La nueva causa por la que puedes solicitar la pensión de incapacidad permanente
La Seguridad Social ha añadido una nueva causa para pedir la pensión de incapacidad permanente: el síndrome post Covid
La Seguridad Social ha añadido una nueva causa para solicitar la pensión de incapacidad permanente total: el síndrome post Covid. Aunque el Covid ya no está en su pico, sus efectos continúan afectando a muchas personas. En algunos casos, las secuelas son tan graves que impiden a los afectados continuar con su actividad laboral.
La Seguridad Social da la pensión de incapacidad permanente total
La incapacidad permanente total permite a los trabajadores que no pueden realizar su actividad laboral recibir una pensión de la Seguridad Social. Aunque la persona no puede continuar con su empleo habitual, esta pensión le permite buscar trabajos en otras áreas.
La cuantía de la pensión varía según la base de cotización y el tipo de incapacidad, siendo del 55% para la incapacidad permanente total en la mayoría de los casos. Esto se aplica también en los casos en que la causa es el Covid.
Síndrome post Covid: el origen de la nueva causa de incapacidad
El síndrome post Covid, o Covid persistente, afecta a quienes han pasado por el virus y continúan presentando síntomas. Entre ellos, los más comunes son la fatiga extrema, dificultad para concentrarse, y problemas respiratorios crónicos. Estas secuelas dificultan seriamente el desempeño de tareas laborales, lo que ha llevado a algunos trabajadores a solicitar la incapacidad permanente.
Recientemente, un tribunal en Madrid concedió la incapacidad permanente total a un trabajador con Covid persistente. Este caso ha sentado un precedente importante, y ahora la Seguridad Social considera estas secuelas como una causa legítima para solicitar la pensión.
Los síntomas del Covid persistente que reconoce la Seguridad Social
Para que la incapacidad por Covid persistente sea aprobada por la Seguridad Social, los síntomas deben estar documentados y diagnosticados por un profesional médico. Los síntomas aceptados incluyen deterioro cognitivo, problemas psiquiátricos y musculares, y fatiga severa. Estos pueden afectar tanto la capacidad física como la mental, y deben ser lo suficientemente graves como para impedir el trabajo.
Por ejemplo, en el caso del trabajador mencionado, la Seguridad Social revisó informes médicos que confirmaban problemas de concentración y fatiga extrema. Estos síntomas fueron considerados suficientes para la pensión de incapacidad permanente total.
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