Hacienda avisa: 3 casos en los que sí puedes pedir a tu empresa que te baje el IRPF

El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) es uno de los tributos más comunes en España. Una de las formas más habituales en las que se aplica es a través de las nóminas de los trabajadores.

Este impuesto se retiene directamente de los salarios y lo gestiona la empresa en nombre del empleado. Es una contribución obligatoria que grava los ingresos obtenidos por las personas físicas.

La retención de IRPF en las nóminas es una forma de adelantar el pago de este impuesto a Hacienda. Cada mes, la empresa descuenta una cantidad del salario del trabajador y la ingresa en la Agencia Tributaria. Es un anticipo del IRPF que deberá liquidarse al final del año fiscal, en la declaración de la Renta.

Es la empresa la que se encarga de determinar el porcentaje de retención de IRPF. También de aplicarlo en la nómina del trabajador, porque actúa como intermediaria entre el empleado y Hacienda. El sistema está diseñado de esta manera para garantizar que los impuestos se paguen de manera gradual a lo largo del año.

¿Cómo se calcula la retención del IRPF en la nómina?

La cantidad que se retiene del salario por el IRPF depende de varios factores. Para calcular el porcentaje de retención, Hacienda tiene en cuenta variables como:

• El salario bruto anual: A mayor salario, mayor retención.
• La situación personal y familiar Si el trabajador está casado o tiene hijos, puede beneficiarse de reducciones en el porcentaje de retención.
• El tipo de contrato: Los contratos temporales suelen tener una retención diferente a los contratos indefinidos.
• Las deducciones aplicables: Por ejemplo, si el trabajador tiene derecho a aplicar deducciones por discapacidad o ascendientes a cargo.

La Agencia Tributaria proporciona una tabla orientativa y herramientas para que las empresas calculen el porcentaje adecuado de retención de IRPF de cada empleado.

¿Qué hacer si la retención no es la adecuada?

En algunos casos, la empresa puede estar reteniendo menos de lo que corresponde, lo que significa que el trabajador terminará debiendo dinero a Hacienda. 

Si prefieres evitar sorpresas en la declaración de la Renta, tienes la opción de solicitar a tu empresa que te suba el porcentaje de retención del IRPF. Esto te permitirá ajustar los pagos de manera más precisa a lo que te corresponde.

El caso contrario es más complicado. Las empresas deben aplicar unos mínimos establecidos por ley, y no pueden quedarse cortas en la retención del IRPF. Sin embargo, existen algunas excepciones de Hacienda en las que es posible pedir una reducción de la retención:

1. Contratos temporales. Para los trabajadores con contratos temporales, la ley permite que el tipo mínimo de retención sea tan bajo como el 2%. Si actualmente te están reteniendo más de esta cantidad, puedes solicitar a tu empresa que baje la retención.
2. Compra o rehabilitación de vivienda habitual. Si tus retribuciones anuales son inferiores a 33.007,20 euros y has informado a tu empresa de que destinas parte de tu salario a la compra o rehabilitación de tu vivienda habitual. Puedes solicitar que te bajen la retención en dos puntos.
3. Cambios en circunstancias familiares o personales. Si tu situación familiar ha cambiado, como el nacimiento de un hijo, tener una persona mayor de 65 años a cargo o acreditar una discapacidad superior al 33%.

Así, aunque la empresa es responsable de calcular y aplicar el IRPF en la nómina, es importante que los trabajadores revisen que el porcentaje de retención es el adecuado.