25 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Con este noveno arresto, los investigadores dan por concluida la operación Kafig de la Policía bajo la dirección de la Audiencia Nacional

El yihadista detenido en Santa Coloma hacía de enlace para comprar armas a una célula desarticulada en prisión

El yihadista detenido este miércoles en Santa Coloma.
El yihadista detenido este miércoles en Santa Coloma.
Los investigadores de la Policía Nacional han dado por cerrada la operación Kafig (jaula), que permitió desarticular en febrero una célula yihadista dentro de las prisiones españolas, tras la detención este miércoles en Barcelona de un ciudadano de origen marroquí considerado el principal enlace externo del jefe de esta red, según fuentes de la investigación.

El yihadista arrestado en el Pla de Palau por agentes de la Brigada Provincial de Información de Madrid consiguió eludir cuatro meses la acción de la Justicia escondiéndose en pisos de España y Francia. Se trata de K.R., un marroquí de 34 años con numerosos antecedentes penales, como secuestros y tráfico de armas.

Según las citadas fuentes, K.R. era el encargado de adquirir armas de guerra, abundante municiones y diverso tipo de armas, para lo cual habría tratado de contactar con varios entornos delincuenciales relacionados con el tráfico de armas en Francia y en la Costa del Sol.

Extremadamente violento, abrazó el Islam más radical recientemente, algo que elevó la preocupación de los investigadores al frente de la operación dirigida por el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata y la Fiscalía.

En el momento de la detención ofreció resistencia, por lo que los agentes de la Brigada de Información de Madrid precisaron del apoyo de sus compañeros de Barcelona, así como de la Guardia Urbana y los Mossos d'Esquadra.

El jefe actuaba desde la prisión de Valdemoro

Con esta detención se cierra la denominada operación kafig, por la que se ha arrestado a un total de nueve personas, lideradas por el jefe Suleimán E. M., que actuaba desde la prisión de Valdemoro (Madrid).

Otros cuatro integrantes estaban en la cárcel y contaron con el apoyo de un funcionario de esta prisión madrileña también arrestado. Están acusados de integración en grupo terrorista con el objetivo de preparar y cometer atentados en España. También se les relaciona con el tráfico de armas y el narcotráfico, ya que utilizaban la venta de la droga conocida como karkubi como medio de financiación.

La Policía durante esta operación.

La operación llevó a intervenir en febrero abundante material dentro de las celdas de los presos marroquíes, incluyendo teléfonos móviles, algunos con tecnología de encriptación, así como multitud de tarjetas que utilizaban de forma clandestina para su actividad criminal. El material lo escondían en calcetines, zapatos y útiles de limpieza como escobones.

El análisis de este material permitió a los investigadores arrestar el miércoles a K.R., considerado el enlace del jefe de la célula. La red actuaba en el interior de las prisiones españolas y captaba reclusos con problemas económicos y de personalidad para que cometieran atentados en Madrid y Barcelona en nombre de la Yihad.

Existía un núcleo duro que ejecutaba las órdenes y, valiéndose del temor que infundían dentro de prisión, obligaban a rezos y a llevar una estricta dieta halal (dieta musulmana), cuidándose de no exponer públicamente su ideario yihadista para no ser detectados.

El juez José de la Mata autorizó las detenciones y dos días después decretó la prisión del trabajador de la cárcel de Valdemoro, así como para otras cuatro personas, todas ellas de nacionalidad marroquí.

Tres ya estaban cumpliendo penas de cárcel por delitos de tráfico de drogas, entre ellos el "jefe". Los otros tres detenidos en la operación 'Kafig' quedaron en libertad con medidas cautelares, aunque dos de ellos tuvieron que seguir en prisión puesto que cumplían condena por delitos de delincuencia común anteriores a esta investigación.

Segunda detención en horas

Esta detención es la segunda que se practica en las últimas horas en Barcelona en relación con actividades terroristas, sin tener ninguna relación una con la otra. La Policía Nacional arrestó el martes en Santa Coloma de Gramanet a un marroquí de 30 años que huyó en septiembre de 2018 de Tánger tras la desarticulación por parte de las autoridades marroquíes de la célula yihadista de la que formaba parte.

Tras su fuga, logró entrar de manera clandestina en España y se escondió en Santa Coloma de Gramanet. Se le detuvo por su presunta participación en los delitos de integración en organización terrorista y tráfico de drogas. Fuentes jurídicas han informado de que ha aceptado su extradición a Marruecos tras pasar a disposición del juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno.

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