26 de abril de 2024
|
Buscar
FIN DE SEMANA

El actual número 2 del Banco Central Europeo tiene mandato hasta 2026, pero quiere volver a España para ser ministro en un hipotético Ejecutivo del PP

Luis de Guindos pretende que Feijóo le haga vicepresidente del Gobierno, cargo que le negó Rajoy

/ De Guindos
Luis de Guindos quiere volver a Madrid. El vicepresidente del Banco Central Europeo tiene mandato hasta 2026 pero, a sus 62 años se está dejando querer por Alberto Núñez Feijóo. El exministro de Economía quiere que el nuevo líder del Partido Popular le dé lo que le negó Mariano Rajoy: la vicepresidencia del Gobierno. Pero el nuevo líder de la oposición, si alcanza La Moncloa, podría tener otros planes.

Las encuestas están sonriendo a Alberto Núñez Feijóo, que ve que hasta el CIS barrunta que el Partido Popular, si pacta con Vox, está en posición de convertirse en partido de Gobierno en unas hipotéticas elecciones generales.

Al líder gallego le lanzan cantos de sirena varios miembros de la vieja guardia 'popular' porque le presumen demasiado solo, ya que en su equipo se ha rodeado de varios fieles de perfil público bajo con los que trabajó en su tierra (destaca Miguel Tellado, que controla Génova 13).

Y Feijóo, además, solo tiene dos vicesecretarios conocidos: Elías Bendodo, centrado todavía en las elecciones andaluzas, y Cuca Gamarra, rostro más asociado al pasado que al presente.

De Guindos se deja querer

La gran figura internacional actual del Partido Popular es Luis de Guindos. El vicepresidente del Banco Central Europeo está lanzando hipótesis sobre la previsible subida de los tipos de interés en la zona euro en pleno verano para contener la inflación.

Pero el economista también anda con un ojo puesto en España, ya que a sus 62 años estaría encantado de aparcar su labor en Fráncfort, donde tiene mandato improrrogable hasta 2026, para regresar a Madrid si el PP regresa a La Moncloa.

Es cierto que desde Génova 13 señalan que Feijóo querría contar con dos vicepresidencias 'potentes': una mujer experimentada, que podría ser la exministra de Trabajo Fátima Báñez (actual presidenta de la Fundación CEOE) y una persona de su equipo, suena Elías Bendodo. Esteban González Pons, previsiblemente, se convertiría en ministro portavoz.

Las idas y venidas políticas de De Guindos

De Guindos se ganó bien la vida en su juventud tras licenciarse en Economía y Empresariales. El economista ejerció entre 1988 y 1996 como socio-consejero de AB Asesores, especialistas en patentes y marcas.

La empresa privada la dejó tras el triunfo de José María Aznar, ya que Rodrigo Rato lo apadrinó para varios cargos. De Guindos alcanzó la secretaría de Estado de Economía (número dos del ministro del ramo).

Luis de Guindos. 

Pero la derrota del PP en 2004 le invitó a marcharse a la empresa privada para convertirse en el hombre español de Lehman Brothers, que entró en la historia tras desencadenar la crisis mundial de 2008. En aquellos años, este polémico banco de inversión hizo negocios con entidades de crédito tan ligadas al PP como la Caja de Ahorros del Mediterráneo.

Tras pasar por PricewaterhourseCoopers, Mariano Rajoy lo reclutó para su Gobierno en 2011, tras elegirlo ministro de Economía. De Guindos no consiguió ser vicepresidente pero su cartera ministerial engordó a partir de 2016 tras quedarse con las competencias de Industria después de la marcha forzosa de José Manuel Soria.

De Guindos en la actualidad

De Guindos, cercano al Opus Dei, intenta esquivar en la actualidad cualquier pregunta sobre política estatal por obediencia a su cargo (que le reporta una cantidad lejana a lo que cobraría en España, alrededor de 360.000 euros anuales).

Pero sí que intenta despejar algunos nubarrones al afirmar que no ve riesgo en la banca española: "En 2011 y 2012 el riesgo bancario era un lastre que estaba arrastrando a España a una recesión muy profunda. Se tuvo que pedir el rescate bancario, reformar las antiguas cajas o crear la Sareb, ya que había más de 110.000 millones de euros de créditos al sector inmobiliario que no eran recuperables".

"En 2017 el Banco Popular entra en una crisis de liquidez que terminó en su resolución. En ese momento, pese al tamaño de la entidad, ya no se produce un efecto contagio en el sector financiero. Esto muestra que tras años de reformas la situación de la banca ya era muy diferente. Y hoy es una de las fortalezas de la economía española", añade.

El economista opina que "la banca europea tiene un problema estructural de baja rentabilidad que necesita atajar. La rentabilidad ha mejorado en los últimos meses, pero ha sido principalmente como consecuencia de la bajada de provisiones. Ahora que estamos en un entorno con menor crecimiento económico, habrá que analizar si esa tendencia es sostenible en el tiempo u otras medidas son necesarias".

COMPARTIR: