¿Quieres cobrar el paro? El tiempo mínimo que tienes que trabajar para pedir la ayuda
Hay una serie de requisitos que debes cumplir para poder cobrar el paro, y uno de ellos es el tiempo trabajado
El Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) administra diversas ayudas económicas destinadas a los desempleados en España. Actualmente, alrededor de 1,6 millones de personas en el país están recibiendo algún tipo de asistencia económica por estar sin empleo.
El paro, conocido formalmente como prestación por desempleo, está disponible para aquellos que han perdido su trabajo y cumplen con ciertos requisitos.
Cuántos meses debes haber cotizado
Los trabajadores deben haber trabajado un mínimo de 360 días en los últimos seis años para ser elegibles, lo que les da derecho a cuatro meses de paro.
Este periodo puede extenderse hasta un máximo de 720 días, dependiendo del historial laboral del solicitante. Es crucial que los solicitantes demuestren una búsqueda activa de empleo durante el periodo en el que reciben la prestación.
El monto del subsidio de desempleo varía en función del salario previo del beneficiario. En general, los pagos oscilan entre los 540 y los 1.519 euros mensuales.
¿Cuánto puedes cobrar de paro?
La cantidad exacta se determina tomando el 70 % del salario promedio de los últimos 180 días trabajados. Sin embargo, después de los primeros seis meses, este porcentaje se reduce al 60 %. Es importante que los beneficiarios conozcan esta reducción para poder planificar sus finanzas adecuadamente durante todo el periodo de desempleo.
Para recibir el paro, los solicitantes deben demostrar un año de experiencia laboral y comprometerse a buscar activamente empleo. Este compromiso incluye la inscripción en el SEPE, la aceptación de ofertas de empleo adecuadas y la participación en programas de formación y mejora de la empleabilidad.
Este requisito asegura que los beneficiarios no solo reciban ayuda económica, sino que también trabajen en su reintegración al mercado laboral.
El sistema de prestaciones por desempleo no solo proporciona un apoyo económico crucial para los individuos, sino que también juega un papel importante en la estabilidad económica general. Al mantener el poder adquisitivo de los desempleados, se contribuye a la demanda agregada y se evita una caída más pronunciada en el consumo.
Además, estas prestaciones permiten que las personas se concentren en encontrar un empleo adecuado sin la presión inmediata de la precariedad económica.
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