Seguridad Social, Studioroman, Getty Images, Rallef La pensión que sí te permite dejar de trabajar sin haber llegado a la jubilación
La pensión que necesita que se cumplan estas cinco condiciones determinantes para acceder a ella y cobrarla en 2025
Pensión es un término que engloba diferentes tipos de ayudas económicas destinadas a garantizar la estabilidad de quienes, por diversas circunstancias, no pueden continuar trabajando. Dentro del sistema de pensiones, existen ayudas específicas para aquellas personas que han visto reducida su capacidad laboral debido a problemas de salud. Estas pensiones permiten que los afectados cuenten con un respaldo económico para afrontar su día a día.
Para acceder a una pensión de invalidez, es fundamental cumplir ciertos requisitos establecidos por la Seguridad Social. No todos los casos califican para esta ayuda y existen condiciones específicas que determinan si una persona puede solicitarla y cobrarla. En 2025, estos criterios han sido actualizados, estableciendo un marco más claro para quienes deseen optar a esta ayuda.
Pensión de invalidez: quiénes pueden solicitarla
Cobrar una pensión de incapacidad es la única forma en la que muchas personas, debido a problemas de salud, pueden recibir apoyo económico. Sin embargo, no todas las condiciones médicas permiten acceder a esta pensión. Para obtenerla, es necesario que el solicitante demuestre que su capacidad laboral se ha reducido de manera significativa.
Existen distintos tipos de pensión de invalidez, dependiendo del grado de incapacidad del trabajador. Se pueden solicitar pensiones por incapacidad parcial, total, absoluta o gran invalidez, cada una con sus propios requisitos y cuantías económicas. Además, se debe demostrar que la condición médica que genera la incapacidad es permanente y que ha sido evaluada por los órganos competentes.
Pensión de invalidez: las cinco condiciones para cobrarla en 2025
Para poder acceder a la pensión de invalidez, se deben cumplir cinco condiciones clave establecidas por la Seguridad Social:
Edad mínima y máxima: el solicitante debe tener, al menos, 18 años y no haber alcanzado la edad ordinaria de jubilación. Salvo en casos de gran invalidez, donde se pueden aplicar excepciones.
Cotización mínima exigida: si la incapacidad proviene de una enfermedad común, se requiere haber cotizado 15 años. De estos, tres deben estar dentro de los últimos 10 años previos a la solicitud. En cambio, si la incapacidad se debe a un accidente, sea laboral o no laboral, no se exige un período mínimo de cotización.
No percibir otras prestaciones incompatibles: si el solicitante ya recibe otra pensión contributiva incompatible, no podrá acceder a la pensión de invalidez. Salvo excepciones muy concretas.
Acreditar la incapacidad con informes médicos oficiales: la Seguridad Social requiere que la incapacidad esté debidamente certificada por especialistas médicos. Y, además, que sea reconocida por el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS).
Cumplir con la evaluación del INSS: la valoración del grado de incapacidad debe ser determinada por los equipos de evaluación del INSS. Los que analizarán el impacto de la enfermedad o lesión en la capacidad laboral del solicitante.
En 2025, estas condiciones se han reforzado con el objetivo de garantizar que quienes realmente necesitan esta pensión puedan acceder a ella sin dificultades. Si cumples con estos requisitos, es recomendable iniciar el proceso de solicitud lo antes posible y asegurarse de contar con toda la documentación necesaria.
Más noticias: