Jarro de agua fría de Hacienda a muchos conductores: habrá que pagar más desde 2025

Hacienda se prepara para anunciar una modificación importante en el ámbito fiscal: la subida del impuesto especial sobre el gasóleo de automoción. Esta medida se aprobará mediante un real decreto ley en el Consejo de Ministros del próximo 23 de diciembre. Con la intención de validarlo en el Congreso de los Diputados en enero.

El objetivo de esta iniciativa es claro: reducir el uso del diésel, fomentar prácticas más sostenibles y aumentar la recaudación del Estado.

Impacto en el precio del gasóleo

El incremento previsto supondrá que el precio del litro de gasóleo suba aproximadamente 9,36 céntimos sin impuestos y hasta 11,30 céntimos con IVA incluido. Esta alza provocará una equiparación entre los precios del diésel y la gasolina. Una estrategia que Hacienda justifica como parte de su plan para moderar las emisiones de gases de efecto invernadero.

A pesar del impacto directo en el bolsillo de los conductores particulares, el gasóleo profesional, utilizado por transportistas, taxistas y otros sectores esenciales, quedará excluido de la subida. Según fuentes del ministerio, esta excepción tiene como objetivo preservar la competitividad. Sobre todo en sectores donde el consumo de combustible es elevado y crítico para sus operaciones.

Un cambio que viene de lejos

No es la primera vez que Hacienda intenta impulsar esta medida. Durante la reforma fiscal de noviembre, ya se propuso una enmienda para incrementar los tipos impositivos del gasóleo de automoción.

En aquella ocasión, el tipo general se fijaba en 400,69 euros por cada 1.000 litros de gasóleo. Con un tipo especial adicional de 72 euros por cada 1.000 litros.

Sin embargo, aunque la iniciativa obtuvo el respaldo de la mayoría de los socios de investidura del PSOE, no logró pasar el trámite parlamentario. Esto pasó por un desacuerdo en otros puntos de la reforma.

Ahora, el ministerio de Hacienda, liderado por María Jesús Montero busca replicar esta iniciativa, pero con una implementación más estratégica. La entrada en vigor del nuevo impuesto está prevista para el 1 de abril de 2025. Esto permitirá a los consumidores adaptarse gradualmente y evitar un impacto inmediato durante la denominada "cuesta de enero."

La recaudación como objetivo por parte de Hacienda

Hacienda estima que esta subida del impuesto al diésel podría generar entre 1.200 y 1.400 millones de euros adicionales al año. Estos ingresos ayudarán a reforzar las arcas públicas y, al mismo tiempo, servirán como herramienta para incentivar una transición hacia combustibles más sostenibles.

Además, se contempla una posible rebaja del impuesto si el precio del barril de Brent se dispara, una medida pensada para aliviar la presión fiscal en escenarios de incertidumbre económica global.

Con esta propuesta, Hacienda apuesta por una combinación de sostenibilidad, recaudación y medidas compensatorias, marcando un hito en la política fiscal de hidrocarburos.