26 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Condujo su coche hasta un parking en Cercedilla y se internó en los montes de Guadarrama, donde murió tras ingerir una dosis letal de un medicamento

Aniversario: Un año de la trágica muerte de Blanca Fernández Ochoa en la sierra de Madrid

La medallista Blanca Fernández Ochoa.
La medallista Blanca Fernández Ochoa.
Este viernes se cumple el primer aniversario del fallecimiento de Blanca Fernández Ochoa, en realidad de cuándo se encontró su cuerpo en La Peñota, en la sierra madrileña de Guadarrama. La esquiadora y medalla olímpica se internó en aquel paraje, tomó una sobredosis del medicamento que tomaba desde joven.

El 31 de agosto de 2019 la Policía Nacional daba la voz de alarma, la exmedallista olímpica Blanca Fernández Ochoa había desaparecido una semana antes y se desconocía su paradero desde el 23 de agosto. La deportista había dejado el domicilio familiar de Aravaca donde vivía con su hermana y su cuñado y tomó su coche. A la familia le dijo que se iba unos días. Desde el principio Policía y Guardia Civil buscó en albergues y hoteles de Asturias y Cantabria, confundido porque Blanca había estado buscando alojamientos en esa zona por internet los días anteriores a su marcha.

Su hija, Olivia Fresneda, puso la denuncia en el cuartel de la Guardia Civil de Las Rozas el mismo día 23, a las pocas horas de irse su madre. Posteriormente se hizo cargo de la investigación la Policía Nacional por ser el cuerpo que tiene competencias y una comisaría en el distrito de Aravaca. Los agentes de la Unidad de Desaparecidos llevan toda la semana buscando su rastro sin éxito por lo que han optado, junto con la familia de Ochoa, por generar esta alerta para poder contar también con la colaboración ciudadana en su localización. La exesquiadora no llevaba móvil y tampoco se ha constatado el uso de ninguna tarjeta bancaria en estos días.

Blanca Fernández Ochoa.

El día 1 de septiembre la Guardia Civil encontraba el coche en un aparcamiento para senderistas en Cercedilla, en la sierra de Madrid, sin señales de violencia. Blanca había dejado allí el coche y se había internado en la sierra. Pero no estaba preparada para estar allí ocho días, a la intemperie, así que los investigadores comenzaron a sospechar que su desaparición había sido voluntaria y que la intención de la esquiadora era suicidarse en la montaña.

Comenzó entonces una carrera contrarreloj para dar con la deportista. En el dispositivo participaron un centenar de efectivos de Policía y Guardia Civil, que incluso compitieron entre ellos con medios técnicos y personal para encontrar antes a la deportista. Finalmente, un sargento de la Guardia Civil, Francisco Borreguero, adscrito al Servicio Cinecológico del madrileño cuartel de El Pardo, que no estaba de servicio, encontraba el cadáver de una mujer en el Pico de la Peñota en la Sierra de Guadarrama, donde no se habían hecho batidas hasta ese momento.

El cuerpo fue "señalado" por su perrita Xena, de tres años, que vive con el sargento y fue entrenada por él para la detección de narcóticos, no para la búsqueda de desaparecidos. Aunque este funcionario estaba librando aquel día decidió acudir para ayudar en la búsqueda. Desde la Peñota se divisa Siete Picos, el lugar que tanto amó Blanca Fernández Ochoa y donde fueron esparcidas sus cenizas.

La autopsia confirmó lo que se sospechaba, la esquiadora se había suicidado ingiriendo seis pastillas de Sinogan, un medicamento que utilizaba habitualmente para tratar su enfermedad diagnosticada desde que era niña.

Los hijos de Blanca, Oliva y David,  a su llegada al tanatorio de Cercedilla. 

El velatorio se instaló en Cercedilla el sábado 7 de septiembre durante 12 horas para que todo el que lo deseara pudiese despedirse de la esquiadora. Amigos, compañeros, deportistas, políticos y vecinos de Blanca Fernández Ochoa se acercaron hasta su capilla ardiente para saludar por última vez a la medallista olímpica. Desde el entonces ministro de Cultura y Deporte, José Guirao, a deportistas como el exjugador de baloncesto y exmiembro de la selección española Juan Antonio Corbalán, o políticos como el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, o periodistas como Matías Prats, amigo de la fallecida, se acercaron hasta Cercedilla para estar junto a Blanca por última vez. 

La incineración fue una ceremonia íntima, a la que sólo acudió la familia por expreso deseo de la misma.  Después, las cenizas, fueron esparcidas por la zona de los Siete Picos, las montañas que Blanca Fernández Ochoa veneraba y que conocía a la perfección.

El portavoz de la familia, el cuñado de Blanca, Adrián Federidghi, que trató de manera exquisita a todos los medios de comunicación durante la búsqueda se convirtió en la imagen de una familia que aunque estaba destrozada supo mantener la entereza durante las dos semanas que duró el suceso. Centenares de ramos de flores y cientos de condolencias personales y digitales llegaron a la familia a través de un código QR que la empresa funeraria ha habilitado al afecto.

Minuto de silencio en la novillada de las fiestas de Cercedilla en homenaje a Blanca Fernández Ochoa. 

Cercedilla estaba en fiestas aquellos dias y a pesar de que el alcalde ofreció suspenderlas, la familia de Blanca pidió expresamente que se celebraran a pesar de su triste pérdida. La bandera del Consistorio lució a media asta pero los festejos siguieron adelante. Es lo que hubiese querido Blanca Fernández Ochoa.

En 1992 Blanca se convirtió en la primera mujer en conseguir una medalla olímpica para España, concretamente la de bronce en eslalon en los Juegos Olímpicos de Invierno de Albertville, sucediendo a su hermano Paco como medallista español.

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