11 de mayo de 2024
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FIN DE SEMANA

ESTA NUEVA MEDIDA TOMADA POR EL EJECUTIVO DE XI JINPING TIENE COMO OBJETIVO SOLUCIONAR EL ENVEJECIMIENTO DE LA POBLACIÓN DEL PAÍS

El Gobierno chino relaja su política de natalidad: Permitirá hasta tener tres hijos

XIa Jimping.
XIa Jimping.
El gobierno de China ha anunciado este lunes una nueva relajación en su política de natalidad. En los últimos años han reformado considerablemente sus duras políticas históricas. Durante muchos años, el país impedía tener más de un hijo. Desde 2016, año en que se autorizó el segundo hijo, se han llevado a cabo muchas medidas con la finalidad de atajar una situación demográfica preocupante.

La planificación familiar de China ha cambiado drásticamente en la última década. El gigante asiático ha pasado de establecer políticas con la finalidad de frenar la explosión demográfica, como la política del hijo único, a desarrollar otras para el fomento de la natalidad. Las causas de este viraje son varias, aunque una de las más determinantes responde al último censo de población, publicado a principios de mayo, en el que se registra el menor crecimiento de población desde 1950. También ha decrecido el porcentaje de personas en edad de trabajar y sobre todo, ha aumentado el envejecimiento de la sociedad.

De este modo, los datos negativos del último censo evidenciaban que el ascenso del límite de hijos a dos no había surgido el efecto esperado. La decisión del aumento de los descendientes permitidos a dos tenía como finalidad estimular la frenada de la natalidad. Sin embargo, no se ha producido el efecto esperado porque China tiene una tasa de fertilidad de 1,3 hijos. El coste que supone criar a un hijo es lo que ha llevado a las nuevas generaciones de la nación china a desistir de formar una familia más numerosa.

Este contexto ha llevado al ejecutivo a buscar soluciones. Las medidas tomadas con respecto al envejecimiento de la población son el retraso de la edad de jubilación y la construcción de una serie de garantías para los trabajadores jubilados.

Imagen reflejo del envejecimiento de la población en China

Las autoridades también han buscado solución a la baja natalidad aumentando el número de hijos permitidos hasta tres. Otro de los temas espinosos es la visión de la familia por parte de los jóvenes. Han buscado ofrecer salida a los malos hábitos sociales de las familias. Quieren disminuir los gastos desmedidos en las celebraciones, dotes y regalos, reducir el gasto de las familias en la educación de los hijos y mejorar las condiciones de las bajas por maternidad. Con todas estas medidas pretenden cambiar la tendencia de los jóvenes a no formar familias y con ello, fomentar la natalidad y aumentar la población.

La política del hijo único

La última década ha sido revolucionaria en cuanto a la política familiar china. Históricamente, este país ha sido considerado como contrario a la natalidad por su famosa política del hijo único, que surge en la década de los 70 manteniéndose durante décadas. Su objetivo era frenar una explosión demográfica que había comenzado con la política natalista de la revolución comunista.

Previamente a la aplicación de esta conocida medida, las autoridades buscaron otras soluciones al problema demográfico. Una de ellas fue la promoción de las virtudes del matrimonio tardío. Posteriormente, se crearon supervisores y estructuras que controlaran rigurosamente la población en la ciudad. En el medio rural algunos consejeros médicos facilitaron el acceso a los anticonceptivos. No fue hasta los años setenta, cuando se pensó en la aplicación de un límite al número de hijos.

Propaganda de la política del hijo único en China

A mediados de los setenta, surge el primer control numérico por unidades administrativas y se establece un límite de un máximo aconsejable de dos hijos en medio urbano y de tres a cuatro en el medio rural. Sin embargo, los estudios demográficos realizados en esta década apuntaban a crecimientos inconvenientes para el desarrollo de los programas de desarrollo del gobierno chino. Estos datos llevaron a radicalizar aún más la medida y a establecer la política del hijo único.

Por culpa de la aplicación de esta política se realizaron atrocidades. A aquellos que tenían el primer hijo en las zonas rurales, las cuales tenían una fecundidad mayor, se les supervisaron las prácticas anticonceptivas y fueron presionados para la práctica del aborto forzado y de la esterilización en algunos casos.

Este régimen impuesto tuvo como consecuencia un incremento del infanticidio en China que se practicó principalmente con las niñas. En la tradición existía una preferencia por el hijo varón, pues era quien heredaba el linaje y quien cuidaba a los padres durante su vejez. Las mujeres, sin embargo, por costumbre se dedicaban al cuidado de la familia política cuando se casaban. La tradición unida a la política del hijo único condujo a un infanticidio femenino desmedido.

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