El lado oscuro del Black Friday
Los expertos advierten sobre la financiación rápida con altos intereses
Temperaturas invernales, las luces de Navidad iluminando las calles y… ¡el esperado Black Friday ya está aquí! Con el final del año a la vista, no solo llegan las celebraciones y el ambiente festivo, sino también uno de los eventos más anticipados por los consumidores: el Black Friday, que este año tendrá lugar el 29 de noviembre.
Cada vez son más las tiendas que se unen a esta tradición importada de Norteamérica, y que en muchos casos se extiende durante varias semanas. Este fenómeno marca, sin duda, el inicio de la temporada de compras navideñas para millones de personas en España.
Para ponerse en contexto, según el estudio de Yougov (empresa global de datos y opinión pública), el año pasado 2 de cada 3 españoles realizaron compras durante el Black Friday. Por otro lado, cabe señalar que tanto el canal tradicional como online comparten protagonismo, ya que aproximadamente dos tercios de los encuestados compraron tanto en tiendas como en ecommerce.
Sin embargo, la otra cara de la moneda, la protagonizan los pequeños comercios, que en muchos casos no pueden permitirse igualar los descuentos que puedan ofrecer los grandes competidores y ven cómo esta diferencia afecta a sus ventas del último trimestre y a los propios consumidores.
Estos últimos son además víctima de otra de las consecuencias de las compras de estas fechas: la financiación rápida de esas compras.
La financiación en el Black Friday
Y es que la plataforma de defensa de consumidores, Reclama Por Mí, señala que durante el primer trimestre de 2024 se registraron más de 10.000 consultas de problemas financieros derivados por intereses de créditos al consumo. “Cada año es más frecuente que recibamos consultas de consumidores que han financiado sus compras, como las de Black Friday y Navidad, con unas condiciones muy elevadas, y que sumadas a otras deudas, les lleven a un estado de insolvencia” nos explican desde Reclama Por Mí.
Los expertos advierten sobre el peligro de acceder a financiación rápida con altos intereses como tarjetas revolving o microcréditos y aconsejan realizar una evaluación sobre la urgencia de la compra y todas las opciones que tienen a disposición, buscando distintas ofertas y leyendo todas las condiciones crediticias para que las ofertas no se conviertan en un regalo envenenado.
La financiación express y sus riesgos
Dos de las formas de financiación más habituales en estas fechas son los microcréditos y las tarjetas revolving (aquellas que permiten pagar solo una parte del crédito utilizado ese mes). El hecho de que sean tan populares se basa en que es un dinero muy sencillo y rápido de conseguir ya que estas entidades no suelen verificar la solvencia del solicitante.
Como nos indican desde Reclamapormi.com, “El problema es que esos productos financieros suelen tener unos intereses que se consideran abusivos, creando una deuda que no deja de crecer. Por eso, en muchas ocasiones las deudas se vuelven imposibles de pagar y condenan a la persona que lo solicitó a tener una deuda permanente.”
Si tenemos que solicitar uno de estos, lo que hay que hacer es comprobar siempre el interés TAE que se va a aplicar y no aplazar pagos, ya que ahí comienza a crecer la deuda.
Hay una solución
Afortunadamente, esa situación de endeudamiento puede terminar haciendo una reclamación judicial a la empresa que nos dio ese préstamo express o esa tarjeta de crédito. Para ello hay empresas como Reclama por mí que se dedican a reclamar en nombre de sus clientes para que estos puedan recuperar el dinero de los intereses sin tener que preocuparse de los tediosos trámites judiciales.
“Algunos de nuestros clientes al principio llegan con dudas sobre si su caso se puede reclamar porque ya ocurrió hace años o porque ya pagaron la deuda. Pero no importa cuándo se contrató la tarjeta o el crédito. Ni si quiera importa si la deuda ya está pagada. Esto se considera un delito de usura y como tal, no caduca.” dicen sus expertos.
Despachos de este tipo se encargan de llevar todo el caso a cambio de una comisión si consiguen ganar el caso. Si no consiguen recuperar el dinero del cliente, no cobran.
“Podemos trabajar de este modo porque estamos muy seguros de nuestra forma de trabajar. Ganamos la gran mayoría de casos que aceptamos, ya sea por intereses abusivos o por falta de transparencia” añaden.
Nos habla también de casos extremos en los que algunos clientes han contratado un crédito para pagar otro y así sucesivamente hasta que se han visto con deudas de más de 100.000€ y han tenido que recurrir a la Ley de la Segunda Oportunidad para poder cancelar sus deudas y comenzar de nuevo.
Seamos conscientes de lo que podemos asumir y planifiquémoslo bien antes de ponernos a hacer las compras, porque esto puede ahorrarnos un enorme disgusto a medio plazo.
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