del 21 por ciento. Es decir, no se le aplicará el IVA reducido del 4 por ciento para los catalogados como bienes de primera necesidad. Por otro lado, las exenciones fiscales a las empresas que importan mascarillas están condicionados a ser donadas.

El mensaje del Gobierno de Pedro Sánchez de que ha eliminado el IVA en las mascarillas sanitarias es falso, al menos para el consumidor. Aunque la noticia en sentido positivo ha aparecido publicada en determinados medios de comunicación no es real. Pero ¿dónde se engancha el Ejecutivo para afirmar tal concepto? La Agencia Tributaria anunció efectivamente a principios de abril que no cobraría el IVA a aquellas empresas que importaran este material.

Hasta ahí la verdad. Pero si profundizamos y leemos la ‘letra pequeña’ observamos que no todo es tan fabuloso. Las empresas, como hizo, por ejemplo, la multinacional Inditex de Amancio Ortega, deben depositar en Aduanas el importe por el valor del IVA que es del 21 por ciento, así como el 6,3 por ciento de impuestos arancelarios. Es decir, un tributo al tipo máximo con respecto al 4% que se aplica a los bienes de primera necesidad.

Únicamente, solo después de justificar que este material se ha destinado a trabajadores de la sanidad pública, que no ha tenido lucro, es cuando las empresas pueden exigir a Aduanas la devolución del importe adelantado del Impuesto sobre el Valor Añadido. Por lo tanto, es una exención fiscal condicionada al uso que se va a hacer de esas mascarillas y siempre y cuando se importen y que tiene a un claro beneficiario, al propio Estado. Por las mascarillas que ellos han importado para distribuir a los hospitales no han pagado IVA (y así seguirá hasta el 31 de julio si no hay una modificación posterior) pero las que compra el consumidor, sí tiene que pagarlo.

Una mascarilla higiénica básica.

La Agencia Tributaria es clara en las condiciones: “La exención queda condicionada a la justificación de la posterior donación de la mercancía a una entidad que cuenta con la autorización administrativa por parte de la Delegación o Administración de la AEAT en cuya circunscripción territorial esté situado el domicilio fiscal del importador, de acuerdo a lo previsto en el artículo 17 del Reglamento del Impuesto sobre el Valor Añadido”.

Hacienda continúa con su exposición “una vez formalizada la donación, se deberá remitir a la aduana justificación de la recepción de la mercancía por la entidad afectada, así como copia de la autorización administrativa para la exención de IVA concedida a la entidad donataria”, concluye en su informe.

El ciudadano es el que pierde

El concepto de importación es muy relevante en este asunto, ya que solo se exime del pago del IVA, o mejor dicho se devuelve el adelanto del mismo, cuando se importan las mascarillas de empresas extranjeras y son donadas.

No cuando van destinadas para el ciudadano, sino solo cuando van a sectores directamente implicados en la lucha contra el COVID-19 como los sanitarios. Así, aun siendo un producto considerado como primordial para parar la cadena de contagio del virus, es "castigado" vía impuestos al consumidor (mediante el IVA). Así va el precio va aumentando por toda la cadena de distribución, desde el fabricante a la farmacia.

Esto significa que, después de pedir esfuerzo a los fabricantes nacionales, son éstos los que más dinero pierden al no poder competir vía precio con la mano de obra añadida mucho más barata, por ejemplo, si los productos vienen fabricados del sudeste asíatico. Sin contar que las mascarillas nacionales deben pagar el IVA correspondiente, no hay exención fiscal alguna.

En definitiva, si bien es cierto que el Gobierno de Pedro Sánchez ha legislado en caliente y ha impuesto un precio único para este producto de necesidad urgente en la lucha contra el COVID-19, el ciudadano de a pie tendrá que seguir pagando un Impuesto de Valor Añadido del 21 por ciento al adquirir este producto que, desde el punto de vista tributario, no se considera de primera necesidad.

Precio impuesto

La Comisión Interministerial de Precios de los Medicamentos del Ministerio de Sanidad, de Salvador Illa,  ha decidido que el precio de cada mascarilla será de 0’96 céntimos, IVA incluido. Y este impuesto seguirá siendo del 21 por ciento en lugar del 4 por ciento que se aplica a los bienes de primera necesidad.

Esta pelea por el mantenimiento o reducción del IVA de las mascarillas tuvo posturas encontradas entre Nadia Calviño, vicepresidenta socialista para Asuntos Económicos, y el Ministro de Consumo, Alberto Garzón de Izquierda Unida, o lo que queda de esta formación tras diluirse en Unidas Podemos. Al final, en la disputa aparentemente ganó Nadia Calviño. 

Nadia Calviño, vicepresidenta de Asuntos Económicos.  

Desde la empresa privada, por su parte, afirman a elcierredigital.com "estar preocupados por la limitación del precio a 0´96 céntimos de euros, mas IVA, a un nivel que apenas cubren costes, lo que puede traer consigo que no les interese producir y en consecuencia el problema añadido del riesgo del desabastecimiento al no poder satisfacer la oferta al generarles pérdidas".

Pero también afirman que "puede ocurrir lo que está ya sucediendo en muchas farmacias, en las que los clientes están acaparando las mascarillas a un precio más elevado del que ha fijado el Gobierno, una tarifa que arrancará la próxima semana, ante el temor de que haya desabasteciento porque a nadie le interese producir y vender perdiendo dinero".

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