La pensión que sí vas a poder cobrar al jubilarte, aunque no hayas cotizado el mínimo
Descubre las diferencias entre las pensiones contributivas y no contributivas, además de cómo beneficiarte de ellas
Cuándo pensamos en la jubilación lo primero que seguro que se nos viene a la cabeza es la duda de las pensiones. Habré cotizado lo suficiente para cobrar una pensión, cuánto dinero me quedará con lo que he trabajado, etc, son preguntas habituales.
Muchos ciudadanos no tienen del todo claro qué tipos de pensiones de jubilación hay ahora mismo en España, y es importante para su futuro. Lo cierto es que existen dos, las contributivas y las no contributivas. ¿Qué distingue estos dos tipos de pensiones y qué requisitos hay para solicitarlas?
Qué son las pensiones contributivas
Las pensiones contributivas son ayudas económicas diseñadas para aquellos que han cotizado al sistema de la Seguridad Social los años mínimos. Su cuantía depende de los años trabajados y las bases de cotización del beneficiario.
En el caso de la jubilación, un trabajador debe cumplir con un mínimo de 15 años cotizados, incluyendo al menos dos en los últimos 15 años previos a la solicitud.
En 2024, la edad ordinaria de jubilación es de 66 años y 6 meses. Salvo que el solicitante haya cotizado 38 años o más, lo que permite retirarse a los 65 años. La pensión contributiva media de jubilación es ahora mismo en España de 1.447,4 euros.
Aunque estas pensiones aseguran estabilidad económica, están sujetas a la fiscalidad del IRPF como rendimientos del trabajo. Dependiendo de la cuantía, los beneficiarios pueden enfrentar un tipo impositivo entre el 19 % y el 47 %.
Pensiones no contributivas, para quienes no han cotizado
Las pensiones no contributivas están destinadas a quienes no han cotizado lo suficiente o nunca lo han hecho, pero cumplen con ciertos requisitos de residencia y bajos ingresos. Existen dos tipos principales: jubilación e invalidez. En 2024, la cuantía anual de estas pensiones asciende a 7.250,60 euros, distribuidos en 14 pagas.
Para acceder a una pensión no contributiva de jubilación, el solicitante debe tener al menos 65 años y haber residido en España durante 10 años. Dos de ellos consecutivos antes de la solicitud.
Las pensiones no contributivas son gestionadas por las Comunidades Autónomas, salvo en Ceuta y Melilla, donde interviene el IMSERSO. Estas pensiones buscan garantizar un mínimo de seguridad económica a las personas más vulnerables, ofreciendo además asistencia médica gratuita y servicios sociales complementarios.
Se trata de un tipo de pensión que puede solicitar todo aquel que no haya trabajado en su vida o que no haya cotizado lo suficiente. Es decir, sirve para todo aquel que no alcance los 15 años mínimos de cotización que se piden para cobrar una pensión contributiva.
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