26 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

El primer reconocimiento forense encontró golpes y señales de violencia en el cuerpo del fallecido no compatibles con un suicidio

Juan Carlos Márquez: se sospecha que el exjerarca chavista fue asesinado en Madrid tras saber que iba a colaborar con la Justicia española

A la derecha, el exjerarca venezolano Juan Carlos Márque Cabrera, asesinado.
A la derecha, el exjerarca venezolano Juan Carlos Márque Cabrera, asesinado.
La semana pasada el Juzgado Central de Instrucción Número 1 de la Audiencia Nacional inició la investigación sobre la sospechosa muerte de Juan Carlos Márquez, un exjerarca de la petrolera venezolana PDVSA, y que estaba siendo investigado por varios delitos de blanqueo de capitales en España y Estados Unidos. Datos nuevos, como el hallazgo de marcas en su cuerpo, apuntan a que no fue un suicidio, ya que Márquez pretendía colaborar con la justicia española.

"No se suicidó. Lo mataron. Juan Carlos Márquez armaba jurídicamente los "guisos" en la época de Rafael Ramírez" publicaba el diario elconfidencial.com. La sospecha sobre las muerte de Márquez siempre han planeado desde hace una semana. Para entenderlo hay que remontarse a la llegada al poder del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez, cuando se encargó a altos cargos de confianza del movimiento chavista la dirección de la petrolera única del país (PDVSA), entre ellos a Rafael Ramírez, mentor y protector de Juan Carlos Márquez.

Dos décadas después del inicio del chavismo, investigaciones abiertas en España, Estados Unidos, Panamá y el parlamento venezolano apuntan a que la estatal petrolera ha vivido un desfalco multimillonario del que presuntamente se han benficiado varios miembros del régimen y directivos de la petrolera, entre ellos Márquez, el fallecido.

Entre los investigados por corrupción se encontraba Juan Carlos Márquez, cuyo nombre apareció en las diligencias realizadas contra Raúl Morodo, que fue embajador de España en Venezuela durante el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

Según conformó Marqués antes de morir, el abría firmado varios pagos en nombre de PDVSA.

Morodo y su hijo se encuentran actualmente investigados por la Audiencia Nacional por haber recibido presuntamente dinero de parte del gobierno de Hugo Chávez por “servicios de asesoría”. Ese dinero habría sido pagado por la empresa PDVSA y habría sido blanqueado por una sociedad en Panamá, en la que participaba Márquez. Esto es lo que investiga actualmente el juez del Audiencia Nacional Santiago Pedraz.

Aunque las investigaciones por corrupción y blanqueo de capitales han escalado hasta la Audiencia Nacional, Márquez no parecía estar preocupado por el proceso judicial, más bien, había decidido colaborar con la justicia como lo demostró el 17 de julio cuando llegó a España desde un vuelo procedente de Estados Unidos, sobre él pesaba una orden de captura desde el 20 de mayo, por lo que tenía muy claro que sería detenido al pisar el aeropuerto de Barajas.

Breve declaración para ampliar el siguiente lunes

Dos días después, el viernes 19 de julio, hizo una breve declaración ante el juez instructor y quedó citado para ampliarla el lunes 22 de julio y fue prohibida su salida del país con las medidas cautelares dictadas por la Audiencia Nacional. Aunque algunos medios españoles informaron precipitadamente que el investigado había logrado huir a EE.UU. ese fin de semana. Sin embargo el domingo 21 de julio se encontró su cadáver en su despacho de Alcobendas, Madrid.

Desde entonces, las dudas rondan en la cabeza de los investigadores, ya que Márquez viajó a España sabiendo que sería detenido. Además, fuentes citadas por el diario El País aseguran que estaba dispuesto a “tirar de la manta” con respecto a la investigación y que es muy extraño que después de comenzar las pesquisas se suicide.

Tras su primera declaración ante el juez Santiago Pedraz concluyó con el reconocimiento por parte de Márquez como firmante en nombre de PDVSA y como representante de Rafael Ramírez -presidente en ese momento de la estatal y exministro de Energía-. 

Supuestamente, Márquez habría pagado más de 4.5 millones de dólares al exembajador Morodo. La Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) sospecha que el dinero ha sido repartido entre los implicados e investiga a Morodo y su hijo por estos hechos.  

R.aúl Morodo, exembajador en Venezuela es el principal investigado de la trama de los 4,5 millones. 

Pocas horas después de declarar, las alarmas saltaron en Estados Unidos que avisó a las autoridades españolas de que Juan Carlos Márquez estaba en una lista de pasajeros rumbo a Chicago; no obstante, las autoridades migratorias arrestarían y deportarían al investigado en el mismo avión en el que supuestamente viajaría a Estados Unidos. Esto no fue necesario, porque Márquez no iba a bordo del IBERIA 6274.

El exjerarca chavista fue encontrado muerto en su despacho de la calle Mirasierra 12, Alcobendas, Madrid. El hallazgo lo hizo la Policía Nacional después de ser alertados por compañeros de oficina del fallecido, que indicaron que la puerta estaba bloqueada.

En un primer momento, las informaciones manejadas hablaban de suicidio, pero la autopsia reveló que el cuerpo de Marqués tenía manchas de sangre en la cabeza y cuerpo, algo que según fuentes policiales resulta inverosímil si el sujeto se había matado voluntariamente. También explicaron que es muy complicado que una persona logré suicidarse por ahorcamiento sin varios intentos previos.

Según informaciones que también publica elconfidencial.com, la cerradura del despacho habría sido forzada. El juez de la Audiencia Nacional José de la Mata, sobre el que ha recaido la investigación de este presunto asesinato, ha ordenado que se abran diligencias para esclarecer la muerte de Márquez. Entre los requerimientos judiciales se encuentra el registro del móvil del fallecido.

La autopsia definitiva podría tardar semanas, pero el fallecimiento de esta figura clave en varias investigaciones contra miembros y amigos del gobierno de Chávez continúa sembrando dudas y los agentes de la investigación no descarta ninguna hipótesis ni detenciones.

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