Apariciones, ritos y psicofonías: Los lugares de España en donde se dan fenómenos paranormales

A lo largo y ancho de España, existen ciertos lugares cuya historia paranormal ha trascendido numerosas generaciones. Pese a que en ningún momento se han encontrado pruebas suficientemente contundentes que confirmen su veracidad, estos edificios y parajes en la naturaleza han logrado atraer a un gran número de valientes que busca experiencias más allá del entendimiento humano.

Los cuatro lugares incluidos en la lista han alcanzado un gran reconocimiento entre la sociedad y, debido a que son famosos, cada año reciben la visita de miles de valientes personas que tienen la esperanza de ser testigos de una experiencia paranormal que poder contar a sus allegados.

Las cuevas de Zugarramurdi

Las Cuevas de Zugarramurdi son las protagonistas de una de las historias de brujería más famosas de nuestro país, ya que, durante la época de la Inquisición, más de diez aldeanos de esta zona fueron condenados a morir en la hoguera a causa de esta práctica.

Cuevas de Zugarramurdi.

Lo cierto es que en esta zona rodeada de bosques de Navarra y País Vasco, tenían lugar una serie de ritos ligados a la mitología vasca que no gustaban al Tribunal de la Inquisición que, una noche, llevó a cabo una gran redada en la que fueron capturados varios habitantes de la zona. Algunos de ellos fueron condenados a la hoguera y otros fueron encerrados en las mazmorras, unos crueles hechos que convirtieron a estas misteriosas cuevas es una de las principales atracciones para las personas que buscan encuentros paranormales en nuestro país.

El Palacio de Linares

Conocido en sus primeros años como el Palacio de Murga, es el protagonista de muchas leyendas urbanas y misterios paranormales, en su mayor medida, debido a las psicofonías que se escuchan dentro de sus paredes. Con una larga historia a cuestas y varios propietarios, no está exento de leyendas, pero todas estas giran en torno a un hecho central.

Palacio de Linares.

José de Murga y Reolid y Raimunda de Osorio y Ortega fueron los primeros marqueses de Linares, aunque algunos piensan que lo siguen siendo y que nunca se fueron. Las habladurías dicen que sus fantasmas y el de su hija pequeña aun deambulan por las habitaciones de la que en algún momento fue su residencia.

Al parecer, los marqueses eran hermanos por parte de padre y para intentar borrar todo rastro de pecado incestuoso ahogaron y emparedaron a su propia hija dentro de las paredes del Palacio. Es tan solo una leyenda y a ella contribuye una famosa psicofonía que puede encontrarse en Internet con una simple búsqueda rápida. El sonido causa gran impacto pues, acorde a la leyenda, corresponde a la voz de una niña que gime: “Mamá…¿mamá?. No tengo mamá”.

Aparición de La Virgen en El Escorial

El 14 de junio de 1981, Luz Amparo Cuevas, que se encontraba en la finca de Prado Nuevo en El Escorial (Madrid), afirmó que había visto a la Virgen de los Dolores sobre un fresno de la zona. Durante esta supuesta aparición, la Virgen le dejó un mensaje en el que le pedía que construyera en ese lugar una capilla en su honor para meditar la Pasión de su hijo y le prometió que si hacían lo que ella pedía, el agua de una fuente cercana tendría propiedades curativas.

Altar en el árbol de El Escorial.

Pero esta no fue la única ocasión pues la propia Luz Amparo afirmó que había visto a la Virgen en más de 370 ocasiones. A sus visiones se sumaron las de otros visitantes que contaban historias similares. Estos acontecimientos alcanzaron gran popularidad en España durante una época e incluso llegaron a oídos de ciudadanos extranjeros.

Caras de Bélmez

Se trata de un domicilio situado en Bélmez de la Moraleda, en Jaén, donde se da un fenómeno paranormal que ha sido bautizado como “caras de Bélmez”. Lo paranormal se produce en las paredes y suelos de la casa, donde aparecen rostros de aspecto espectral. Curiosamente se ha descartado que se trate de pareidolia, el fenómeno psicológico que permite ver rostros en objetos inanimados, sino que cualquiera es capaz de ver de manera indiscutible los rostros.

Caras en el suelo de una cocina.

Otro aspecto curioso que les achacaban es la imposibilidad de hacerlas desaparecer, pues aunque se borraran las caras volvían a salir. Por supuesto, como con cualquier otro tipo de evento paranormal, gozaron de interés turístico durante mucho tiempo hasta que empezaron a ser desmentidas o catalogadas como fraude.

Dada la atención que se le dio al caso, muchos periodistas de lo paranormal e investigadores decidieron adentrarse en el inmueble para intentar desvelar el misterio o arrojar algo más de luz al respecto. Fueron en esas incursiones cuando se pudo grabar una psicofonía muy nítida aunque poco coherente: “Matar a él”.