29 de abril de 2024
|
Buscar
FIN DE SEMANA
Patio de columnas

Patio de columnas

Paco de Domingo

De cinemómetros

Los fallecimientos por accidentes de tráfico en las carreteras españolas son de armas tomar, puesto que se han disparado durante el período estival, y la aplicación de los remedios para estos males pasa por la reducción de la velocidad en las carreteras convencionales, incrementar el número de radares y el aumento de la vigilancia en las vías por parte de los ´mangas verdes´, quienes, al menor descuido, suelen sufrir cortes de las mismas.

Nadie escarmienta en volante ajeno, y después de unos cuantos años de descenso de la siniestralidad a los mandos de la envidia del vecino hemos recuperado, desde hace tres años, los mejores niveles de negocio para las funerarias y los peores para las compañías de seguros grandes seductoras a la hora de plantar batalla por la captación de clientes; si no que se lo pregunten al incombustible Matías Prats.

Exceso de velocidad, consumo de alcohol y drogas y distracciones siguen siendo –los de toda la vida, hasta perderla- los mejores aliados para mantener al alza los fríos y luctuosos datos estadísticos que engordan las flaquezas de nuestro actitud en la carretera, si bien se ha incorporado un nuevo catalizador como cuarto elemento dinamizador de los malos hábitos en la conducción: el ´móvilphone´.

“El cielo puede esperar”, pero, al parecer, hay conversaciones que no, como si hubiera aumentado la necesidad de una irrefrenable inclinación por la comunicación entre los mortales, parte de los cuales alcanzarán tal condición prematuramente gracias a la arriesgada maniobra de pérdida de concentración al timón de su nave.

Ante el preocupante aumento de fallecidos, conductores y ocupantes unos al volante y otros en asientos de atrás y de delante, la Dirección General de <Trágico> instalará un número extra de cinemómetros fijos y móviles (radares), pero muy lejos aún de equipararnos a las cifras de otros países de la UE que se encuentran a la cabeza en este tipo de dispositivos de control.

Diríase que el grado de concienciación de los conductores no cala suficientemente como para mojar a la baja el recuento anual de víctimas, por lo que queda mucho camino que recorrer a velocidad crucero por las distintas vías: en especial las de carácter secundario, donde adquiere un papel destacado y cobra importancia el pago en efectivo de vidas proveniente del relajo y la falta de concentración del amo de la carretera.

“Más vale perder un minuto en la vida que la vida en un minuto”, rezaba un eslogan ante la cruz de la publicidad hace un carro de años, un paquete de sesenta segundos de imperiosa vital importancia que debería de acompañarnos en la guantera de la prevención como impagable mercancía de trueque con la muerte, que monta guardia para enviudar por sorpresa de la vida de forma infatigable.

Es menester que la vida nos vaya sobre ruedas: sin atropellos, para que el negocio de vivir no pinche a mitad de camino impidiéndonos culminar la ruta que nos marquemos sin anticipar la visita a la inhumana huesa.

 

Paco de Domingo

El Cierre Digital no se hace responsable de las opiniones vertidas en esta sección que se hacen a título particular.

COMPARTIR: