11 de junio de 2024
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FIN DE SEMANA

El abogado García Cebrián revela que en uno de cada tres matrimonios uno de los cónyuges se plantearía separarse si el otro se beneficiara del sorteo

La otra cara de compartir la Lotería: Ganar un premio puede terminar en guerra familiar

El Cierre Digital en
/ Ganar la Lotería puede acabar en divorcio.
Para muchos matrimonios en España, uno de los principales frenos a la hora de materializar un divorcio es el miedo a la incertidumbre económica, pues es más cómodo y seguro en algunos casos seguir juntos, aferrados a la zona de confort. Según el abogado Alberto García Cebrián, esta situación podría dar un giro si uno de los cónyuges ganase un gran premio de Lotería, ya que habría más posibilidades de que se planteara el divorcio ante un matrimonio insatisfecho.

Aproximadamente un tres por ciento de los matrimonios reconoce abiertamente que en caso de ser beneficiado con un buen premio de Lotería se plantearía el divorcio. En privado y sin presencia del otro cónyuge las cifras aumentan exponencialmente. 

El día a día de una familia media en España no está exenta de dificultades económicas. Es impactante como tener la vida resuelta puede hacer que las personas quieran el divorcio por entender que tienen mejores opciones de vida y no tienen necesidad de “aguantar” un matrimonio que realmente no les satisface plenamente.

Las cifras son preocupantes. El 60 por ciento de los matrimonios acaban en divorcio. Aproximadamente el 30 por ciento de los matrimonios que quieren divorciarse actualmente no pueden hacerlo por dificultades económicas al no poder costear vidas por separado.

En España el divorcio está dejando a muchas personas en riesgo de exclusión social. Si ya es complicado llegar a final de mes y cubrir las necesidades familiares juntos, separados puede ser directamente inviable. Es por ello que, ante la necesidad de divorciarse, muchas personas se lo piensan muy mucho por tener que decidir entre divorciarse con gran precariedad o mantener un matrimonio que ha dejado de querer, pero con la tranquilidad de mantener una situación económica más estable y segura.

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Divorcio.

Son muchos los matrimonios que siguen juntos mientras que tengan buena calidad de vida, pues saben que por separado sería más complicado. En el momento en el que toca un buen premio de lotería que resuelve la vida de los cónyuges, deja de existir esa conveniencia y sólo se mantienen aquellos matrimonios que realmente están mejor juntos que separados. Se mantienen los matrimonios que se quieren de verdad y no se mantienen los que simplemente lo hacen por costumbre social o por calidad de vida.

No debemos pensar que mantener un matrimonio que no se quiere del todo es algo bueno o malo, pues hay que ponerse en el lugar de las personas que sienten la inseguridad de si sería viable la vida por separado. Especialmente en los matrimonios con hijos, el temor a no poder sostener las necesidades propias y muy especialmente de los hijos, puede paralizar la toma de la decisión de divorciarse.

Es algo incuestionable que se divorcian muchos matrimonios, pero no todos los que querrían hacerlo, pues no todos sienten que pueden hacerlo en la práctica. Recibir un gran premio de lotería puede cambiarlo todo para muchos matrimonios.

¿Separación de bienes o bienes gananciales?

No es lo mismo que le toque a uno de los cónyuges en separación de bienes, que, a los dos, ya sea en separación de bienes, pero siendo beneficiarios ambos o en gananciales.

Es algo obvio, pero no deja de ser llamativo. Es curioso cómo la decisión de divorciarse suele tomarse por la persona que percibe el premio de lotería, ya sea uno de los cónyuges, o ambos. En los casos en los que el matrimonio ostenta separación de bienes y el premio le toca a uno sólo, el otro tiene el efecto contrario, a querer mantener ese matrimonio más que antes habida cuenta de que su cónyuge sigue siendo la misma persona, pero además ahora tiene una mucho mejor situación económica.

No hay que tener prejuicios, no es que sea algo interesado, sino la realidad de la vida misma. Si se ha mantenido un matrimonio con sus cosas buenas y sus cosas menos buenas, cuando a nuestro cónyuge le toca la lotería, existe un efecto de “revalorización” de su situación económica lo que se suele entender como la posibilidad de materializar otro tipo de proyectos personales y familiares, lo cual resulta atractivo.

Dicho esta evidencia, se continua con otra. El cónyuge al que le ha tocado la lotería es el que suele tomar la decisión de divorciarse después de percibir el premio. En ocasiones, una mala gestión del premio incluso puede llevar a administrarlo mal, de manera que, de no estar centrado, es conveniente no precipitar decisiones, ni el divorcio ni ninguna otra disposición económica, pues se puede incurrir en un grave error fruto de la exaltación que se produce al saber que hemos ganado un gran premio de lotería y no saber del todo cómo gestionar la situación.

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Administración de Lotería.

Incluso ganar el premio de lotería puede cambiar a una persona si “se le sube a la cabeza” y considera que por mejorar su situación económica es una persona diferente que “se merece” cosas que antes ni se hubiera planteado.

No es que el premio de lotería provoque el divorcio, sino que el dinero cambia nuestras circunstancias y siendo mejores nuestras previsiones y posibilidades económicas, muchos optan por cambiar de vida, incluyendo hasta con quien quieren compartirla. Esto nos lleva a una reflexión triste en los casos en los que un matrimonio sea consciente de que están juntos, pero que en caso de que mejoraran las circunstancias, como ocurre al ser premiado con la lotería, contradictoriamente, en vez de producir el efecto de estar mejor juntos al poder vivar más desahogadamente, podría llegar el divorcio.

Es una visión materialista, pero real, que supone que muchos matrimonios están juntos aguantando su mejor opción actual, pero en caso de considerar que en el futuro tienen “mejor fortuna” y pueden optar a otra vida que les guste más sin su cónyuge, lo harían.

La vida da muchas vueltas y los matrimonios y relaciones familiares deben de asentarse en los valores correctos, que no tienen precio. En los casos en los que llega el divorcio por recibir un premio de lotería, tal vez se pueda optar por el divorcio por sentir que tenemos mejores opciones de vida y ya no queremos compartirla con la persona que estábamos antes de ser premiado. Pero tal vez no se tiene la consciencia de que en esa nueva vida proyectada, puede ser que acabemos compartiendo la vida con otra persona, que, si llega el momento, pueda hacer lo mismo que nosotros y acabar dejándonos si considera que no somos su mejor opción o le cambian las circunstancias.

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