El Grupo CAF, en plena polémica por sus negocios israelíes, intenta expandirse
El Grupo CAF combina su mejor momento histórico en términos económicos con la pésima situación reputacional.
Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles, S. A (más conocido como Grupo CAF) disfruta de su mejor momento histórico en términos económicos, tras adjudicarse varios contratos a nivel internacional, y sufre uno de sus peores momentos reputacionales.
La histórica multinacional vasca fundada en 1917 y con sede en Beasain disparó más de un 70 por ciento su beneficio neto en 2023, alcanzando los 89 millones de euros, y rebasó los 3.800 millones de euros en facturación (más de 3.000 relacionados con sus negocios ferroviarios y otros 800 procedentes de su filial de autobuses con sede en Polonia, Solaris).
La compañía presidida por Andrés Arizkorreta, próximo al PNV y recién premiado con la medalla de oro de la Diputación de Gipuzkoa, ha rechazado los cantos de sirena para hacerse con Talgo y está centrada en seguir consiguiendo contratos.
CAF cerró al pasado 31 de diciembre con una cartera de pedidos en vigor de 14.200 millones y podría mejorar sus resultados económicos en 2024 (ya que en su primer trimestre ha obtenido un beneficio neto de 20 millones de euros, lo cual supone un crecimiento del 16 por ciento).
La multinacional mejoró su facturación más de un 20 por ciento en 2023 y pretende seguir con el ritmo de crecimiento gracias a contratos como el que ha firmado con Metro de Madrid. El acuerdo, con un volumen cercano a los 400 millones de euros, abarca el diseño y suministro de 40 trenes de gálibo ancho monotensión que serán destinados a dar servicio en las líneas 6 y 8 de la red metropolitana, avanza CAF.
La compañía también suministrará 20 trenes de metro en Oslo (Noruega) a cambio de más de 150 millones de euros y su filial Solaris fabricará 354 autobuses para un operador de Roma (Italia) por 200 millones de euros.
Estas alegrías contrastan con el enfado que está surgiendo en Euskadi y Navarra contra CAF por sus negocios con Israel. El campus de la UPV de Gipuzkoa ha declinado firmar un acuerdo con CAF para establecer un centro de innovación en la provincia vasca. La institución académica ha tomado esta medida tras dar su "apoyo a Palestina ante la catástrofe humanitaria en Gaza".
El campus pide "el cumplimiento inmediato de la decisión de la Corte Internacional de Justicia de las Naciones Unidas dirigida a que Israel tome las medidas necesarias para evitar actos de genocidio; la entrada de ayuda a la franja de Gaza; o el cese de los ataques y el asedio a la población civil, el fin de envío de armas a Israel, así como la liberación de todas las personas secuestradas y encarceladas injustamente".
Por otra parte, CAF ha llevado a los tribunales a 12 activistas que pintaron "Israel genocida, CAF cómplice" en su planta navarra sita en Castejón. Y los sindicalistas Aitor Martínez Barayazarra y Gaizka Etxaide Etxaburu, que ejercen como delegados de LAB en los comités de empresa de CAF Beasain y CAF Irún, le han afeado "la falta de ética empresarial" por hacer negocio en Israel.
Cabe recordar que el último Deustobarómetro, realizado meses antes del crecimiento de la escala bélica de Israel, refleja que menos del 7 por ciento de la ciudadanía vasca valora positivamente la actuación del Gobierno de Israel.
El contrato del tren ligero de Tel Aviv
Estas protestas se deben, entre otros contratos, a que el Grupo CAF, con apoyo de su socio Shapir, consiguió en 2022 la adjudicación de un proyecto valorado en más de 1.000 millones de euros relacionado con la construcción del tren ligero en la capital económica del controvertido Estado de Israel, Tel Aviv.
El proyecto pertenece al ambicioso plan para la metrópoli israelí, y abarca el diseño, construcción, financiación y mantenimiento durante un periodo de 25 años de esta línea del sistema del tren ligero de la ciudad.
La nueva línea consta de una longitud de 27 kilómetros a lo largo de los que se distribuyen las 45 estaciones planificadas, así como un depósito donde se llevan a cabo los trabajos de mantenimiento de la flota de vehículos.
El contrato, además de la propia construcción de la línea, incluye el diseño y suministro de 98 nuevos tranvías Urbos de piso bajo —compuestos por 5 módulos cada uno en sus casi 35 metros de longitud— y contempla la opción de una futura ampliación de 32 unidades adicionales. Así mismo, el consorcio seleccionado se hace con el suministro de los sistemas de señalización, energía y comunicaciones, así como con el mantenimiento de la línea durante 25 años.
El importe aproximado de la parte del proyecto correspondiente al Grupo CAF supera los 525 millones de euros. A todo ello se añade la participación al 50% en la sociedad SPV que gestionará la actividad de mantenimiento de la línea que previsiblemente estará operativa en 2027.
Otro contrato en 2019
CAF ya ganó en 2019 la licitación para construir y ampliar líneas de tren ligero en la ciudad de Jerusalén, con un contrato valorado en 1.000 millones de euros, para enfado del colectivo propalestino BDS Movement, que aseguró que la compañía vasca fue seleccionada "por el Ministerio de Finanzas israelí para llevar a cabo la expansión de la red de tren que conecta las colonias ilegales en territorio palestino ocupado, conocido como el tren ligero de Jerusalén (conocido como JLR)".
El colectivo explicó que "los asentamientos israelíes se consideran un crimen de guerra bajo el estatuto de Roma del Tribunal Penal Internacional. Además, Shapir, que está en el consorcio con CAF para expandir la JLR, está listado en la base de datos de la ONU de empresas que son cómplices con los asentamientos ilegales de Israel".
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