Policía alemana registró dos oficinas Opel para controlar las emisiones contaminantes
Se investigan los modelos Insignia, Zafira y Cabrio fabricados por la marca germana
Este lunes varias sedes de Opel Rüsselsheim (central) y Kaiserslautern fueron registradas por la Oficina Federal de Vehículos Motorizados de Alemania (KBA en alemán), que ordenó la llamada a revisión obligatoria de 95.000 vehículos con motores diésel bajo la sospecha de tener dispositivos para manipular emisiones contaminantes
Los modelos afectados son los Insignia, Zafira y Cascada (conocido como Cabrio en España y que dejará de fabricarse en 2019), producidos en los años 2012, 2014 y 2017. La KBA quiere ordenar la retirada obligatoria del mercado de unos 100.000 vehículos. Las irregularidades se habrían cometido antes de la venta el año pasado de Opel por parte de General Motors al Grupo PSA. El consorcio galo anunció en agosto que había homologado las gamas de todas sus marcas (la propia Opel -Vauxhall en Reino Unido-, Peugeot, Citroën y DS) con el nuevo protocolo WLTP que entró en vigor al mes siguiente.
Según el periódico Bild, la tradicional marca alemana ha equipado a miles de coches con un software ilegal para trucar los valores de las emisiones tóxicas. Según el Bild, la búsqueda fue desencadenada por un anuncio de la Autoridad Federal de Transporte por Carretera.
El ministerio Federal de Transportes germano anunció este lunes en Berlín que la retirada oficial era "inminente" tras encontrar un dispositivo de desconexión para la depuración de gases de escape que KBA había clasificado como inadmisible. La KBA descubrió a finales de 2015, poco después de que estallase el escándalo de la manipulación de las emisiones en Volkswagen, cuatro dispositivos de dudosa legalidad en varios modelos Opel para trucar las emisiones, indicó el ministerio de Transporte, lo que une esta noticia con el famoso “dieselgate”.
El “Dieselgate”
Este escándalo salió a la luz tras el fraude de los motores diésel trucados de los Volkswagen. Estas emisiones en Europa causan la muerte prematura a 4.560 personas al año, según una nueva investigación realizada del por el Instituto Meteorológico Noruego. El informe asegura que esto se podría evitar si se respetaran los límites establecidos y que serían menores si los coches fueran de gasolina.
El 'dieselgate', con el que se supo que había más emisiones de nitrógeno de los coches diésel con respecto a los niveles calculados por los expertos, no solo trajo consecuencias medioambientales graves, sino que la compañía cerró 2015 con unas pérdidas netas históricas de 1.582 millones frente a un beneficio neto de 10.847 millones obtenido en 2014. Ahora Opel ha decidido tomarse con naturalidad un asunto que podría darles una mala imagen.
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