26 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Luis Alfonso, el Borbón que hizo su fortuna en Venezuela

Luis Alfonso junto a su suegro Víctor José de Vargas e Irausquín.
Luis Alfonso junto a su suegro Víctor José de Vargas e Irausquín.
El bisnieto del dictador Franco y heredero al trono de Francia, Luis Alfonso de Borbón, acumuló su capital en Venezuela, tras contraer matrimonio con la hija del empresario Víctor José de Vargas e Irausquín, una de las cinco mayores fortunas de del país sudamericano.

A finales del año 2001 se escucharon los primeros rumores sobre la relación de Luis Alfonso de Borbón, heredero a la corona francesa y bisnieto de Franco, con una joven hacendada venezolana. Ya en diciembre de 2003, la revista Hola anunciaba en portada el compromiso matrimonial del duque de Anjou con la joven María Margarita de Vargas Santaella. El anuncio de boda se hizo mediante una nota autorizada por los portavoces de ambas familias.

María Margarita de Vargas Santaella nació en 1983 en el distrito de Candelaria, próximo a Caracas, capital de Venezuela. Hija del abogado Víctor José de Vargas e Irausquín, presidente del Banco Occidental de Descuento, y de Carmen Leonor Santaella Tellería. De joven recibió una educación católica, muy tradicional y controlada. Fue alumna del colegio Merici, en Caracas, regido por las conocidas Madres Ursulinas. Posteriormente, estudió Pedagogía en la Universidad Metropolitana de Caracas.

El banquero Víctor José de Vargas e Irausquín es licenciado en Derecho por la Universidad Católica Andrés Bello y master en Finanzas. Preside, además del ya mencionado BOD, un holding empresarial llamado Compañía de Inversiones de Venezuela (CIV), que abarca amplios negocios, desde el sector seguros hasta gasolineras, pasando por el inmobiliario, con cerca de 7.000 trabajadores a su cargo. Desde sus plataformas petrolíferas -Venezuela es uno de los principales países exportadores-, sus inmobiliarias y sus explotaciones agrarias y ganaderas abarca todo el continente americano. Está considerado como un auténtico tiburón de los negocios. Nacido en Caracas y, a pesar de haber sido custodio de las fortunas creadas al amparo de los gobiernos del socialista Carlos Andrés Pérez y del doctor Rafael Caldera, ha sabido multiplicar su patrimonio manejando con pulso de relojero suizo las delicadísimas relaciones con el poder establecido. Quizá por eso, tanto él como su familia tiene residencia en la exclusiva zona caraqueña de Country Club y disfrutan de lujosas propiedades en las zonas más privilegiadas de costa. Poseen propiedades en Maracaibo (Venezuela); en Miami, Nueva York y Colorado (Estados Unidos). En Europa también tienen posesiones en Suiza, en Francia y en la capital española. Suelen pasar las vacaciones en la exclusiva urbanización de La Romana, en la República Dominicana, donde controlan negocios de construcción de viviendas de lujo y son propietarios de una mansión en Punta Águila. Además, son apasionados del deporte del polo y la hípica.

 

Petición en El Pazo de Meirás

La primera cita importante de las respectivas familias tuvo lugar el 9 de agosto de 2004, ocho meses después del anuncio oficial de boda de la pareja. Se trataba de la cena de petición de mano. Este acontecimiento se celebró en la que es considerada como la residencia veraniega de los Franco desde 1938, El Pazo de Meirás, situada en el municipio coruñés de Sada. Allí, también se celebró la boda en primeras nupcias de la tía de Luis Alfonso, María del Mar Merry, con el periodista Joaquín Giménez-Arnau Puente, más conocido como Jimmy. También lo haría su otra tía, María Aranzazu Arancha, quien en 1996 se unió al abogado coruñés Claudio Quiroga Ferro, hijo de Fernando Quiroga Piñeiro, uno de los más destacados representantes de la aristocracia empresarial gallega y exdirector general de la compañía eléctrica Unión Fenosa.

Gracias a su unión con María Margarita Vargas, Luis Alfonso de Borbón entraba en este mundo de opulencia y pujanza. Alcanzaba un lugar relevante en la élite económica. Y daba el gran “pelotazo” de su vida. La fortuna de la familia Vargas se encuentra dentro de las cinco mayores de Venezuela y se puede valorar en varios miles de millones de euros, lo que los expertos denominan una gran herencia. El suegro de Luis Alfonso es hoy uno de los hombres más afortunados de este país. El Banco Occidental de Descuento fue uno de los bancos beneficiados con la liquidación de bonos argentinos comprados por el gobierno venezolano por valor de unos 2.300 millones de dólares. Por lo que, poco a poco, fueron acumulado dinero al aprovechar la enorme brecha entre las tasas de cambio oficial y las del mercado negro.

De esta manera, se unían dos ramas bien distintas: la de los Franco, muy retraídos en cuestión de dinero, y la de los Vargas, que son de por sí esplendorosos. Pero lo más destacado de esta unión fue la no asistencia a la boda de los Reyes de España, muy comentada, como la de otros representantes de la Casa Real. Tampoco estuvo Francisco “Francis” Franco, el tío de Luis Alfonso, dando pie a conjeturas sobre un fuerte distanciamiento familiar. A partir de este enlace, Luis Alfonso abandonó el negocio de Los Franco, y comenzó a trabajar como asesor de relaciones externas en el banco de su suegro; sobre todo, lo referente a los negocios en Panamá y Estados Unidos. En sus últimos años de soltería y hasta su boda, el descendiente de Franco había cambiado su residencia familiar de Los Franco en Hermanos Bécquer por el alquiler de una casa propiedad de la embajada de Kazajistán, alejado en parte de los caprichos de su madre y de su familia.

 

Una vida con todos los lujos

También los duques de Anjou disfrutan de temporadas veraniegas en diversos lugares de postín de la geografía española, desde la urbanización Sotogrande, en Cádiz, a la bella bahía de Santander, donde su bisabuelo Alfonso XIII veraneaba viendo las vistas desde el Palacio de la Magdalena. Estos lugares son elegidos principalmente por poder practicar en ellos el deporte del polo. Luis Alfonso se ha convertido en un consumado jugador en esta especialidad deportiva, de la que son apasionados seguidores tanto María Margarita como su padre, que se formó en el Club Hípico Vista Hermosa de Caracas. El banquero Víctor Vargas lleva incluso, en aviones especiales, sus tacos de juego y sus propios caballos, hasta en número de ochenta, que suelen pastar o bien en la extensa finca –antiguamente llamada Mostrenco- que posee próxima a la población de Tucacas, en el Parque Nacional Morrocoy dentro del estado de Falcón, en Venezuela; o cerca de su mansión estadounidense de Florida, situada en la 60 Blossom Way, en Palm Beach, y que compró en la primavera de 2008 al filántropo y coleccionista George Lindemann por la cantidad de 70 millones de dólares, superando con creces las cifras que han pagado estrellas como Madonna o Britney Spears por sus lujosas mansiones.

Hoy, los duques de Anjou quieren pasar estancias cada vez más largas en Madrid junto a su familia. Por eso se han comprado un piso de lujo en la calle Españoleto, en Madrid, en una tranquila zona cercana a Santa Engracia. Su domicilio, que consta de más de cuatrocientos metros cuadrados, fue totalmente remodelado y decorado con muebles, cuadros y enseres de Carmen Franco, que se los cedió a los duques de Anjou, por quienes sentía predilección.

Luis Alfonso tiene en España muy pocos negocios o empresas que mantiene a su nombre. En el listado del Boletín Oficial de los Registros Mercantiles Españoles (BORME) sólo figura inscrito en una empresa. En concreto, en la sociedad Borcorel S.L. dedicada a “la construcción, reparación y conservación de toda clase de obras”. La inmobiliaria fue constituida el 7 de julio de 2000 con 3.005 euros, situando su domicilio en la casa familiar de los Franco en la calle Hermanos Bécquer, número 8. Se desconoce si actualmente tiene actividad comercial, ya que ni tan siquiera tiene presentadas las cuentas anuales. Pero todo es comenzar. Dinero hoy no le falta. Desde que emparentó con la joven venezolana María Margarita, Luis Alfonso ha encontrado amor, fortuna y una familia estructurada en la que se ha integrado perfectamente y donde no le falta de nada. Pero, ahora, quizá se convierta en el heredero del legado histórico de Los Franco, cuyo ducado representara cuando su madre fallezca o se lo delegue. Es hoy la esperanza blanca o tapada de los Franco.

 

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