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ECONOMÍA

'Holaluz' se asoma al abismo por el frenazo del autoconsumo

La comercializadora energética barcelonesa liderada por Carlota Pi podría entrar en preconcurso de acreedores

El frenazo del autoconsumo y problemas de gestión están golpeando a la comercializadora energética catalana Holaluz, que en 2023 despidió a más del 30 por ciento de su plantilla y tiene una deuda que ronda los 65 millones de euros (de los cuales alrededor del 70 por ciento estarían respaldados por el ICO).

La situación de la empresa energética barcelonesa, liderada por Carlota Pi, "es dramática" después de que, tras levantar una gran polvareda por presentar unas cuentas sin auditar y ser suspendida de cotización, anunciase que había quintuplicado pérdidas en 2023 (hasta alcanzar los 26,1 millones de euros de números rojos). 

Esta compañía energética de discurso progresista ha salido al quite de algunas informaciones que señalan presuntas deudas. Y lo ha hecho a través de su presidenta ejecutiva, la mediática Carlota Pi, quien asegura que están "al corriente de pago de todas sus obligaciones con las empresas distribuidoras de electricidad y opera con normalidad absoluta".

Es cierto que el fondo de maniobra negativo que sufren les sitúa al borde del preconcurso de acreedores si no son capaces de obtener liquidez a través de créditos (el  Institut Català de Finances sopesa prestarles 10 millones de euros si presentan garantías). Y tampoco se descarta que sea rescatada (Repsol o el magnate José Elías habrían sido sondeados por Pi, según El Confidencial).

En las propias cuentas de 2023, finalmente presentadas con la firma del auditor E&Y, se vislumbran los problemas: "Estas circunstancias indican la existencia de una incertidumbre material que puede generar dudas significativas sobre la capacidad de la sociedad para continuar como empresa en funcionamiento", señala la auditora.

Algunos accionistas de Holaluz se habrían revuelto contra Pi, que está sufriendo la situación del mercado energético. Y es que la apuesta de la compañía por el autoconsumo eléctrico, encallado por sus altos costes, la elevada competencia, el mantenimiento del precio de la factura, las dificultades para acceder a las subvenciones o la aceptación de los altos precios de la luz por parte de la ciudadanía. 

"Los tipos de interés elevados y una falsa sensación de moderación de precios debida a su subvención, así como a la capacidad de las compañías petroleras y gasistas de ofrecer energía muy por debajo del precio de mercado en el corto plazo, han ralentizando la toma de decisión de los clientes residenciales sobre la inversión en instalaciones solares", reconoció el pasado año la propia Holaluz.

Carlota Pi y la 'Revolución de los tejados'

Esta ingeniera barcelonesa saltó a la fama con la ayuda de la OCU, que organizó una compra colectiva de electricidad que disparó a la entonces minúscula Holaluz desde los 2.500 clientes hasta los 25.000.

"Quiero cambiar el mundo, en cómo se consume la energía. Estamos en plena transformación de los tejados solares. El planeta lo necesita y en España hay mucho por hacer en instalaciones fotovoltaicas y en tejados", señalaba Pi el pasado año en una entrevista concedida a El País.

 

Holaluz.
Holaluz. | El Cierre Digital

Pi afirmaba que "España apuesta por la electrificación en el sector residencial y el transporte como estrategia de descarbonización, tal como se establece en el Plan Nacional de Energía y Clima. Pero estos planes actualmente no se están materializando. Al mismo tiempo, Europa, en el contexto de la actual crisis geopolítica y energética, ha instado a los Estados miembros a revisar sus estrategias para alcanzar metas más ambiciosas, con un enfoque en la seguridad del suministro".

"En este contexto, el potencial del modelo de energía distribuida y la electrificación de la demanda para transformar a España es enorme, respaldado por la cantidad de luz solar, las redes existentes y los patrones de consumo. Gracias al modelo de energía distribuida y electrificación de la demanda, estimamos que las familias podrían ahorrar más de 85.000 millones de euros al año", remató.

En 2021, Holaluz decidió comprometerse plenamente con la producción solar, distribuida a través de la 'Revolución de los tejados', y convertirla en la piedra angular de su estrategia con el objetivo "de ofrecer a las familias españolas una propuesta de valor única de energía verde, barata y fácil y, por tanto, crear una ventaja competitiva sostenible para ganar el mercado".

En 2022 Holaluz decidió dar un paso más e invirtió en los tres grandes pilares necesarios para sustentar la transición energética: infraestructura, tecnología y marketing. La división de solar pasó de ser capaz de ejecutar 50 instalaciones mensuales en enero de 2022 a instalar más de 500 en octubre del mismo año.

La empresaria creía que el autoconsumo iba a seguir creciendo y, por ello, en 2022 compró las instaladoras  Katae Energia, Serna Energía y GHC con el objetivo de disparar su capacidad de instalación.

A los malos números económicos se le han añadido otros problemas como la marcha de su director de regulación, Daniel Pérez, que hace más de un año fue fichado por la Generalitat de Catalunya para dirigir la nueva empresa pública energética de origen renovable, L'Energètica.

La crisis de 2023

Holaluz arrancó 2023 con 50 despidos y lo cerró con un ERE de 200 salidas, lo cual supuso el adiós del 30% de la plantilla de esta comercializadora barcelonesa. "En la línea de seguir con la adaptación de la compañía a las necesidades reales y actuales del mercado, Holaluz anuncia una adaptación de equipo de 200 personas que afectará principalmente a los equipos de instaladores, ventas y roles de soporte a las operaciones de solar", anunció Holaluz.

Carlota Pi, presidenta ejecutiva y cofundadora de la compañía afirmó que lamentaba "profundamente haber tenido que tomar esta decisión. Creemos firmemente que nuestro propósito es más válido y necesario que nunca y, con esta adaptación a la situación temporal del mercado, seremos capaces de mantener nuestra posición de fortaleza para que, cuando la coyuntura lo propicie, sigamos liderando la transición hacia un modelo energético 100 % verde".

"Soy muy positiva de cara al futuro y realmente optimista sobre cómo vamos a seguir transformando la forma de producir y consumir energía", aseguró el pasado año sin ser seguramente consciente de la intensidad de la tormenta que se le avecinaba.

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