26 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Mar Espinar sustituye a este entrenador de baloncesto que fue reclutado a dedo para la política por Pedro Sánchez, fan de Estudiantes

La dimisión de Pepu Hernández de portavoz socialista en el pleno de Madrid agrava la crisis de la FSM

/ Pepu Hernández.
Pepu Hernández ha dimitido como portavoz socialista en el Ayuntamiento de Madrid tras muchos meses de presiones desde Ferraz, que le llegó a ofrecer la presidencia del Consejo Superior de Deportes con el ánimo de que diese paso a otras voces.

El socialismo madrileño agrava su crisis si las próximas primarias a nivel autonómico no cierran más de dos décadas de fracasos. El parlamentario Juan Lobato y el alcalde de Fuenlabrada Javier Ayala intentarán hacerse con el trono de la FSM.

Mientras tanto, Ferraz ya tiene decidido que el cartel del PSOE para el Ayuntamiento en 2023 esté liderado por Mercedes González, delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid. Hasta entonces Mar Espinar ejercerá la portavocía socialista después de la dimisión de Pepu Hernández.

El exitoso entrenador fracasó en las elecciones municipales de 2019 tras ser designado por Pedro Sánchez, fan de Estudiantes, y desde entonces había provocado dimes y diretes por su falta de preparación para el cargo.

Resulta llamativo que no dimitiera hace unos meses, cuando desde La Moncloa le ofrecieron la presidencia del Consejo Superior de Deportes, y lo haga ahora, ya que hasta el momento no ha recibido puesto de consolación.

Un cuarto de siglo de inestabilidad

1995 fue el año en el que Joaquín Leguina perdió la Comunidad de Madrid tras doce años de poder y en el que Juan Barranco, tras seis años en la oposición, no pudo recuperar la alcaldía para unos socialistas que habían reinando en la capital en los ochenta con el viejo profesor Enrique Tierno Galván.

Cuatro años después el PSOE apostó por dos candidatos mediáticos sin relación con la Federación Socialista Madrileña (FSM): Cristina Almeida, recién fichada de IU a través del proyecto PDNI, patinaba en la Comunidad y Fernando Morán, exministro de Exteriores y con buen cartel tras haber ganado varias europeas, lo intentaba sin suerte a la alcaldía.

En 2003 el PSOE sí que tuvo algo que celebrar. No en la alcaldía, donde la 'zapaterista' Trinidad Jiménez cayó con estrépito. Pero sí en la Comunidad con Rafa Simancas, que había sido ocho años portavoz socialista en el Ayuntamiento y ejercía como secretario general de la FSM. Cierto es que poco duro la alegría en casa del pobre porque el sórdido 'tamayazo' imposibilitó el cambio político.

En 2007 peor fueron las cosas: Miguel Sebastián no recogió siquiera el acta de concejal en el Ayuntamiento de Madrid tras haber mostrado en un debate la fotografía de una supuesta amante de Gallardón y Rafa Simancas fue derrotado y renunció al liderazgo de la FSM.

Pepu Hernández. 

Cuatro años después Tomás Goméz se estrelló en la Comunidad y Jaime Lissavetzky en la alcaldía. Y en 2015 el tándem Ángel Gabilondo-Antonio Miguel Carmona no obtuvo premio. Cuatro años después Pepu fracasó en las municipales y Ángel Gabilondo obtuvo una 'amarga victoria' al no poder formar Gobierno.

Críticas a Pepu

Su ausencia en algunos plenos, su falta de conocimiento de la política municipal y su obsesión por aparecer como un concejal pegado a la calle están convirtiendo a Pepu Hernández en objeto de todas las críticas.

Esta situación se ha acrecentado en las últimas semanas después de su incomprensible decisión de no aceptar el puesto de secretario de Estado del Deporte, que era la oferta con la que Pedro Sánchez intentó apartarlo para que su portavoz adjunta en el Palacio de Cibeles, Mercedes González, cogiese proyección tras ser designada de facto como candidata a la alcaldía de Madrid por el PSOE para 2023.

Hernández se negó y Sánchez activó el 'plan b': González se convertía en nueva delegada de Gobierno, el barón madrileño José Manuel Franco tenía que tragar con el cargo como secretario de Estado del Deporte (y presidente del Consejo Superior de Deportes) e Irene Lozano callaba su amargura por tener que integrarse en la lista autonómica de Ángel Gabilondo como premio de consolación.

Con este baile de cargos intenta Sánchez dotar de estabilidad al PSOE madrileño, que tiene un líder 'sanchista' que lleva más de un cuarto de siglo en la política de la capital (José Manuel Franco, que según voces consultadas por este medio "no tiene el carisma suficiente para abrir ningún cartel").

El presidente del Gobierno, que intentó cortejar a Manuela Carmena para que abriese la lista municipal de 2019, apartó a Purificación Causapié como posible líder del PSOE en la capital por no ser demasiado conocida.

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