26 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Casi 800 reclusos se escaparon de este centro en 1938 donde estaban recluidos en plena Guerra Civil, pero solo tres cruzaron la frontera con Francia

La fuga de presos más grande de Europa: Se cumplen 84 años de la huida del fuerte navarro de San Cristóbal

El Cierre Digital en
/ Fuerte de San Cristóbal
En este mes de mayo se cumplen 84 años de la fuga carcelaria más importante de Europa. En 1938 casi 800 presos se escaparon del Fuerte de San Cristóbal, sito junto a Pamplona, pero solo tres pudieron cruzar la frontera que separa a Navarra de Francia. Esta fortificación sirvió de prisión entre 1934 y 1945 para 7.200 personas. Y 750 murieron entre sus muros.

El abandonado Fuerte de San Cristóbal sirvió hace unos días como escenario del acto de recuerdo anual con el que la asociación Txinparta homenajea a los 7.200 presos que acabaron en esta prisión accidental entre 1934 y 1945. De ellos, 750 murieron entre las paredes de este fortín elevado en pleno monte Ezkaba, perteneciente a la localidad de Berrioplano.

El azar del calendario hizo coincidir este acto con el 84 aniversario de la fuga carcelaria más importante de Europa.

La fuga

El 22 de mayo de 1938 este penal franquista retenía a 2.487 personas, de las cuales, 795 se escaparon. Es cierto que no tuvieron demasiada fortuna en esta empresa: 585 fueron detenidos, 207 acabaron asesinados (o en las inmediaciones del fuerte o incluso en Pamplona) y solo 3 lograron cruzar la frontera a Francia: el leonés Jovino Fernández, el salmantino Valentín Lorenzo y el segoviano José Marinero.

Jovino Fernández, militante de la CNT, lo contaba así unos días después: "A las dos horas de iniciada la fuga ya funcionaban los reflectores por todas partes y por las carreteras volaban los camiones cargados de guardias civiles y de requetés. La columna se desparramó por los bosques y por los barrancos en la noche. Al día siguiente, desde nuestros escondrijos comprobábamos con qué saña se nos perseguía. Perros, curas, mujeres con fusiles y boinas rojas, requetés, guardia civil y soldados andaban y venían por los montes, detrás de nosotros. No se atrevían a penetrar en los bosques, porque a lo mejor temían que estuviéramos armados. Nosotros permanecíamos en las espesuras durante el día y por la noche avanzábamos. Yo iba con un grupo de unos veinte compañeros; a los dos días quedábamos tres y más tarde quedé yo solo. La persecución seguía dura y tenaz".

Faltan algunas claves de los pormenores de una fuga que, según varias versiones, se organizó por varios presos que hablaban una mítica lengua singular: el esperanto.

Quizá arroje algo de luz el Gobierno de España, ya que el ministro de Cultura Miquel Iceta anunció hace algunas semanas que trasladará a Navarra los expedientes penitenciarios del Fuerte de San Cristóbal.

El senador navarro Toni Magdaleno, del PSN-PSOE, aseguró que con este paso quieren "devolver la dignidad y reconocer a las víctimas que fueran represaliadas simplemente por defender una democracia constitucional sensible a la cuestión social. Toda democracia debe reconocer a aquellas personas que lucharon por las libertades".

Los 21 de Berrioplano

La Sociedad de Ciencias Aranzadi recuperó hace varias semanas los restos de 21 personas en el cementerio de Berrioplano. Explicó Gobierno de Navarra que "los restos de munición encontrados hacen pensar que estos restos podrían corresponder a los 21 presos, varios de ellos anarquistas, a quienes mataron bajo una vaga acusación de haber intentado fugarse del penal".

Sus restos fueron trasladados en un camión hasta Berriozar, una imagen que impactó a la población local, que guardó en la memoria la zona del cementerio en que fueron inhumados.

Cartas al penal

Pamplona acogió hace unos días la impactante exposición 'Escríbeme a la tierra. Las cartas de los que van a morir: La Rioja 1936', basada en un libro homónimo que selecciona 164 misivas que 39 presos políticos escribieron antes de ser asesinados.

Fuerte de San Cristóbal. 

Esta exposición también recoge algunas cartas que recibieron. A uno de los presos, Miguel Caperos, recluido en el Fuerte de San Cristóbal, le escribió de esta forma tan desgarradora su mujer, Teresa: "Si puedo verte, quisiera ir, y tú me dirás si reciben visitas, pero por otro lado, me moriré si vuelvo dejándote en esa (prisión) y volveré triste, sola y sin más amparo que cinco hijos pidiendo pan".

Fuerte de San Cristóbal

El Fuerte de San Cristóbal, oficialmente Fuerte de Alfonso XII, fue construido entre 1877 y 1912, aunque la necesidad de una fortaleza dominante sobre Pamplona cuenta con antecedentes lejanos.

Ya en 1276 se habla de un castillo en la cima de San Cristóbal en las crónicas de la Guerra de la Navarrería, y de un ataque francés a la fortaleza. También hay referencias a la fortificación en la cumbre de San Cristóbal durante la Guerra de la Convención (1793-1795).

En las Guerras Carlistas, los partidarios del Conde de Montemolín sitiaron Pamplona; aunque no llegaron a tomarla, dominaron su capital, Estella, y todas las fortificaciones de las proximidades. Finalizado el conflicto, el Gobierno Civil de Navarra solicitó al rey el levantamiento de un fuerte en el monte San Cristóbal para completar las posibilidades defensivas de la ciudadela de Pamplona.

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